El fin del terrorismo no se producirá de un día para otro. Ni con la comparecencia de tres encapuchados de ETA anunciando un alto el fuego permanente ni con la voluntad y generosidad de todos para que no haya más violencia. Lo más positivo de la declaración de ayer es que no habrá más muertes y que los ciudadanos españoles podrán salir a pasear con la seguridad de que una pistola o una bomba no les va a quitar la vida.
La euforia que acompaña a declaraciones tan importantes hay que matizarla con la prudencia. No es la primera vez que ETA declara una tregua. Recuerdo una visita que hizo a este diario Jaume Mayor Oreja, ministro del Interior, pocos días después de que ETA anunciara la tregua de septiembre de 1998. Es una tregua trampa, nos dijo el ministro, en una cena que no desprendió precisamente optimismo. Y acabó siendo una tregua trampa porque parte del PP así lo interpretó.
Pienso que no hay que agradecer nada a quienes hablaban ayer en nombre de los que han matado a más de ochocientas personas inocentes. Pero lo que sí hay que aprovechar es el momento y avanzar hacia una paz definitiva.
No puede la clase política arrojarse discursos a la cara sino analizar los hechos. Y los hechos son que ETA anuncia un alto el fuego permanente. Esta decisión no es gratis y lógicamente tendrá un precio político. Lo único que habría que determinar es cuál es el precio contando con las decisiones del gobierno avaladas por el Congreso de los Diputados. El Estado no puede perder la batalla. Pero puede ser generoso y buscar una salida que permita que la convivencia pueda prosperar en las tierras hispánicas.
La experiencia británica con el IRA hay que tenerla en cuenta. La clase política ha estado siempre unida, tanto en las estrategias equivocadas como con las acertadas. Tendríamos que llegar al punto en que el terrorismo fuera el problema a combatir y no el adversario político.
Los gobiernos de Aznar hicieron lo que consideraban más oportuno. Rodríguez Zapatero ha abierto otros cauces. Si sale bien, si desaparece el dolor de futuras víctimas, hay que felicitarse. No será un éxito del gobierno sino de todos los españoles, del sistema democrático, de las libertades. Se ha abierto un proceso que transmite una cierta esperanza. Sería un grave error mantener la lucha partidista con el terrorismo como telón de fondo. El comunicado de ETA, con todas sus complejidades, es un pequeño paso hacia la pacificación. Hay que aprovecharlo.
miércoles, marzo 22, 2006
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33 comentarios:
La verdad no creo que estemos en una guerra y que se tenga que abrir procesos de paz , hay unas leyes y se han de cumplir .El resto es dar una serie de privilegios ,que no tienen . Las razones por las que se delinque son muchas y variadas , esta es otra mas .
ALBERT
Estoy de acuerdo con Pako en lo de la mala intención en la frase de la tregua-trampa. Que el PP se equivoque mucho no significa que se equivoque siempre Sr.Foix y ultimamente esta perdiendo imparcialidad al hablar del PP. Le sigo habitualmente y anteriormente era más calmado en este tema, tenía una visión más ponderada, crítica pero abierta a reconocer que no son el Diablo personificado.
En cuanto a el alto el fuego yo creo que sería muy fácil de abordar:
1º Salida conjunta de Zapatero con el resto de lideres políticos diciendo que como gesto de buena voluntad inicial esten 1 año en este alto el fuego, sin chantajear a nadie y sin Kale Borroka, y qeu despues ya hablaremos. Ya que llevan 30 sembrando el terror un añito de descanso y tranquilidad nos lo hemos ganado.
2º Una vez pasado ese año y hayan demostrado que el alto el fuego es de buena fe, sentarse a negociar sobretodo de los presos.
Si no son capaces de esperar ni un año para empezar a negociar es que la tregua no va a ir a ningún lado ya que como el estado no les puede conceder lo que piden en muchos temas, volveran a matar o a no dejar vivir que en el fondo es peor.
Luis T.
Negociar los presos , no creo que se pueda negociar nada que este en contra de la ley , otro preso , no tiene menos derechos , ni mas , que uno de la Eta.
Esto no es un comflicto politico , el Estatut catalan es un comflicto politico.
Albert
Sr.Foix: Espero y deseo que entre todos seamos capaces de no politizar la esperanza.
JAVIER Pérez Royo
Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla
Una de las cosas que no se ha subrayado nunca lo suficiente es que España tuvo que constituirse democráticamente en medio de una presión terrorista inusualmente intensa. Esto es algo que no ha ocurrido en ningún otro país europeo. Nuestra primera experiencia democrática estable, ya que la de la Segunda República fue de una duración muy breve y convulsa no ha dejado de estar acompañada en ningún momento por el terrorismo. Las ilusiones que nos pudimos hacer acerca de la posible desaparición del terrorismo una vez que, aprobada la ley de amnistía, estuviera implantada la democracia, y que, con el ejercicio del derecho a la autonomía, se constituyera un Gobierno nacionalista en el País Vasco, no duraron apenas nada. El terrorismo en España ha sido básicamente un terrorismo contra la democracia. Ni cuantitativa ni cualitativamente se puede comparar la acción terrorista contra el régimen del general Franco con la acción terrorista contra la democracia constitucional.
Es verdad que ha habido momentos desde la entrada en vigor de la Constitución en que pareció que se podía estar aproximando el fin del terrorismo. Quien repase las hemerotecas podrá comprobar hasta qué punto se abrieron esperanzas de poner fin al terrorismo con la firma del Pacto de Ajuria Enea a finales de los años 80. Y quien repase los barómetros del CIS se sorprenderá de qué lugar tan bajo ocupaba el terrorismo entre las preocupaciones ciudadanas en 1993, tras la caída de la cúpula de ETA en Bidart. Y todos tenemos en la memoria la última tregua declarada por ETA durante el primer Gobierno de José María Aznar y las esperanzas que se abrieron con la negociación que el presidente del Gobierno ordenó abrir con la banda terrorista. Como consecuencia de la combinación de la eficacia policial y de iniciativas políticas ha habido ocasiones en el pasado en que pareció vislumbrarse el final del terrorismo etarra.
Nunca se llegó a alcanzar ese objetivo. La esperanza del fin de ETA resultó ser en el pasado un espejismo. La sociedad española parecía resignada a convivir de manera indefinida con la presencia del terrorismo, aunque fuera con un terrorismo debilitado como consecuencia de la eficacia de la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de las condenas judiciales.
EN ÉSAS estábamos hasta que se produjo el atentado del 11-M del 2004. Desde esa fecha se ha producido un cambio en la percepción del terrorismo en todos los países europeos en general, y en España en particular, que es sobradamente conocido. No se ha llamado la atención, sin embargo, sobre algo que, en mi opinión, ha debido de tener una influencia determinante en la decisión de ETA de declarar un alto el fuego permanente conocida ayer. Se trata de lo siguiente: la dirección de ETA y de Batasuna tuvieron ocasión de comprobar el propio 11-M que prácticamente toda la sociedad española consideraba que ETA era capaz de cometer un atentado tan brutal como ése. ETA no lo cometió, pero los ciudadanos españoles pensamos inicialmente --antes de que el Gobierno mintiera de manera deliberada--, es decir, espontáneamente, que había sido ETA. En consecuencia, la dirección de ETA y Batasuna sabían que el canon por el que los juzgaríamos en el futuro no sería el anterior al del 11-M, sino el posterior a esa fecha y que, en consecuencia, cualquier atentado a partir de ese momento supondría el fin de cualquier posibilidad de diálogo.
