miércoles, noviembre 02, 2005

Tres manos tendidas

Me quedo con las tres primeras intervenciones en el Congreso de Madrid para defender la tramitación del Estatut. Artur Mas, Manuela de Madre y Carod Rovira estuvieron correctos, construyeron un discurso largamente pensado y cada uno a su manera tendió una mano a España con elegancia y con una cierta candidez.

Me emocioné con los tres porque los tres hablaron con el corazón, tocaron la fibra de la catalanidad y lo hacían de forma respetuosa ante una parte del hemiciclo que los recibía de uñas.Los tres hablaron no sé cuantas veces de España cuando en el proyecto de Estatut se menciona en sólo dos ocasiones y casi porque no hay más remedio.

Me interesó el respeto que pedían a una propuesta que lleva el respaldo de casi el noventa por ciento del parlamento catalán. Al margen del griterío organizado en las puertas del Congreso por una minoría que sólo entiende la España única y descontando el ruido mediático que injusta y frívolamente precedió la sesión de ayer, los tres representantes del parlamento catalán me causaron una muy buena impreisón.

Artur Mas apeló a que nadie se dejara llevar por el miedo, el temor o el recelo y que España se reconociera a sí misma tal como es, plural y distinta. Dejen de instrumentalizar a Catalunya, dijo Mas, pensando que se pueden ganar o perder unas elecciones en España poniendo la causa catalana en la parrilla.

Me emocionó Manuela de Madre cuando trazaba su biografía al tener que abandonar su Huelva y cuando desde la catalanidad expresaba que nadie la iba a echar de Catalunya pero que tampoco nadie la iba a echar de España. Les damos la mano, no la desprecien, suplicó la diputada socialista que hablaba en nombre de su partido, socialista y catalán, y que no perdía de vista sus raíces andaluzas.

Me sorprendió también el respeto con que Carod se dirigía a una cámara en la que había muchos diputados que le habían insultado. Admitió Carod que se puede afeitar el texto estatutario pero no se puede desnaturalizar su espíritu. No nos cierren la puerta, dijo el líder tan vilipendiado en las Españas.

No voy a hablar del discurso del presidente Zapatero que me pareció precario y no alcanzó la visión de política de Estado que expresó en el debate del plan Ibarretxe. Ni de la rotunda negativa de Mariano Rajoy a tramitar el Estatut. El turno del resto de intervenciones forman parte del rifirafe que se avecina. Me quedo con los tres primeros porque extendían la mano y no podían dar miedo a nadie.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos.

Señor Foix, tengo una duda:

Si CIU retira el Estatut de Madrid, tal y como ha amenazado, y tal y como quiere Rajoy, ¿quiere eso decir que CIU no querrá un nuevo Estatut si no le dan la razón en todo?, y por otro lado ¿confirma esto que Rajoy piensa lo mismo que CIU, en el sentido inverso, pero con idéntico resultado?.

Los dos principales partidos de la oposición en Cataluña y en España parecen mantener posiciones maximalistas, cada uno en los polos extremos del debate.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez.

Pedro Baques dijo...

A tenor de todo lo publicado en estos días, sobre la España Plurinacional, que tanto revuelo está ocasionando, le estoy enviando unas líneas firmadas por Eduardo Ortega y Gasset (hermano de José Ortega y Gasset) titulado "La España Poliforme - Las Españas" escrito hace unos 50 años procedente de la Casa de España de Caracas. Si alguna persona tiene especial interés en esta publicación con mucho gusto se la haré llegar. Mi emal es. pedrobaques@telefonica.net

Anónimo dijo...

Sr.Foix:coincido con Vd en que ayer no hemos escuchado a Azaña ni a Ortega,le confieso que me han sorprendido por su bajo tono y nivel las dos intervenciones de Zapatero y Rajoy,tal vez me equivoque,pero tengo la impresión que ambos saben más de lo que aparentan sobre el final del Estatut.


Bartolomé C.

Anónimo dijo...

El problema creo yo que no está en lo que se dice sino en lo que se ha presentado al Congreso de los Diputados por escrito, cual es el proyecto de Estatut.

Es claro que la mayoría de los partidos minoritarios del Congreso no lo han leído, pues solo así puede explicarse el apoyo incondicional de algunos de ellos, por el simple hecho de la solidaridad con el patito feo; las cosas no van así.

