Se ha producido una silenciosa y tranquila revolución a favor del buen vino en Catalunya. También en el resto de España. Estos días de vendimia intensa me interesa resaltar que hay cosas que van muy bien en estos tiempos casi apocalípticos.
El gran salto de calidad que han experimentado todas las variedades de las viñas se ha producido en cuestión de pocos años.
Recuerdo cuando el Priorato era un vino para carreteros, fuerte, para templar el cuerpo en invierno o para animar una fiesta con amigotes. Hoy es una marca que se cotiza en los mercados internacionales de prestigio.
Pero la transformación vinícola en Gratallops, Porrera, Falset o Poboleda no es la única. Se elaboran buenos vinos en el Bages, la Conca de Tremp, Costers del Segre, Penedés, por supuesto, la Conca de Barberà y en las viñas que se han replantado en el Empordà y en el Maresme.
No ha sido cuestión de cantidad sino de elaboración profesional, almacenamiento, análisis, conservación, embotellamiento y comercialización. Todo un largo proceso en el que los enólogos se han convertido en excelentes viñadores y los viñadores en expertos enólogos.
No hace falta mencionar la elaborción de los cavas del país que sigue adelante con profesionalidad y no se resiente de la comercialización a pesar de las campañas incomprensibles de algunos agitadores peninsulares. El mundo es muy grande y la calidad no conoce fronteras.
He participado accidentalmente el último fin de semana en la vendimia de las variedades de macabeo y perellada. Es lo mismo de cada año. Pero el viñador sabe ahora que no todos los racimos son presentables. Si hay granos podridos se descartan, si el enólogo pide calma antes de vendimiar el cabernet, el tempranillo o el merlot, se esperan tres o cuatro días, aún arriesgando que una granizada lo eche todo a perder.
El proceso termina en otoño cuando las cepas quedan libres de los racimos, los sarmientos van despojándose de sus ojas por las lluvias o el viento y el invierno transforma el verdor fuerte de las viñas en un ocre generalizado en los campos en los que no se ha sembrado cereales.
Los próximos meses ofrecerán el espectáculo único de la transformación polícroma de las variedades de los viñedos. No son los aromas y las sensaciones del vino que se sirve en la mesa. Es el fin de un ciclo que se repite desde hace siglos en las cuencas mediterráneas.
Pasará el silencio del invierno y se procederá a la poda entre febrero y abril. Brotarán nuevos sarmientos, se insinuarán los racimos, se cuidarán las viñas con delicadeza y profesionalidad. El cambio se ha producido porque el viñatero se ha esmerado, ha estudiado, ha introducido la enología en los campos del país que producen unos vinos muy respetables.
jueves, octubre 02, 2008
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4 comentarios:
Sr.Foix: De vinos y viñedos conozco lo justito, pero de poesía algo más por eso permítame que le remita a estos "Versos del vino" de Saúl Ibargoyen, dedicados a su amigo Hugo Giovanetti Viola, "Porque
me alcanzó un vaso adonde temblaba
el vino hecho por su padre".
El vino no se bebe
el vino se vive.
El vino es
el cielo del infierno.
El beso nace en la boca
la boca nace en el vino.
Vino de muchas jarras
hay en este vino.
El fuego del vino es oscuro
como el amor.
Sólo merece su vino
aquel que en el vino muere.
Ganarás el vino
con el chocar de tu copa.
Bebe tu vino ahora
que mañana es otro vino.
El vino es un ángel rojo
caído para siempre en nuestra copa.
La sed de vino está
más allá del vino.
El vino te bebe
mientras lo bebes.
El canto del vino colma
la copa vacía.
Levanta la copa
pero más alto el vino.
El vino está en todo
todo está en el vino.
El silencio del vino
está en cada boca.
Bebe tu vino en silencio
hay quien no bebe.
Sangre de compañeros
da su nombre al vino.
Bebe por todos
tú eres el vino.
///ENRIC///
Bien, pero los vinos van a tener que bajar de precio, algunos se han puesto prohibitivos y no es para tanto.
Senyor Foix :
Soc nou al seu blog i en sap greu fer la meva primera intervenció per
contradir-lo, estic molt d'acord en la majoria del ser escrit, però i trobo una falla bastant considerable que no se si ha sigut un lapsus, o es deu al seu "status", suposo que d'aficionat a la artesania vinícola.
Veurà, vostè diu : No ha sido cuestión de cantidad sino de elaboración profesional, almacenamiento, análisis, conservación, embotellamiento y comercialización. Todo un largo proceso en el que los enólogos se han convertido en excelentes viñadores y los viñadores en expertos enólogos.
No es que estigui contra de la seva afirmació, es que hi trobo a faltar la part mes important de la veritat.
Si hagués dit "No ha sido cuestión de cantidad sino de calidad".
I per mes afirmació de la qualitat, un altre oblid, la terra, la qualitat del terreny.
La "elaboración profesional", sols pot fer que un raïm, no s'espatlli, però mai de la vida pot fer que un raïm, bo o dolent, millori.
¿que es allò que fa un bon raïm?, la qualitat del terreny, ¿que es allò que fa un bon vi?, un bon raïm.
Tota la resta, si, pot ser un vi bo (ben fet, o ben elaborat), però mai un bon vi.
Es a dir i a la pràctica, ¿perquè al Penedès hi ha ceps per cava?, perquè al Penedès -de manera general- no pot fer-s'hi un bon vi.
¿Perquè al Empordà o al Maresme mai es podrà fer un bon vi? Perquè no te la "matèria primera" la terra de prou qualitat.
Salutacions i ho sento, però aquest any no serà gens bo pel bon vi, massa aigua i no ha fet calor.
Lluís, hay muchos expertos en vinos en nuestro país.
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