No cabe duda de que ETA está muy debilitada y que tiene muchas más dificultades que en el pasado para continuar matando, pero tampoco creo que quepan muchas dudas acerca de su capacidad para poder hacerlo. La ausencia de atentados con víctimas mortales desde hace casi tres años es consecuencia de una decisión política. De una decisión que no ha sido libre, sino que le ha venido impuesta por las circunstancias. ETA y Batasuna saben que ya no pueden matar, que tienen la capacidad para poder hacerlo, pero que no pueden hacerlo. ETA y Batasuna saben que, tras el 11-M, quien cometa un atentado terrorista no se pone solamente fuera de la ley, sino que dejará de ser considerado por la sociedad española como parte de ella misma. A partir de ese momento sólo cabe la erradicación por el Estado de la organización terrorista, sin posibilidad de que se pueda explorar siquiera algún tipo de fin que no sea exclusivamente policial y penitenciario. Podría ser largo y doloroso para la sociedad española, pero el camino de la erradicación de ETA sería un camino sin retorno.
En esta convicción de ETA/Batasuna es donde está el origen del comunicado de alto el fuego definitivo dado ayer. ETA/Batasuna han llegado a la conclusión de que ya no pueden posponer por más tiempo el reconocimiento de su derrota, porque ya no tienen ninguna baza que jugar.
Esto es lo que, muy probablemente, quería decir el presidente del Gobierno al hablar del comienzo del principio del fin de ETA. Una guerra no se acaba cuando lo decide el que la gana, sino cuando el que la ha perdido acepta su derrota. Lo estamos viendo en Irak. El presidente Bush declaró que la guerra había terminado a los tres meses de haberla empezado. No fue ésa la opinión de la insurgencia iraquí y así están las cosas en Irak. Con el terrorismo de ETA ocurre algo parecido. No es el Estado español el que puede decidir cuándo se ha ganado la guerra, sino que es ETA la que tiene que reconocer su derrota, la que tiene que reconocer que el terrorismo ha dejado de ser un instrumento con el que poder intervenir en la política española. Es lo que acaba de hacer por primera vez desde que se dio a conocer como organización terrorista.
ES EVIDENTE que entre lo que ETA ha decidido y lo establecido en la resolución del Congreso de los Diputados para empezar a hablar hay una distancia, y una distancia no pequeña. Queda, por tanto, todavía un camino por recorrer que no va a resultar fácil para nadie. Entre otras cosas porque hay mucho dolor acumulado, mucha desconfianza por parte de la sociedad española y una realidad judicial y penitenciaria que puede resultar muy resistente a una negociación de naturaleza política.
Pero esta vez sí parece que nos aproximamos al fin de la pesadilla de estos últimos 40 años. Las manifestaciones de alegría ciudadana con que fue recibido en la sociedad vasca el comunicado de ayer de ETA así parecen indicarlo. Esto no ha ocurrido nunca en el pasado. Los ciudadanos vascos, sobre todo, saben que esto no es una simple tregua. Es el reconocimiento de una derrota. Es la aceptación por ETA/Batasuna de que, aunque no les guste, no tienen otra opción que abandonar las armas y hacer política. Justamente por eso es más que probable que esta vez vaya a ser que sí.
Estaríamos hoy en la tesitura en que nos encontramos sin la política policial de los Gobiernos Aznar? Quiero decir que posiblemente sin una ETA debilitada esta no se plantearía explorar la posibilidad de abandonar la lucha armada. Si se plantea esa posibilidad es porque se siente acorralada. Ahora bien, como acertadamente comenta Foix, no se pueden borrar del mapa a 100.000 voces, con lo que parece cierto también que la política Aznar no llevaba al final de la violencia, porque hacía falta, a su vez, la invitación al diálogo, la no criminalización de las ideas, sino de los medios, etc. En conclusión, sin quitar nada a nadie, pero sin dar tampoco de más a nadie, creo que sin la dureza del PP, apoyado siempre por el PSOE, no habríamos llegado a la coyuntura que ha permitido que el buen "savoir faire" de ZP de sus frutos. Y no excluyo que la reacción del PP a la política antiterrorista del Gobierno socialista no haya ayudado al entorno abertzale a dar el paso que dió ayer, pues si el talante de ZP y Aznar ya se distinguen a años luz, la contraposición constante de estos distintos talantes, los distinguen aún todavía más. Hace a ZP más dialogante de lo que quizás es. Hace al PP más duro de lo que quizás es.
FERNANDO SAVATER
EL PAÍS - Opinión - 23-03-2006
De vez en cuando nos llaman por teléfono o nos llega una carta con el jubiloso anuncio de que acaba de tocarnos un apartamento con vistas al mar: ¡enhorabuena! Naturalmente, las personas con experiencia sabemos ya que el supuesto regalo no es tal y que aceptarlo nos saldrá a la postre más caro que comprarlo de nuestro bolsillo. Siento una sensación parecida al escuchar el comunicado de ETA (es un detalle tierno que por primera vez sea una paloma, digo una mujer, quien lo lee) en el que anuncia su alto el fuego permanente. Se le viene a uno a los labios la pregunta guasona y legendaria de Josep Pla tras recibir no sé qué condecoración: "¿Qué se debe?".
Primero, aclaremos las cosas. Este alto el fuego no es una concesión graciosa de ETA, que finalmente ha comprendido lo abominable de sus crímenes, sino una conquista de la democracia española, que tras una larga lucha policial, legal y cívica, ha logrado arrinconar y desactivar el terrorismo. Es una victoria de la sociedad, pero no de toda por igual: los que han luchado son quienes no se dejaron intimidar ni persuadir por los violentos ni sus portavoces, los que han mantenido la necesidad de cumplir las leyes y de aplicar estrictamente la constitución, los que no fueron engatusados por los embelecos de la "voz del pueblo" y han defendido los derechos de la ciudadanía; es decir, los políticos que firmaron el pacto antiterrorista así como la Ley de Partidos, y no los que se opusieron a ambas cosas, los jueces como Garzón o Grande-Marlaska, y no los que les acusan de intransigencia derechista, los periodistas que tuvieron que irse de Euskadi porque no les dejaban vivir, y no los que se quedaron haciéndose los valientes porque criticaban a la Guardia Civil, quienes salieron a la calle para defender el Estatuto vasco y la Constitución, pero no quienes los denunciaron por crispar a la sociedad, etc. A cada cual lo suyo. Que ahora no se pongan medallas quienes nada han hecho en serio contra ETA: si fuera por ellos, ETA hubiera dejado las armas mucho antes, desde luego, pero por haber ganado ya la partida y no por haberla perdido, como ahora.
En segundo lugar, ETA y los nacionalistas que la apoyan (y que se apoyan en ella, no lo olvidemos) pretenden que, ya que acaba la violencia, acabe o quede entre paréntesis también todo lo demás. Mañana en Euskadi no habrá terrorismo; por tanto, admitamos que no hay tampoco instituciones democráticas, leyes ni Constitución española. Hasta nueva orden, todo debe quedar entre paréntesis. Partamos de cero, olvidemos el pasado (sobre todo los crímenes, que suelen tener desagradables secuelas penales) y convoquemos mesas de partidos o de sectas, asambleas de barrio, lo que sea con tal de dar voz en pie de igualdad a quienes han asesinado y a quienes han resistido. Hagamos un referéndum preguntando a la gente con discreción si quieren que vuelvan los de la partida de la porra con la porra en alto o se resignarán mejor a verlos en las instituciones públicas tratados como a próceres. ¿Encarcelar a Otegi o a gente de su bando? ¡Por favor, las circunstancias han cambiado, que se lo piensen los fiscales! Si Al Capone jura que su banda no asaltará más bancos, sería de mal gusto pasarnos la vida recordándole los que ya asaltó. Estamos en la última fase de la imposición mafiosa: ETA extorsiona a empresarios y a eso se le llama "impuesto revolucionario"; ahora, en nombre de la ETA ya caduca, Batasuna y tantos otros nacionalistas tratan de extorsionar al Estado de Derecho, y para llamar a eso tienen otro eufemismo: "diálogo".
