miércoles, noviembre 09, 2005

La primera derrota de Blair

Es muy difícil seguir la lógica de la ética política en tiempos de guerra o cuando el terrorismo siembra el miedo en una sociedad que ha sido sacudida por atentados indiscriminados con docenas de muertos.

Tony Blair ha sufrido su primera derrota en los Comunes después de ocho años de gobierno. El planteamiento de Blair es que “no estamos viviendo en un estado policial pero vivimos en un país que se enfrenta a una amenaza seria y real del terrorismo”.

Para combatirlo, el primer ministro propone la detención de sospechosos de terrorismo a una privación de libertad durante noventa días sin que se presenten cargos contra él. Los argumentos para que la ley para luchar contra el terror era imprescindible los exhibió a última hora advirtiendo que la policía había desactivado dos nuevos ataques terroristas después de los atentados del siete de julio.

Previendo que podía perder la votación lanzó una proclamación que sonaba a epitafio político: “algunas veces es mejor perder y hacer lo correcto que ganar y equivocarse”.

Perdió la votación porque conservadores, liberaldemócratas y varios de sus diputados laboristas consideraron que noventa días de detención sin cargos era demasiado. Blair era derrotado por primera vez por una cuestión de derechos de los hipotéticos agresores a la sociedad británica.

Se volvió a presentar una ley alternativa reduciendo el periodo de detención sin cargos a veintiocho días que ya son muchos. Fue aprobada evitando así que el primer ministro fuera humillado y precipitara su dimisión que él mismo ha anunciado que se va a producir antes de terminar la presente legislatura.

El peligro del terrorismo sobre las sociedades occidentales es real y lo hemos experimentado en Nueva York, Madrid y Londres. No se puede negar la evidencia y es responsabilidad de los gobiernos combatir con todos los medios legales estas amenazas.

Pero la historia demuestra que ninguna sociedad democrática ha sido derrotada por el terror. Los daños sufridos por las democracias han sido más bien debidos a la reacción desproporcionada para hacer frente a los peligros reales del terrorismo. Cuando un estado democrático decide utilizar todos los medios para reprimir a un grupo terrorista corre el peligro de fomentar más núcleos de terror y más propaganda para su causa.

Detener a un sospechoso y privarlo de libertad sin cargos durante noventa días no forma parte de la tradición liberal británica. A Blair se lo han recordado incluso varios de sus diputados laboristas que no le perdonan el haber ido a una guerra basada en una mentira.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr.Foix,no deja de sorprenderme que cuando Vd nos señala con su dedo la luna para hablar de ella,haya gente dispuesta a hablar sólo de su dedo culpandole de todos los males,en lugar de hablar de esa luna que Vd nos propone como tema,pero siempre aprende uno algo nuevo cada día.


Bartolomé C.

Portarosa dijo...
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Martí Perarnau dijo...

Resultan curiosas las piruetas que realizan todos los partidos políticos en todos los países. Así, vemos que el muy conservador Partido Tory vota contra la ampliación del período de incomunicación, que es uno de los puntales de la ideología conservadora, y actúa como garante de los derechos ciudadanos, en tanto Blair y su tercera vía al socialismo plantea una medida a todas luces abusiva, que cercena libertades en aras de la seguridad, ideario que firmaría cualquier conservador, pero jamás un liberal y mucho menos un socialdemócrata. Parece un juego de máscaras en que cada cual permuta su posición e intenta apropiarse de la tradicional ideología del rival. En Gran Bretaña, aquí y por doquier. El oportunismo da réditos coyunturales, pero rompe esquemas, agrieta confianzas y sólo genera perversidad ideológica. Dicho todo lo cual, las medidas propuestas por Blair -y derrotadas- me parecen una solemne barbaridad.

Anónimo dijo...

Buenas noches.

Me ha gustado mucho el artículo, y no puedo quitarle la razón. En cuanto a la situación política y social que se está viviendo en Europa, uno no puede evitar sobrecogerse en algunos momentos.

Dada mi juventud, no he vivido ninguna guerra, ningún golpe de estado, nada de eso. Pero si estudio, y me han interesado siempre estas cosas; y aunque en diferente modo, veo que el pueblo, la parte mayor y más rasa de la sociedad, está comenzando a respirar un clima aviolentado hacia la inmigración, a causa de la masividad de esta, y los atentados terroristas islámicos. A veces me pregunto, si no estamos generando un buen caldo de cultivo, para que se crien nuevas ideologias totalitarias o resurjan de sus cenizas algunos viejos enemigos de la paz?

Salud.
Kurt

Anónimo dijo...

El Islam es la segunda religión de Europa. Está activa y es proselitista hasta el punto de disponer de centenares de voluntarios para inmolarse y causar el máximo daño posible a personas y bienes en las grandes ciudades europeas o americanas.

¿Qué diferencia hay entre este parágrafo y las parrafadas matutinas de Jiménez Losantos en la COPE?

Anónimo dijo...

Saludos.

La inmensa mayoría de los musulmanes que hay en España no están dispuestos a inmolarse por absolutamente nada. Lo demás son mentiras.

En cuanto a lo que le está pasando a Blair, forma parte de una tendencia general del centro-izquierda.

En Alemania, en Francia, y ahora tambien en Israel, las alas izquierdas de los partidos socialdemócratas estan tomando el control de los partidos, porque la militancia de base ya no aguanta más, más estupideces, más conservadurismo inútil y más mentiras.

En Alemania el ala izquierda del partido hasta ahora en el poder ha tomado el control de la organización, en Israel los socio-liberales tambien han sido apartados de la cúpula, en Francia es posible que pase algo similar, y si no pasa es porque Jospin ha decidido retirarse, en Italia no pasará porque a quien le toca caer ahora es a Berlusconni, pero en el Reino Unido, Blair tenía todas las papeletas.

Son incontables los militantes de base y concejales del partido Laborista los que han dicho "basta" a la deriva conservadora del partido, y hay que recordar que lo que ha pasado en el parlamento, como muestra de la representación directa y popular, es solo una muestra, en forma de termómetro, de la temperatura de la fractura interna del partido, real, aunque no visible hasta ahora.

La experiencia dice que nunca se puede desatender a las alas izquierdas de un partido socialdemócrata, porque son parte del músculo ideológico de dichas formaciones y tienen capacidad de tumbar a líderes socio-liberales cuando son débiles de discurso y no tienen alternativas reales al centro-derecha.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.