lunes, agosto 28, 2006

Inmigración, personas y humanismo

La integración o el multiculturalismo son las dos fórmulas que en Europa y en Estados Unidos se afronta el fenómeno de la masiva inmigración que llega desde el mundo musulmán o de otras partes fracasadas del planeta.

En cualquiera de los dos casos, los que deciden dar el paso en busca de horizontes vitales más dignos son mayormente gentes de mediana edad, más bien jóvenes, capaces de afrontar un futuro incierto.

El multiculturalismo ha fracasado en Holanda, una sociedad modélica hasta hace diez años, que se ha consternado por dos asesinatos emblemáticos, el del político populista Pym Fortuny y el del cineasta Van Gogh. El primero por fundar un partido cuyo lema era “Holanda está llena” y no caben más inmigrantes añadiendo que los musulmanes no forman parte de la cultura de los Países Bajos.

El segundo por haber producido una película en la que se ridiculizaban las creencias islámicas. Holanda ha vivido cinco años de confusión, desconcierto y miedo. Se han roto gobiernos y coaliciones y habrá que esperar a las inminentes elecciones para ver de qué manera el fenómeno inmigratorio afectará a la estabilidad política holandesa.

Tanto en Holanda como en Gran Bretaña o en Estados Unidos, el terrorismo no ha sido perpetrado por inmigrantes islámicos recién llegados que obedecen a consignas de movimientos terroristas internacionales que envían sus agentes de destrucción. Son inmigrantes de segunda o tercera generación, de religión musulmana, que se han introducido en el radicalismo terrorista desde las pautas correctas como son el conocimiento de la lengua y la educación recibida en las instituciones académicas nacionales.

Bernard-Henry Levy escribió en 2003 un dramático libro sobre el asesinato en Pakistán del periodista del “The Wall Street Jopurnal”, Daniel Pearl, después investigar los móviles y los actores del crimen. Sus pasos le llevaron de Karachi a Londres, de Sarajevo a Dubai, de Kandahar a Los Ángeles ... Indagó en la vida de la víctima y la de sus verdugos.

El cerebro de aquel crimen era un tal Omar Sheij, nacido en Londres, en una familia pakistaní liberal y acomodada, de mentalidad abierta y culta. Tuvo un excelente expediente en la Forest School de Snaresbrook, una institución privada y cara. Obtuvo uno excelente expediente académico cuando más tarde accedió a la London School of Economics.

Era una persona afable, refinada y sutil. Todo se torció tras una estancia en Bosnia en los momentos más dramáticos de la guerra de los Balcanes de los años noventa. El informe oficial de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres indica que los autores de los atentados no fueron adoctrinados en las mezquitas sino en los gimnasios, clubs y movimientos excursionistas.

El multiculturalismo, curiosamente, no alimentó el terror desde los templos musulmanes sino desde la vida civil y desde los mensajes que organizaciones terroristas que alimentaban su odio a Occidente en nombre de la religión del Profeta. La integración es mucho más racional y seguramente la más adecuada. Es el caso de Francia, España, Suecia y muchos otros.

Pero este modelo conduce también al fracaso si a los sobrevenidos se les obstruye el ascensor social y se les niega la meritocracia que está al alcance de cualquier nativo. Los disturbios en los suburbios de las ciudades francesas y los que podemos tener aquí cualquier día sólo se pueden evitar desde el civismo y desde la ciudadanía que nos iguala a todos.

La inmigración sólo cabe tratarla desde un punto de vista antropológico, pensando primero en las personas, en sus derechos y deberes, exigiéndoles las responsabilidades que tenemos todos.

13 comentarios:

Jesús Cardona dijo...

Creo que la inmigracion nos pone a prueba, una especie de "Dime que es lo que temes de la inmigracion y te dire cuales son tus puntos debiles".

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: La primera responsabilidad que tenemos es la de seguir siendo aquello que somos en la medida de lo posible, también cabría preguntarnos si estamos dispuestos a aceptar a todas estas personas emigrantes como conciudadanos, como compatriotas, como iguales y asimilar sus culturas a la nuestra, planteandonos en la misma medida, si ellos están dispuestos a hacer lo mismo.
Sr.Foix, en la historia los cambios más importantes y profundos no los ha propiciado el amor al projimo, más bien han sido motivados por el odio, las envidias y las diferencias sociales, religiosas y culturales, estamos pues en la antesala de grandes cambios; no hay culturas de ricos y de pobres, nuestra cultura no es mejor ni peor que cualquier otra cultura, pero es la que tenemos y nuestra obligación es transmitirla con todas las mejoras posibles, sin renunciar ni avergonzarnos de lo que somos, aunque algunas veces tengamos motivos más que suficientes para ello.

Anónimo dijo...

El ascensor social tendría que servir primero para los que ya vivimos aquí y todos sabemos que no es así, comparto la opinión que se ha dicho sobre la no existencia de cultura de ricos y pobres, pero siempre sucede que la cultura de los emigrantes es considerada de segunda o de pobres.

J.Vilá.

Leon dijo...

Discrepo con lo de conservar la cultura. Las culturas cambian todos los días, de hecho la que tenemos no es más que la mezcla de cantidad de invasores e invadidos a lo largo de los siglos. Igual que la cultura mexicana, la india o la sudafricana, cada una es producto de la historia, pero no son algo inmóvil. Eso es imposible.
Lo que está sucediendo en las últimas décadas y especialmente ahora, es la movilidad de la gente. Hace 100 años, la gente no salía jamás de su pueblo, y en cambio ahora el mundo "se ha hecho pequeño" y grandes cantidades de personas viajan y se instalan. Por eso hay barrios paquistaníes en Londres, barrios turcos en Frankfurt. No sé si me explico. Es un tema realmente complejo que está cambiando TODO el mundo.