No deja de asombrar la naturalidad con que hoy todos los medios de comunicación asumen tranquilamente que, claro, Batasuna es el brazo político de ETA. Ayer, decir eso mismo o defender la ilegalización de Batasuna era como ser compañero de armas del general Mola y de Tejero. ¿Cuánto tardaremos en asumir que los nacionalistas, con Ibarretxe a la cabeza, al exigir la supresión de la Ley de Partidos, la mesa petitoria al margen del Parlamento, el referéndum, etc., están solicitando para ETA las concesiones estrictamente políticas que el Gobierno se ha comprometido a No hacer y que la mínima decencia política prohíbe? O sea, que cierto nacionalismo ni sabe ni quiere desligarse de los fines de ETA, como tantas veces hemos dicho algunos despertando santas indignaciones..., y de sus métodos sólo se desligan ahora, cuando ya no dan los resultados apetecidos. Pues bien: no. Ahora es el momento de la firmeza y de la unidad constitucional. Sólo faltaría que lo que hemos defendido ante las armas, lo cediésemos ante la palabrería de quienes no tienen más remedio que renunciar a ellas. Para la pregunta "¿qué se debe?" no hay más que una respuesta: nada de nada de nada. Y el resto, que lo pidan por favor.
Salvador Sostres
1)Alto el foc d'ETA, molt bé. 2) No és el primer i espero que sigui l'últim, però ja ho veurem. 3) Si al final calia negociar, per què hem trigat tant de temps? 4)I tants cadàvers. 5) Zapatero ha rematat la jugada d'Aznar. Ha estat el davanter centre oportú que ha empès la pilota al fons de la xarxa, però la jugada fou de l'anterior president. 6) Gràcies a la col·laboració dels Estats Units vam ofegar econòmicament els terroristes, i si ara han declarat aquest alto el foc és perquè entre d'altres coses no tenien més remei. 7) L'Aznar pot fer-te ràbia, però al Cèsar el que és del Cèsar. 8) Potser Zapatero no hauria tingut la talla política d'Aznar per aliar-se amb els Estats Units i treure'n aquest profit. 9) Potser l'Aznar no hauria tingut la flexibilitat ni la generositat intel·lectual d'admetre que aquest pas era necessari i d'intentar-lo. 10) Si a Zapatero li surt bé aquest procés i ETA deposa les armes, i l'Estatut s'aprova sense més problemes, Rajoy pot començar unes llargues vacances. 11) Ibarretxe té la seva estratègia i o jo sóc imbècil i no en tinc ni idea o tard o d'hora convocarà el referèndum. 12) Fins i tot en el cas que jo sigui un imbècil i que no en tingui ni punyetera idea, l'Ibarretxe convocarà un referèndum. 13) Seria irònic que Espanya s'hagi passat tot aquest temps no volent parlar de l'autodeterminació d'Euskadi perquè hi havia terrorisme i que ara el lehendakari convoqués un referèndum i Madrid enviés l'exèrcit per evitar-lo. 14) No és que haguem arribat, és només que hem començat a caminar. 15) Està bé que parlem del futur. 16) Però la nostra dignitat són els nostres morts. 17) No pot ser que, al final, matar-nos els acabi sortint gratis. 18) Oblidar-ho no és pragmatisme, és traïció. 20) Tenim esperança, però som memòria."
@ Albert
¿Acaso Vera o Mario Conde o Mariano Rubio no tenían un mejor trato penitenciario? No se porque te indignas por este tema cuando todos los días hay trato desigual entre unos presos y otros. ¿o acaso te crees que el capo mafioso en Italia tiene el mismo trato penitenciario que el ladron de tres al cuarto?
Yo lo que estoy diciendo es que si estan más de un año sin realizar ningún tipo de coacción violenta se les puede facilitar la salida a los presos que pidan perdón o a los que legalmente no puedan salir si que reagruparlos en el Pais Vasco y hacerles la vida más agradable.
Luis T.
Después de que Carod Rovira, siendo una persona que tiene como futuro declarado la defensa de un Estado catalán, se siente a negociar reformas, invalida la justificación etarra para poder pegarle un tiro en la cabeza a ningún concejal más por una supuesta "ilegalización de las ideas".
El Estado de Derecho les ha debilitado, y la política les ha quitado "razones", ahora solo queda un camino por andar, y es importante que salga bien.
///ENRIC///
Muy de acuerdo contigo Miguel en lo que dices,lo de no politizar la esperanza me parece tambien lo más sensato que he escuchado em mucho tiempo.
@Luis T. Que el trato sea desigual no quiere decir que deba serlo .
La idea es lo importante , luego esta claro que a la practica el ideal queda en poco.
Los que legalmente pueden salir han de salir obligatoriamente , sino es un rapto .
Pedir perdon ? Ni que fuera un pronto el delito cometido.
Las penas se cumplen .
ALBERT
Estoy totalmente de acuerdo en que las penas se cumplen y siempre he defendido esa idea, pero eso no quita que se puedan cumplir en Tenerife o en Bilbao, que el 2º grado se de en primer momento en que se pueda o que se de en el último momento en que sea obligado por ley, en que el tribunal supremo aplique una doctrina y se apliquen las redenciones sobre el total saliendo en pocos años de la carcel o que cambie de doctrina y pasen a cumplirse condena por condena con lo cual cumpliran los 30 años.
Nunca sere partidario de concesiones fáciles pero si ellos cumplen y no vuelven a ejercer la violencia, no digo matar sino algo mucha mas amplio ,dejar vivir en libertad, a lo largo de los años las condiciones de los presos pueden mejorar mucho.
Y el pedir perdon para mi debería ser condición indispensable para poder tener derecho a la reinserción.
Luis T.
@Luis T. OK , a ver que pasa , hay mucha gente viviendo del negocio y de las extorsiones , este es un tema que habria que comentar , por que el circuito mafioso que tienen montado no sera tan facil de desmantelar .
ALBERT
Encuentro lamentable, como ya le dije en otra ocasión Sr. Foix, que unas cuantas personas aprovechen su blog para sus diatribas o controversias.
En cuanto al tema que nos ocupa, recordemos que, años ha, se ha pedido insistentemente a los distintos gobiernos el acercamiento de los presos etarras. A ellos no se les hace ningun favor, pero sí a sus familiares que no tienen culpa alguna de que uno de sus hijos haya salido como ha salido...
Además, en las sentencias judiciales, jamás se ha incluído el apartado de "desplazarlo lo más lejos posible de su lugar de residencia". Esto ha sido, pura y simplemente, una miserable venganza añadida.
Recordemos que hay otros presos derivados del mismo conflicto que, condenados a cientos de años, están paseando tranquilamente por la calle. ¿Nadie se acuerda de dichos personajes?
Hay quien no entiende el proceso de "paz" ya que no se trata de una guerra.
No lo ven así los que han formado el entramado terrorista: para ellos desde los años sesenta es una guerra contra las fuerzas invasoras.
Claro que es difícil de comprender por aquellos que, por ejemplo, califican de "libertadores" a los invasores americanos (Irak) y de "terroristas" a los que intentan rechazar a quienes han invadido su país.
En España, en 1808, se les llamaba patriotas, no terroristas ni insurgentes.
Ramón,
Salen tres encapuchados y ya parece que todo está solucionado. De momento, no renuncian a sus objetivos y a la lucha armada para conseguirlos; es lo que dice el segundo comunicado.
Por lo demás su visión es bastante realista aunque parece, como siempre últimamente en sus artículos, que el PP son unos ineptos y los culpables de todo.
LE MONDE.