Pero algunos sí han leído el proyecto aprobado por el 90% del Parlament, no del 90% de los ciudadanos de Cataluña, pues no hay que transpolar tan alegremente esta cuestión y, aunque cueste reconocerlo, entre tanta diatriba como escupió ayer Rajoy, algunas consideraciones al texto son ciertas; en cuanto al intervencionismo en la vida social y económica de Cataluña, por ejemplo.

Pero cómo no van a dudar los interlocutores ante una mano que se dice tendida, si por un lado están hablando de libertad y por el otro, el mismo gobierno que patrocina el Estatut, está redactando un proyecto de ley de la vivienda que amenaza con la expropiación de pisos vacíos.

Cómo no va a dudarse de las buenas intenciones de quienes dicen tender la mano a España y luchar por la equiparación del castellano y el catalán si la consellería de educación está redactando un reglamento para que en los colegios se hable exclusivamente en catalán.

Planean muchas dudas sobre el futuro de todo ello y demasiadas certezas sobre lo que está ocurriendo ya. A parte de no haber dado entrada al President de la Generalitat en la presentación del proyecto a la Cámara, máxima autoridad de Cataluña, por el descrédito que los propios partidos que le dan soporte le han reportado. Ah y porque no se ha leído el proyecto. Al menos, a unos días del 30 de septiembre pasado, no lo había hecho. ¿Cómo iba entonces a poder defenderlo?

Martí Perarnau dijo...

Estimat Lluís,

Comparto la mayoría de tus opiniones de hoy. Sobra ruido y falta serenidad. Precisamente por ello, el mensaje de los tres parlamentarios catalanes fue lo mejor de la sesión. Y si debo distinguir a alguien es a Manuela de Madre por su combinación de serenidad y emoción. En cualquier caso, y desde cualquier opción política, las manos tendidas deben ser siempre bienvenidas. Ojalá estos próximos meses todo el mundo se acerque. Se trata de convivir, no de ganar.
Un saludo

Anónimo dijo...

Completament d´acord , Sr. Foix .M´agradà la intervenció dels tres representants del nostre Parlament . Cadascú en el seu paper . M´entristí el fons i les formes del discurs del Sr. Rajoy .Això no és centrisme...Una pena .El Sr. Zapatero , fluixet .

Jaume S. Regàs

Brian dijo...

Sr. Foix

M'he enterat que ahir en Rajoy va fer us (no en se els detalls) de l'article d'en Juan-José López Burniol en la seva última intervenció al Congrés.

Em consta que vostè i en Juanjo son amics o que, si mes no, mantenen una bona rel.lació en tant que copartíceps de la tertulia del matí a TV3 (que malauradament no puc veure perquè soc a la feina). M'agradaría que li fes arrivar la manifestació de la meva simpatía, perquè crec que ho deu està passant malament al constatar que la honestitat amb sí mateix li comporta, no solsament la incomprensió de alguns amics (això ja ho devía donar per descomptat), sino la utilització i manipulació barruera per part dels que no ho han estat mai.
Afectuosament,
Toni Mont

Anónimo dijo...

Saludos.

Yo dejaría que los que están ahora en el Congreso echando espuma por la boca se griten entre ellos.

No se merecen que les prestemos tanta atención, solo la necesaria, pero sin olvidar que somos nosotros los que les pagamos el sueldo a ellos, y que el jefe no puede repetir los errores del empleado, ¡solo faltaba!.

En este país sobran lealtades partidistas, y falta imaginación y libertad ciudadana.

Es horrible ver a los ciudadanos pensando si realmente quieren una Guerra Civil o no, ¡pero como diablos van a querer una Guerra Civil!,¿usted se cree que en la época de la Play Station y la Televisión por cable yo me voy a ir a partirme la cara recuperando Guerras de hace MEDIO SIGLO de épocas en donde casi no había ni electricidad en la mitad de España?,¿pero nos han visto cara de idiotas o que?.

Un consejo señor Foix:

Llévese a sus amigos al cine, al teatro ó a tomar unas cañas, y recuérdeles que la política no lo es todo en esta vida ... y menos mal, ¡porque si no nos volveríamos todos locos de remate!

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.

Martí Perarnau dijo...

@ Jubete

He leído atentamente su comentario acerca del Estatut y debo decirle, en primer lugar y aunque sea obvio, que respeto por completo todas sus opiniones, especialmente aquellas de las que discrepo.