Anónimo dijo...

La inmigración actual es una manifestación de las tendencias globalizantes en el mundo, propiciado por la innovación tecnológica, la facilidad del transporte, la generación de espacios económicos emergentes etc.Es necesario abordarla con un gran esfuerzo para facilitar que la movilidad humana se haga con las máximas garantias para los emigrantes y los nativos.No es algo coyuntural, ni debe de ser una arma arrojadiza entre la clase política.Se necesita una estrategia coherente, una buena gestión y recursos.La sociedad del bienestar la tiene que integrar, como se hizo en Europa con otras realidades :La educación, la salud, las pensiones , los servicios sociales etc..Los receptores de inmigrantes deben ceder una parte de los beneficios potenciales de su llegada para acogerles bien.y asegurar la cohesión social.
Tratarla como algo pasajero o accidental noes realista.Hoy nuestro crecimiento económico se debe a ellos, pues asignemos los recursos teniendo en cuenta esta realidad y no generemos futuros polvorines de mala convivencia social.
Carles

Anónimo dijo...

En la Argentina se cuentan por millones los españoles que residen, viven y se desarrollan.
Pero muchos más millones somos los hijos y nietos que tenemos una profunda raiz hispana en nuestra sange y nuestro corazón, que pisamos día a día el suelo argentino.
Compatriotas del otro lado del Atlántico, España y Cataluña, como así tambíen el resto de las regiones, por diversas cirscuntancias debió emigrar en los siglos XIX y XX.
Hoy vive un fenómeno desconocido que es, no el de la emigración antes detallada, sino el de la inmigración. Millones de personas, muchas provenientes de culturas muy distinta a la nuestra buscan en España lo que sus paises no pueden darles, un porvenir.
Recordemos que primero fuimos emigrantes y tratemos a los inmingrantes como nos hubiese gustado que traten a nuestros padres y abuelos.

Juan José Portela Zardetto
juanjo.portela@gmail.com

Anónimo dijo...

///ENRIC///

"Por eso hay barrios paquistaníes en Londres, barrios turcos en Frankfurt".

Si existen barrios turcos en Frankfurt y paquistaníes en Londres, es debido a que turcos y paquistaníes se han preocupado de conservar "su" cultura fuera de sus paises, por tanto no veo donde está la discrepancia sobre la conservación de la cultura a la que se alude, más bien veo una afirmación del planteamiento.

Anónimo dijo...

Por si a alguien le interesa, pongo el vínculo a un reciente estudio sobre el grado de integración de los emigrantes musulmanes en Inglaterra, Francia, España y Alemania, con encuestas realizadas en primavera de este año. Seguro que el señor Foix puede sacar buenas conclusiones para otra columna.

http://pewresearch.org/obdeck/?ObDeckID=50

Anónimo dijo...

Interesante y clarificador el estudio sobre la integración anterior, no luchar por la conservación de la cultura propia es algo que no entiendo, ni aunque fuera un inculto lo defendería.


PERE.-

Anónimo dijo...

En la inmigración hay mucho de hipocresía, necesitamos inmigrantes, inmigrantes ilegales para poder explotarlos, para seguir creciendo economicamente, para poder utilizarles politicamente, para justificarnos moralmente, para sentir que nuestra cultura es superior a la suya, que somos superiores a ellos.

Anónimo dijo...

Ben Ladem es el LePen de Oriente, fanáticos unos y otros, y guardando las distancias entre uno y otro, lo cierto es que los dos nos sobran.

Yo me quedo con todos aquellos que, bajo su responsabilidad (ya sean políticos o ciudadanos) no viven en el fanatismo.

Anónimo dijo...

Se ha dicho que los inmigrates defienden "su" cultura, en mi opinion, lo que hacen es defenderse a si mismos, no hay cosa mas desagradable, al menos para mi, que perder tus raizes, tu entorno, las cosas que te hacen sentir comodo,
En general, el hombre es reticente al cambio puesto que le genera incertidumbre, y no lo abandona uno todo si no esta completamente desesperado.
En cuanto a los barrios de Pakistanies..., creo que lo que hacemos es generarlos nosotros mismos, pues solo les dejamos acceder a las zonas mas degradadas de nuestras ciudades y por eso acaban agrupandose, amen de que asi se sienten protegidos ante un ambiente diferente y en muchos casos hostil.

Anónimo dijo...

España trata de conseguir ayuda de la Comunidad Europea para frenar la inmigración de los miles de subsaharianos que poniendo en peligro su vida, llegan cada día a nuestras costas. Son imágenes conmovedoras de seres que lo único que pueden perder es su vida y a pesar de ello se arriesgan para llegar a Europa, tierra prometida de la que sólo les llega la cara amable. Pero los inmigrantes que llegan a nuestras costas son un número ínfimo comparados con los que llegan a nuestros aeropuertos con visados de turista y luego se quedan como ilegales.
En mi opinión la preocupación del gobierno es evitar esas duras imágenes y así lavarse la cara.
¿ Que hacemos con las miles de personas que tratan de sobrevivir entre nosotros? Ellos relizan trabajos útiles a la sociedad, que los españoles no quieren hacer y sin embargo mal viven en nuestros publos y ciudades. Creo que este es el verdadero problema que habría quesolucionar. Nadie deja su tierra y su familia si no es por que las condiciones de vida son insoportables.
Toda la sociedad debería plantearse seriamente el tema de la inmigración, pero en general, a todos asusta lo distinto, lo desconocido.