L'ETA a fait le premier pas qu'attendait le gouvernement espagnol pour engager publiquement un processus visant à sortir le Pays basque du terrorisme. Mercredi 22 mars, l'organisation séparatiste basque a annoncé un "cessez-le-feu permanent" à partir du vendredi 24 mars, décision destinée à "lancer un processus démocratique" pour dépasser "un conflit vieux de nombreuses années" et " édifier un nouveau cadre au sein duquel soient reconnus les droits qui nous reviennent en tant que peuple". Le gouvernement a aussitôt réagi à cette "bonne nouvelle" en souhaitant qu'elle marque "le début de la fin" d'un terrorisme qui a tué plus de 800 personnes en 38 ans.
Le texte du communiqué a été publié par le quotidien nationaliste Gara, et lu dans une vidéo diffusée par les chaînes de télévision où apparaissent trois etarras cagoulés et coiffés d'un béret. Dépourvue de la lourde logomachie habituelle de l'organisation, l'annonce porte sur deux revendications fondamentales : l'autodétermination du peuple basque et la reconnaissance d'un grand Pays basque qui comprendrait l'Euskadi, la Navarre et le Pays basque français. Mais la formulation de ces revendications laisse place à l'interprétation, et donc à la négociation.
C'est ainsi que le terme d'"indépendance" n'est pas employé, pas plus que celui d'"autodétermination", dont José Luis Rodriguez Zapatero a, récemment, récusé l'usage et le principe. A la place, l'ETA affirme qu'à "la fin du processus, les citoyens basques doivent avoir la parole et le pouvoir de décision sur leur avenir", définition qui pourrait s'adapter à un référendum sur un nouveau statut régional, même si ce n'est évidemment pas ce à quoi fait référence l'ETA. Le texte n'énumère pas non plus de conditions concernant, par exemple, le sort des etarras emprisonnés.
Ce n'est pas la première fois que l'ETA, qui n'a plus tué depuis le 30 mai 2003 mais a revendiqué depuis lors une cinquantaine d'explosions, annonce qu'elle suspend ses attentats. La dernière fois, la "trêve indéfinie" prononcée le 16 septembre 1998 avait duré quatorze mois. Elle s'inscrivait dans le cadre d'une négociation entre le Parti nationaliste basque, au pouvoir à Vitoria, et l'organisation séparatiste. Elle avait été mise à profit par l'ETA, affaiblie par les coups de filet policiers depuis 1992, pour se restructurer et se réarmer. Elle avait été suivie de 46 assassinats.
AGIR AVEC "PRUDENCE"
Ce qui confère une crédibilité à cette annonce, c'est la faiblesse actuelle de l'ETA, malmenée par les opérations policières, et celle de son entourage politico-social, miné par l'interdiction de sa vitrine politique, Batasuna, et les procès en cours ou à venir contre ses dirigeants. Le "cessez-le-feu permanent" - terme utilisé par l'Armée républicaine irlandaise (IRA) au début du processus qui a conduit à son désarmement -, est jugé plus durable qu'une "trêve", même "indéfinie". L'ensemble du communiqué donne le sentiment d'avoir été ajusté à la feuille de route que s'est donnée le gouvernement de M. Zapatero, ce qu'assure un responsable nationaliste, excellent connaisseur de la gauche "abertzale" (basque).
Depuis la victoire des socialistes en 2004, le chef du gouvernement ne cesse de se dire prêt à une sortie négociée du terrorisme au Pays basque. En mai 2005, il a fait adopter par les députés une résolution l'autorisant à établir un dialogue avec l'organisation armée dès lors que celle-ci renoncerait à la violence. Mercredi, M. Zapatero a déclaré qu'il "prendrait son temps" avant de demander aux députés leur soutien pour ouvrir un dialogue avec l'ETA. Il a affirmé, mercredi, que le "processus de paix" serait "dur, difficile et long" et, à l'intention d'une opinion publique échaudée par les trêves rompues du passé, il a insisté sur son intention d'agir avec "prudence".
Le chef du gouvernement veut voir s'il pourra compter sur le soutien de l'opposition de droite dans ce dossier. Depuis des mois, les dirigeants du Parti populaire (PP) accusent M. Zapatero de négocier secrètement avec l'ETA et d'être prêt à faire des concessions politiques à l'organisation séparatiste pour obtenir une trêve. Le chef de l'exécutif leur a demandé leur appui avec insistance, mercredi. Il recevra Mariano Rajoy, président du PP, après le Conseil européen de Bruxelles.
M. Rajoy a posé comme condition à son soutien que les séparatistes ne tirent "aucun prix politique" du processus et que les actes délictueux continuent d'être réprimés.
Cécile Chambraud
ETA se acabó porque su negocio ya no es de este mundo: ya no hay sitio para el terrorismo local, ahora lo que se lleva es el terrorismo global. Los etarras han devenido unos artesanos del crimen de masas, incapaces de competir en ese duro mercado con Al Qaeda y el Cuerpo de Marines.
Quienes manejan los hilos desde lejos han decidido echar el cierre. Se acabó. Ahora simplemente se trata de negociar la indemnización por despido y quién va a pagar la factura por los estropicios causados...
Josep Vilá.-
Estás en lo cierto Joaquim,este tema canta de lejos,sólo espero que tal y como pide Bartolomé no nos maten ni manipulen la esperanza.
Para mí, la palabra clave para el futuro que se abre es paciencia. Mucha paciencia, y cuando la paciencia esté a punto de acabarse, más paciencia. Por parte de todos. Es la única manera.
Josep Vilá.
Sin duda Amanda hay que tener paciencia,mucha paciencia, pero si hablas de paciencia es porque esperas que tarde o temprano llegue algo y si esperas que llegue algo es porque tienes esperanza, es así de simple.
Sr. Foix:
Por primera vez en mucho tiempo discrepo de algunos de sus puntos. Por ejemplo "El Estado no puede perder esta batalla".
La batalla ya esta perdida, desde el momento que, y afortunadamente, el único que puede decidir su destino es el pueblo vasco.
La política tiene muchas formas de eludir la palabra autodeterminación para conseguir exactamente lo mismo, aunque de forma matizada. La sociedad vasca, y de forma muy importante sus dirigentes empresariales, no permitiran que se pierda esta oportunidad, entre otras razones porqué si al final del proceso negociador no se consigue una autodeterminación encubierta, puede nacer otra ETA. No esta. Otra y hay sobradas razones para pensarlo ya que ETA estará durante generaciones en la mente de todos los vascos.
Euskadi, Sr. Foix ganó la batalla.
Lo que pasará en los próximos meses o años será pura fisioterápia.
ANTÓN Losada
Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela
Está pasando lo que todos queríamos que pasase y esperábamos que pasase desde hace más tiempo del que nos gustaría recordar. Un análisis tan sencillo y claro es todo el comentario que probablemente merece el comunicado en dos tiempos de la banda terrorista. Perder un solo minuto más en analizar su sintaxis o su vocabulario sólo puede contribuir a perpetrar de nuevo la equivocación que anida en la raíz de los fracasos que todos lamentamos y recordamos.
Esa misma equivocación que a toda costa debe evitarse ahora: dejar que sea la banda quien marque los ritmos, los tiempos y la agenda en un viaje para el cual ni hay mapas ni hojas de ruta fiables. El infierno está empedrado de buenas intenciones y análisis estratégicos. Lograr la paz pasa necesariamente por el hecho de que desde las instituciones sean la política y las fuerzas políticas quienes marquen esos tiempos, ritmos y agendas en función de la lógica de la paz y no de la lógica de la confrontación.
Las condiciones del proceso que se inicia, los términos de la tan mencionada vía del diálogo y la definición de cualquier solución no las puede ni debe fijar ETA en un comunicado. Los problemas y la agenda que plantea ETA son los suyos. El nuestro es ETA y a nosotros nos toca definirlo, y esa competencia corresponde a los parlamentos y a los gobiernos votados por los ciudadanos.