Sin embargo, me permito señalarle que en su mención al artículo 14.2 del actual proyecto de reforma del Estatut se desliza un error de fondo. El artículo que usted cita no es de nueva redacción, ni pertenece a ninguna reforma del actual texto vigente, sino que es exacta y literalmente igual al que está en vigor desde la aprobación del Estatut, mediante sanción del Su Majestad el Rey el 18 de Diciembre de 1979.

En dicho Estatut, en plena vigencia actualmente, el artículo 7.2 dice con absoluta literalidad lo mismo que en el nuevo texto presentado ahora. En artículos posteriores (20 y 26) se amplían y detallan las aplicaciones del derecho civil catalán. En dichos artículos queda evidenciado -en referencia a lo que usted se pregunta- que si un ciudadano manifiesta su voluntad contraria, le será de aplicación supletoria el derecho civil español.

Por lo tanto, el actual proyecto no modifica ni en una sola coma el vigente texto, plenamente constitucional, elaborado por la Asamblea de Parlamentarios de Catalunya y dictaminado por la Comisión Constitucional del Congreso el 13 de Agosto de 1979, aprobado por referéndum del pueblo catalán (88,14 % de votos favorables) el 25 de Octubre y publicado en el BOE con fecha 18 de Diciembre de 1979.

Reciba un cordial saludo.

Fdo: Martí Perarnau

Roberto Iza Valdés dijo...
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Anónimo dijo...

Saludos.

Sí que habrá ciertos retoques al texto para hacerlo, no solo constitucional (porque efectivamente sino lo fuera, ya no el Congreso, sino el Tribunal Constitucional lo echaría abajo) sino también razonable (con toda la subjetividad que ello comporta).

Ahora bien, toda aquella "chapuza", como algunos dicen, que no sea "arreglada", será, siendo una chapuza, una chapuza legítima, porque la libertad y la democracia solo dirimen una serie de legitimidades, pero no de lo razonable o no que sea cualquier iniciativa individual o colectiva.

La democracia no garantiza la razonabilidad de las normas, solo su legitimidad, es el pueblo el único sujeto político con la potestad suficiente para sancionar la razonabilidad de una norma, concretamente, cada 4 años.

El que los Estatutos se terminen de crear en el Parlamento español no sirve para garantizar su constitucionalidad, aunque se pueda hacer, sino porque los Estatutos, al no ser declaraciones de independencia, definen un espacio compartido entre una autonomía concreta y el resto del territorio estatal, y por lo tanto, debe ser consensuada entre ambas partes, dado que sino, sería una imposición unilateral, y por tanto, no sería democrático.

Si no se quiere pasar por el Parlamento español para decidir única y exclusivamente por si mismos, lo único que se puede hacer es declarar la independencia total y absoluta, porque en dicho caso, y solo en dicho caso, no existe un cruce de legitimidades, eso sí, existiría un vacio jurídico absoluto.

Sería legítimo, sí, pero una estupidez brutal y contraría a toda lógica, y los ciudadanos no solo valoramos lo que es legítimo, sino también lo inteligente, porque el mero hecho de tener derecho a realizar una propuesta no hace de esta algo razonable.

Es por eso por lo que, y dicho sin acritud, lo defendido por el señor Ibarretxe es un absoluto sinsentido, no tiene ni pies ni cabeza, y no llegará a ningún lado.

El Estatuto le puede parecer una chapuza de la clase política catalana, pero lo más importante no es que sea una chapuza, sino que es SU chapuza, una chapuza muy legítima de defenderse.

En cuanto a su razonabilidad, yo me guardaré mi juicio, como ciudadano, y lo haré valer en las próximas elecciones con mi voto, que es incuestionable, intransferible, inatacable, indiscutible y soberano.

En ese mismo momento, ante las urnas, mis servidores, aquellos a los que les pago el sueldo con mi dinero, los políticos, tendrán que rendirme cuentas, y le puedo garantizar que ya no valdrán más peticiones desesperadas por el derecho de unos y otros por tener opinión, obviedad absurda donde la halla, sino sobre su razonabilidad, inteligencia y oportunidad.

El último en apuntarse a la moda de "tengo derecho a decir lo que pienso" es el señor Rajoy. Craso error.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.

Roberto Iza Valdés dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Roberto Iza Valdés dijo...

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