El primer paso hacia la paz pasa necesariamente por arrebatarle a la banda terrorista el control de la agenda y los pasos del proceso para que todo lo que suceda sea para solucionar nuestro problema, no los suyos. Para asegurar la consecución de ese objetivo, la elección es bien sencilla: o se tiende la mano lealmente al Gobierno para que intente llevar la nave de la paz a buen puerto o se la tiende con la boca pequeña desde el convencimiento de que se trata de esperar a que el fracaso pase por delante de tu puerta. O se está con el presidente y su Gobierno dispuesto a ayudarle y protegerle en un viaje lleno de incertidumbres y peligros o se juega a tirar la piedra y esconder la mano. Una elección que también afronta el Gobierno y su presidente. O tiende lealmente la mano para que juntos triunfemos donde otros fracasaron o comete el error de intentar monopolizar un éxito que sólo puede ser de todos.
Han pasado poco más de 48 horas, pero por desgracia ya tenemos un amplio repertorio de las cosas que no se deben hacer ni decir en estas circunstancias. Algunas eran esperables y casi podemos descontarlas como episodios tan inevitables como estériles. Esperar hoy de Batasuna otra cosa que no fuera su enésima demostración de retórica vacua y estéril no puede conducir más alla de la melancolía. Exactamente igual que abrigar la esperanza de que nos evitaríamos este desfile surrealista de analistas de léxico militar empeñados en discernir la inútil diferencia entre tregua y alto el fuego.
OTROS errores resultan más alarmantes e incluso inesperados. Jaime Mayor Oreja y su intolerable hermanamiento entre el Estatut y el alto el fuego ha dejado para la historia un ejemplo insuperable de lo que bajo ningún concepto debe hacer nunca un hombre que ha tenido la responsabilidad de dirigir la lucha antiterrorista. En su descargo conviene decir que por lo menos habla claro aunque esté claramente equivocado. Un error más imperceptible pero más devastador cometen quienes se empeñan en reclamar prudencia y ofrecen su supuesta ayuda y colaboración, mientras dejan sobre la mesa un doble lenguaje orientado a alimentar la sospecha de que alguien en alguna parte está pagando algún tipo de precio político o la de que alguien en alguna parte está levantando el pie del acelerador del Estado de derecho.
Mayor Oreja se equivoca, pero habla claro. Los portavoces oficiales de la derecha española que han hablado hasta ahora han acreditado un ejercicio de ambigüedad que únicamente añade ruido y confusión. Nadie ha pagado ni va a pagar precio político alguno. Nadie ha frenado ni va a frenar la acción de la justicia contra los criminales. Repetir ambas afirmaciones como presuntas condiciones sólo obtiene un resultado: teñir con la sombra de la duda. Si lo que se ha elegido es tender lealmente la mano y trabajar para la historia, no para los titulares de los medios de comunicación del día siguiente, es hora de hablar claro y conviene empezar a aplaudir a quien lo haga y afearle su conducta a quien se mantenga en el territorio del doble lenguaje.
YA SABEMOS de qué no se puede hablar. Ese debate tocaba ayer y ya fue zanjado. Hoy toca poner encima de la mesa de qué se puede hablar sin que nadie invoque el fantasma del precio político, cuál es el escenario que se quiere construir y se está dispuesto a utilizar sin que nadie alegue que se violentan las normas del Estado de derecho, y quiénes son los interlocutores que van a desarrollar el planteamiento, el nudo y el desenlace sin que nadie se rasgue las vestiduras ni se empeñe en representar un drama de héroes y villanos.
En la dirección que ya han apuntado las formaciones políticas que integran la alianza Galeusca, los tres nacionalismos históricos coincidentes en demandar coraje y claridad, es tiempo de que tanto el Gobierno como la leal oposición hablen claro entre ellos y nos hablen claro a los demás. Ha llegado el momento de ser generosos, valientes y decir con claridad diáfana de qué se puede hablar y hasta dónde estamos dispuestos a llegar todos para convertir un simple alto el fuego en el bien común e indivisible de la paz.
EL PERIODICO
AVUI
Eduard Mas
Noruega, Suïssa i el País Basc, concretament al municipi guipuscoà d'Elgoibar, per aquest ordre d'importància, han estat l'escenari durant dos anys de la cuina a foc lent de la pau que va culminar dimecres a dos quarts d'una del migdia amb l'anunci d'alto el foc permanent per part d'ETA.
Fonts de la lluita antiterrorista van confirmar ahir, com avançava l'AVUI, que poc després de l'arribada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa, el març del 2004, van començar els contactes a través de mediadors eclesiàstics entre l'executiu espanyol i l'organització terrorista basca.
El model de negociació seguit estaria inspirat en els contactes indirectes que el 1995 va liderar l'escriptor argentí i premi Nobel de la Pau Adolfo Pérez Esquivel i l'aleshores bisbe de Zamora Juan María Uriarte amb representants etarres i de l'executiu socialista de Felipe González.
Els escenaris centrals dels nous contactes han estat Noruega i Suïssa, amb la participació en la transmissió d'informació del sacerdot redemptorista irlandès Alec Reid i d'un delegat de la diòcesi de Sant Sebastià. De fet, Reid, que va fer possible el treball previ a la firma de la Declaració de Downing Street de 1985 entre els governs irlandès i del Regne Unit, que va possibilitar la primera treva de l'IRA, va reconèixer ahir a La nit al dia de TV3 el seu paper mediador entre "gent pròxima" a Zapatero i els delegats d'ETA, tal com també va informar aquest diari.
Les fonts de la lluita antiterrorista van remetre ahir l'inici d'aquest intercanvi d'informació a una carta que la banda armada va enviar a Zapatero l'agost del 2004, en la qual plantejava obertament la possibilitat d'iniciar un diàleg. Prèviament, segons informació confiscada a ETA, el comitè executiu de l'organització havia cursat directrius concretes al seu aparell negociador -dirigit per Josu Urrutikoetxea Josu Ternera, actualment instal·lat en un país centreeuropeu- perquè preparés les gestions necessàries en cas que s'activessin els contactes amb el nou govern del PSOE.
El president Zapatero va iniciar els contactes sabent el risc que comportaven, amb extrema prudència però amb la convicció que ETA volia obrir un procés negociador i arribar a una solució dialogada.
Però l'actual president del govern central no comptava només amb les intencions mostrades per ETA en la carta que li van fer arribar quan portava poques setmanes a la Moncloa, sinó que estava informat també de l'esborrany d'una declaració d'alto al foc que les forces policials havien trobat en la detenció del líder de l'aparell polític de l'organització, Mikel Albisu Mikel Antza l'octubre del 2004.
Paral·lelament a aquest procés negociador, que va portar Zapatero a parlar solemnement el febrer del principi del final del conflicte perquè sabia que ETA declararia l'alto al foc, l'esquerra abertzale i el PSE van mantenir diverses reunions. En aquest cas, els primers contactes es remunten a quatre anys enrere.
El calendari de l'alto el foc s'ha perfilat aquest llarg període de temps en un mas d'Elgoibar, a Guipúscoa, on s'han reunit periòdicament el líder de Batasuna Arnaldo Otegi i el president dels socialistes bascos, Jesús Eguiguren -el PSE mai ha reconegut aquest diàleg oficialment-. A Otegi i Eguiguren se'ls va afegir Francisco Egea, exconseller de Treball del govern basc i avui director de FEVE -nascut a Elgoibar i amic personal d'Otegi-, i el dirigent abertzale Pernando Barrena.
LE MONDE.
Prudence. Le terme s'est imposé, à Madrid, dès qu'a été connu, mercredi 22 mars, le communiqué de l'organisation terroriste basque ETA annonçant "un cessez-le-feu permanent". Le président du gouvernement espagnol, José Luis Rodriguez Zapatero, s'est gardé de tout triomphalisme. C'est pourtant l'annonce qu'il attendait depuis plusieurs semaines déjà, car la décision des dirigeants d'Euskadi Ta Askatasuna (Pays basque et liberté) ouvre un espoir de règlement pour un conflit commencé dans les dernières années du franquisme. Le terrorisme basque a fait plus de 800 victimes.
M. Zapatero a prévenu que le processus de paix serait "dur, long, difficile". Depuis la victoire des socialistes, en mars 2004, il avait discrètement noué des contacts avec des représentants de l'ETA, par l'intermédiaire de sa vitrine politique, Batasuna, interdite depuis 2003. Il avait obtenu des députés espagnols l'autorisation d'engager un dialogue avec les indépendantistes basques à condition que ceux-ci renoncent à la violence. Le "cessez-le-feu permanent" semble répondre à cette exigence. Il est, en tout cas, plus prometteur que les trêves, voire les "trêves indéfinies" mais sans lendemain qui émaillent l'histoire de l'ETA.
Le président du gouvernement espagnol a en tête le précédent irlandais, l'accord dit du "vendredi saint" entre Londres et l'IRA qui a finalement permis, en 1998, d'intégrer les nationalistes dans la vie politique de l'Ulster et de désarmer l'organisation terroriste. Il sait aussi qu'au Royaume-Uni le processus a été lent, alternant progrès et revers, ententes et ruptures. Sans doute en ira-t-il de même entre le gouvernement espagnol et l'ETA.
Les objectifs des nationalistes, qui réclament le droit pour les Basques de décider démocratiquement de leur avenir dans un "Grand Pays basque", c'est-à-dire des deux côtés de la frontière franco-espagnole, sont en principe incompatibles avec l'opposition de Madrid à l'indépendance basque comme avec la conception unitaire de l'Etat français. M. Zapatero a cependant amorcé une réforme du statut des régions qui pourrait permettre de garantir une large autonomie au Pays basque espagnol. Il aura besoin d'un soutien politique des autorités françaises, aussi engagé que la coopération policière a été étroite au cours des années récentes.
S'il mène le processus à son terme, le président du gouvernement espagnol pourra se targuer d'avoir réussi à concilier le refus de céder à la violence et l'ouverture d'un dialogue politique. Sans le premier, la lutte contre le terrorisme est vouée à l'échec. Sans la seconde, l'éradication du terrorisme est une chimère. La leçon dépasse le cas de l'Espagne. C'est pourquoi M. Zapatero doit pouvoir compter sur l'appui vigilant de la France.
Article paru dans l'édition du 24.03.06
Laia Forès/Montse Oliva
El president del govern espanyol, José Luis Rodríguez Zapatero, té intenció de començar els contactes formals amb ETA aquest mateix estiu, si constata que l'alto el foc és definitiu. És per això que abans que s'acabi l'actual període parlamentari -que conclou el juny- acudirà al Congrés per tal d'aconseguir el suport dels grups per encetar el diàleg amb els terroristes. No es descarta que faci coincidir l'explicació a les Corts amb el debat de política general que habitualment se celebra entre maig i juny.
Així ho avançava ahir Zapatero des de Brussel·les, on assistia al Consell Europeu de primavera, apuntant que el seu executiu disposa de prou elements per valorar la idoneïtat d'iniciar el procés de pau en els propers mesos, i insinuant també que no li acaba d'agradar que el lehendakari Juan José Ibarretxe posi en marxa la taula de partits després de l'estiu. Avisava que correspon al govern central marcar els temps.
Mentrestant, i perquè s'enceti la negociació amb ETA, el govern acabarà d'analitzar les properes setmanes si hi ha una voluntat per part d'ETA d'abandonar definitivament la violència, tal com assenyala la moció impulsada per tots els partits, menys el PP. De fet, Zapatero suggeria que l'Estat disposa d'instruments efectius per corroborar la versemblança de l'alto el foc.
L'anunci d'una compareixença al Congrés relativament imminent evidencia l'esperança del seu executiu que s'estigui en l'avantsala d'un procés que, a la llarga, culmini en una pau definitiva. Tot i així, Zapatero insistia a afirmar ahir que cal ser prudents i esperar. I insistia a repetir el missatge de la seva compareixença de dimecres: "Hem de dir a la societat que serà un procés llarg i que hem de donar temps al temps".
Però que el govern espanyol es prengui el seu temps per començar a escenificar el seu full de ruta no exclou que ahir revelés una de les primeres grans incògnites de futur: en quin moment podria iniciar-se la negociació. I, pel que sembla, no s'anirà més enllà de l'estiu.
Zapatero també va referir-se a una hipotètica legalització de Batasuna, tot recordant a la formació abertzale que, per poder estar dins la llei, "primer cal respectar-la". Això no impedeix, però, que el president espanyol obrís una escletxa que permet a la cúpula de Batasuna distingir la possibilitat que, a mig termini, tornin a tenir cabuda dins la política. "Espanya ha donat mostres de mirar cap endavant; ho va fer durant la Transició i estic convençut que ho farà amb tots aquells que vulguin complir la llei", afegia.
Paral·lelament, els Vint-i-cinc van fer públic ahir el comunicat en què expressen el seu suport als "esforços" del govern espanyol, i esperen que l'anunci d'ETA "sigui veritablement la fi de l'últim grup terrorista d'Europa". El cap de l'executiu va tornar a agrair el gest de suport dels dirigents europeus i va destacar molt especialment les paraules de suport de França, el Regne Unit i Irlanda.
A més, Zapatero viatjarà en les properes setmanes a Dublín (Irlanda) després d'haver acceptat la invitació que li va fer ahir el primer ministre irlandès, Bertie Ahren, per intercanviar els seus punts de vista sobre els processos de pau.
AVUI.
LVD.
MANUEL CASTELLS - 25/03/2006
Aún estamos en el túnel. Pero se ve la luz. Será largo y complicado, pero es irreversible. Y así podríamos llegar a una situación inédita en nuestra historia: una España en paz. Porque este hoy día placentero país nunca ha vivido en paz, sin muertos de la política. A menos que se contabilice la paz de los cementerios de los años cincuenta. Hay una tal ansia de paz en Euskadi y en España que la fuerza de la gente y la determinación de algunos políticos sinceramente pacifistas parecen capaces de desactivar las minas que ya empiezan a sembrarse en los senderos que llevan a la convivencia pacífica de ideologías encontradas.
Como en todo proceso similar, el principal obstáculo proviene de la mezcla explosiva entre los intereses beneficiados por la existencia del terrorismo y los sentimientos de indignación y venganza (aunque se reivindique como justicia) de quienes lo han sufrido en su carne o en la de los suyos. Por un lado, el entramado de ETA incluye múltiples negocios sucios y cuenta con cientos o miles de personas para quienes el activismo y la violencia eran el centro de la vida e incluso su medio de vida. La experiencia del IRA muestra la complejidad del proceso de reinserción tras décadas de lucha a través de al menos dos generaciones. Por otro lado, los intereses políticos de quienes hacen de la defensa a ultranza del orden intransigente su fuente de apoyo y votos, sean del partido que sean, se benefician de la estrategia de la tensión, como demuestra, en el ámbito internacional, la experiencia de los neoconservadores estadounidenses. A algunos líderes les importa menos la paz que la victoria. Más aun cuando coinciden con el más rancio nacionalismo español, sea el de Aznar o el de Bono, y operan mediante la equiparación de nacionalismo vasco con izquierda nacionalista vasca y con el terrorismo de ETA.
En fin, muchos somos quienes hemos tenido muertos y heridos entre nuestros amigos y familiares.
Y hace falta mucha altura de miras para hablar como lo hizo en estos días la hija de Ernest Lluch pidiéndonos mirar hacia el futuro de paz en lugar de priorizar el castigo del crimen que se llevó a su padre. Porque, como dice ella, eso no le devolverá a su padre y lo esencial es que nadie más sufra lo mismo. Pero como la sangre hierve con la indignación del recuerdo y la ley del talión es un síndrome milenario de nuestra especie, no será fácil perdonar a según quienes. Es más, las tres mil personas amenazadas en Euskadi, los cientos de empresarios extorsionados, los propietarios de pequeños comercios destruidos, los profesores que no pudieron enseñar, los concejales que tuvieron que dimitir, los periodistas silenciados a golpe de llamadas nocturnas, toda ese gente, todo ese dolor humano, todas esas vidas rotas o perturbadas, claman al cielo y condenan al infierno a los que se arrogaron el derecho de matar bajo el manto de la ikurriña. Y por otro lado, no será fácil para los militantes del radicalismo abertzale y sus familias abandonar a su suerte a presos y exiliados, ni olvidar a sus propios muertos, algunos de ellos también asesinados por comandos parapoliciales.
Porque lo esencial es partir de un diagnóstico claro de la situación actual. No se ha derrotado a ETA y mucho menos a su ideología y arraigo en Euskadi. Los terroristas han sido seriamente debilitados, en particular por la activa colaboración francesa y por la ilegalización de Batasuna. Pero la solución estrictamente policial era y sigue siendo imposible. Por la sencilla razón de que ETA se ha reproducido continuamente desde hace medio siglo, con cada nueva generación que llegaba a la lucha del nacionalismo abertzale. Recordemos que el voto cercano a las posiciones que defiende ETA ha oscilado a lo largo del tiempo entre un 8% y un 12% y que esa proporción dobla entre los jóvenes. Podemos considerar aberrante el asesinar para defender posiciones independentistas en una situación democrática, en donde las urnas desplazan a las armas. Pero algo hay en la situación social y cultural de Euskadi para que esa aberración haya mantenido un amplio nivel de simpatía política en su entorno, de forma semejante a lo que sucedió con el IRA a lo largo de casi un siglo. Por consiguiente, la paz requiere negociación. Como la negociación discreta y eficaz que los socialistas vascos han mantenido desde que Zapatero llegó al poder con los dirigentes de ETA fuera de España. Pero, sobre todo, requiere negociación de los partidos, de todos los partidos vascos, si se quiere que ETA entregue las armas y se disuelva una vez asegurada la posibilidad democrática de defender la independencia sin cortapisas. Sin embargo, hay algo más fundamental: superar el odio y el enfrentamiento en el seno de la propia sociedad vasca. La reconciliación de las conciencias, la reconstrucción de la convivencia sólo puede conducirse desde la propia sociedad civil, en el tejido asociativo local, en los clubs de fútbol, en las sociedades gastronómicas, en los centros de enseñanza, en los círculos culturales y en los medios de comunicación. La movilización de la sociedad por la paz es ante todo un esfuerzo de sentiral otro, de poder recuperar el privilegio de discutir sin insultar, de debatir sin amenazar. Sólo si la sociedad se reconcilia y los partidos construyen un nuevo espacio político sin exclusiones, podrán ir solucionándose escollos tan difíciles como el de la situación de los presos, la autodisolución de ETA y el control de algunos irreductibles.En los próximos días la sociedad empezará a juzgar quién de verdad quiere la paz, quién acepta que se ponga en cuestión la españolidad de Euskadi si ello se hace democráticamente y quién está dispuesto a renunciar a ganancias electorales a cambio de llegar a la verdadera vivencia de la democracia: aquella, según Robert Escarpit, en que cuando llaman a tu puerta a las cinco de la mañana piensas que es el lechero.
Alex Saldaña/ | alexs@diaridetarragona.com
Ser empresario en el País Vasco es una actividad de riesgo. Tanto, que a veces se paga con la vida. El llamado 'impuesto revolucionario' pone en un dramático dilema a estas personas: pagar o no pagar a ETA, comprar la seguridad propia con la certeza de estar financiando las balas que matarán al vecino o ser un valiente, no claudicar a la extorsión y asumir el riesgo que ello conlleva. Y a veces ni siquiera pagar garantiza la vida. Lo sabe muy bien la familia de Isidro Usabiaga, empresario asesinado en julio de 1996 en Ordizia (Guipúzcoa).
Isidro Usabiaga era uno de los personajes más populares del pueblo. Propietario de una empresa de grúas, participaba activamente de la vida social de la localidad -sus juergas, algunas con tunas traídas de otras ciudades, eran sonadas-. Muchos de los actos lúdicos y deportivos que daban prestigio a Ordizia -entre ellos la Prueba Ciclista Villafranca, la carrera profesional de un día más antigua de cuantas se celebran en España- no hubieran sido lo que son sin su mecenazgo. También su mujer y sus tres hijos estaban perfectamente integrados en la sociedad -el mayor era una de las figuras del equipo local de baloncesto-. Jamás habían tenido problemas con nadie; nadie les conocía una filiación política; entre su círculo de amigos, gentes de todas las ideologías -la convivencia pacífica en los pueblos del País Vasco es un milagro muy difícil de entender por los ajenos a esta tierra-.
I. LA PRIMERA CARTA
Pero, para ETA, siempre necesitada de dinero fresco para subsistir, Isidro Usabiaga era sólo un empresario, un hombre, por tanto, obligado a contribuir con 'la causa'. Y comenzó sobre él la escalada de presión que ETA aplica a las víctimas de la extorsión. La primera carta estaba escrita en un tono que, si no fuera por la amenaza que conllevaba, podía parecer hasta cortés: «ETA se dirige a usted para reclamarle una ayuda económica de (...). Para abonar dicha cantidad debe dirigirse a los habituales círculos de la izquierda abertzale manteniendo una discreción extrema y absteniéndose de poner en conocimiento de cualquier cuerpo policial la existencia de esta relación entre ETA y usted. El no responder positivamente a esta petición le haría acreedor de las medidas que ETA decida aplicar contra usted y sus bienes».
Aquella misiva fue un duro golpe y significó el primer peldaño que bajó Isidro Usabiaga -y su familia- hacia el peor de los infiernos.
II. EL CALVARIO
A aquella primera carta le siguió otra en un tono mucho más agresivo. Esta vez no llegó a nombre del empresario, sino de un familiar -se trata de desestabilizar a la familia para incrementar la presión sobre el chantajeado-. Y, a los meses, una tercera carta comunicaba que había sido «penalizado por impago con un incremento del 5%». Fue entonces cuando se multiplicaron las amenazas, acompañadas de llamadas telefónicas.
En una de ellas, fue el hijo de Isidro -que trabajaba en las oficinas de la empresa- el que descolgó el teléfono. La rabia pudo más que el miedo -o quizá fue el propio miedo el que lo sacó de sus casillas- y reaccionó increpando al etarra que estaba al otro lado del hilo telefónico: «Iros a la mierda. Dejadnos en paz. Aquí estamos trabajando, no como otros. Parásitos». Y colgó.
El teléfono volvió a sonar a los pocos días. «Es la última vez que llamamos. Y dile al gallito de tu hijo que no haga el gilipollas si no quiere tener un disgusto».
Pero pagar, una vez la tensión vence las resistencias, no siempre es una tarea sencilla. «Dirigirse a los habiutuales círculos de la izquierda abertzale» supone un vergonzoso periplo por familiares y conocidos de la órbita de Batasuna. «Es humillante, pero no hay otro remedio si quieres hacerle llegar a ETA el mensaje de que estás dispuesto a pagar -dice hoy un empresario que en su momento cedió a la extorsión. Luego, a esperar que los terroristas contacten contigo. Al cabo de un tiempo, aparece alguien que te dice que sabe que tienes un problema y que puede ayudarte a solucionarlo».
Fue lo que sucedió en el caso de Isidro Usabiaga. Pactó la entrega del dinero en un garaje. Pero la Ertzanza había interceptado las conversaciones telefónicas. Logró grabar la entrega de dos maletines con el dinero dirigido a los terroristas, cinta que posteriormente sirvió en el juicio contra el aparato financiero de la organización etarra.
III. EL DESENLACE
Las primeras pintadas en las paredes del pueblo acusándole de 'delator' fueron un signo inequívoco de que su suerte estaba echada. Isidro Usabiaga había sido juzgado y condenado a muerte. Así actúa ETA. Antes de cometer un asesinato, mancha el nombre de la víctima, como si buscara una justificación.
Las pintadas se hicieron más evidentes, más numerosas. Isidro nunca quiso abandonar su pueblo, su gente. Probablemente sentía ganas de hacerlo cada vez que alguien, el mismo con quien tantas veces había estado de 'poteo', torcía la cabeza o cambiaba de acera para evitarle. Pero siguió en Ordizia, y allí le encontró la muerte.
Era la madrugada del 26 de julio, día de Santa Ana, la patrona de la localidad, que vivía días de fiesta. Isidro regresaba a casa solo -nunca tuvo escoltas-. Cuando le faltaban 15 metros para llegar, en la esquina le esperaban dos pistoleros de ETA. Se ensañaron con él y cinco tiros acabaron con su vida. El Ayuntamiento, gobernado por el PNV, suspendió las fiestas, con la oposición de los concejales de Batasuna.
ETA había matado a Isidro Usabiaga, pero aún la banda terrorista y sus acólitos consideraban que no habían acabado con él. Mientras se oficiaba su funeral, un grupo de simpatizantes de ETA se fue agolpando a las puertas de la iglesia. Y apenas salió el cortejo fúnebre, rompieron en improperios e insultos contra el asesinado y los miembros de su familia, que alternaban con vítores a ETA. Y los días -y los meses- posteriores no fueron mejores. La familia Usabiaga es todavía señalada con el dedo y víctima de insultos y desprecios. Es la estrategia de ETA, que siempre mata dos veces y que nunca perdona.
El principal acierto de Zapatero y de quien sea que está al otro lado de la mesa, ha sido la absoluta discreción conque han llevado el asunto; para que finalmente todo culmine bien, para que la paz sea un hecho irreversible, debe continuar esa discreción al menos hasta que el actual proceso no tenga vuelta atrás.
Que nadie tuviera ni idea de lo que estaba pasando ha sido pues uno de los ingredientes fundamentales para que haya sido posible que pasara. Huelgan por tanto las especulaciones baratas, las exégesis interesadas y otras muestras del "ya lo decía yo" propias de tertulianos a quienes la noticia ha cogido en calzoncillos...
Joaquim, no lo sabían los que no prestan atención que son casi la mayoría de tertulianos. Sin embargo, el periodista Juan Varela ya daba pistas de por donde iban las cosas en su blog el 27 de febrero. Aquí le pongo el vínculo. Ésta es la grandeza de internet, no hay que ir a las hemerotecas.
http://periodistas21.blogspot.com/2006/02/la-estrategia-del-aparatchik.html
Y le diré que yo estuve en Donosti (no me dedico a la política ni al periodismo, Dios me libre) en noviembre y se notaba un cambio en el ambiente. Entre las personas con las que hablé relacionadas con mi trabajo (mundo de la cultura), había optimismo y esperanza, cosa que nunca antes había encontrado. Me decían: "con esta situación de ahora, hay posibilidades como nunca las ha habido de que ocurra algo positivo."
Ojalá todo llegue a buen puerto. Y sobre todo, paciencia, mucha paciencia.
Vuelvo a poner el vínculo
http://periodistas21.blogspot.com/
Como veo que no aparece entero, busque el comentario del 27 de febrero titulado "la estrategia del "aparatchik", de Juan Varela
Últimamente, participo poco en el blog de Lluís Foix porque me molesta la gente que copia comentarios enteros de otros diarios. Bartolomé C y Miguel se mantienen en su buena onda de comentadores, pero si quiero leer Le Monde, l'Avui, El Periódico, The Guardian, etc, ya sé donde encontrarlos.
Saludos cordiales,
Amanda
Excepcional artículo aparecido hoy en Diario de Mallorca: SET DE SIETE
Paz, piedad, perdón
DANIEL CAPÓ
Cuenta Reyes Mate, en Memoria de Auschwitz, que el gran Plutarco definió la política como el arte de robar al odio su capacidad de eternizarse, de perdurar una generación tras otra, como ha venido sucediendo en este país durante los dos últimos siglos. En verdad, uno no sabe dónde buscar el origen del cainismo nacional: si en la casta de los políticos o entre los arrabales del pueblo. Y aunque me gustaría creer que fue la política y no el pueblo -la responsable, digo, del odio entre hermanos-, uno nunca ha terminado de tener del todo claro cuáles fueron los lobos y cuáles los corderos; si no será que tengamos todos algo de lobos y algo de corderos o que las más de las veces el lobo aparezca con la caperuza del cordero y al revés. Quizá ni se deba ni se pueda dar un sí o un no muy fuertes, y sea mejor llevar luto por los muertos, por los que sufrieron antes que nosotros y también más que nosotros. La primera condición que requiere la justicia es recuperar la memoria de las víctimas, dejar que su voz hable de nuevo, no para fijar el dolor o el odio -así es como, trágicamente, ha ocurrido en muchos de los procesos reforzadores de la configuración nacional: de la mitología del gudari vasco al odio étnico presente en los pueblos de la antigua Yugoslavia-, sino para que el criminal sienta su culpa y comparta el dolor de la víctima. La paz, diríamos, no se asienta en la amnesia del horror ni en el olvido de la injusticia, sino en la culpa que se reconoce, por la que se sufre, y que hace posible la reconciliación.
Uno de los grandes interrogantes que se abre con el alto el fuego de ETA es saber qué papel van a jugar las víctimas en este proceso: ¿será escuchada su voz? ¿Se les pedirá, como sujetos de la injusticia, perdón por el daño sufrido? También se puede plantear la pregunta de un modo distinto: ¿a qué paz se puede aspirar en Euskadi? ¿Una paz que no tenga en cuenta el juicio silente de los muertos o una paz que se asiente sobre el reconocimiento del crimen y que dé fruto, precisamente, porque el anhelo de reconciliación es mutuo y compartido? A veces se dice que la paz estriba en la ausencia de violencia, pero la injusticia establecida nunca puede ser sinónimo de paz. El filósofo Reyes Mate -a quien este columnista tanto debe en su interpretación de la realidad política y moral- ha escrito que "la posible re-humanización del verdugo depende de que sepa ver en el otro la inocencia, es decir, de que entienda que tiene que responder de una muerte inocente". De hecho, la posibilidad de una paz auténtica no puede estar ligada ni al olvido socialmente aceptado y planificado del horror -cuya consecuencia última, nos recuerda Jean Améry en Más allá de la culpa y la expiación, es el resentimiento atroz de la víctima- ni al espantajo aséptico de una falsa igualdad que no sepa reconocer la barbarie del pasado ni el quejido de los inocentes.
Paz, piedad, perdón, exclamó en una ocasión Manuel Azaña ya al final de la guerra civil. Ni vencedores ni vencidos, diría uno, sino una paz que se enraíce en la piedad y el perdón. Al menos, si no se quiere que el odio y el resentimiento, que dijera Plutarco, se eternice para siempre.
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