lunes, marzo 31, 2008

La magnanimidad, también en política

La generosidad y la amplitud de miras son propias de los grandes estadistas. En espera de otras aportaciones, sitúo en el orden de los grandes personajes de estos últimos quince años a Helmut Kohl y a Vaclav Havel, el ex canciller alemán y el ex presidente de Chequia respectivamente. El primero por haber impulsado la unidad alemana a pesar de los costes en recursos económicos que todavía hoy son una pesada carga para muchos contribuyentes alemanes. El segundo fue poeta, dramaturgo y pensador en sus tiempos en la cárcel.

Al caer el muro de Berlín Checoslovaquia recuperó su independencia y ganó las elecciones libres. Cuando se planteó la partición del país, dimitió de presidente y al consumarse la división entre Chequia y Eslovaquia, resgresó como presidente de Chequia. La Europa de los noventa avanzó porque veía más lejos cabalgando a hombros de gigantes. No fueron los únicos pero sí dos de los más emblemáticos.

Pensaban en Europa positivamente y no como refugio de pequeños y a veces mezquinos intereses nacionales. El primero por jugarse el tipo unificando a Alemania. El segundo aceptando la realidad de un país que se partió en dos con una simple votación parlamentaria.

Europa no es una coartada estratégica sino un ejercicio realista de interdependencia sin abandonar los intereses de las soberanías nacionales. El que da más, recibe más. Y el que no quiere dar nada, se queda con muy poco. El Plan Marshall benefició a los países devastados por la guerra. Pero a quien más benefició fue a Estados Unidos. Alemania ha dado mucho para que la UE fuera un espacio en el que las desigualdades económicas y sociales fueran mínimas. Europa entera se lo debe agradecer y Alemania es hoy un país que no da miedo sino que inspira confianza.

Me dirán que esta referencia a dos gigantes políticos europeos no tiene nada que ver con el conflicto de la larga sequía que nos va a afectar a todos si no llueve abundantemente en los próximos meses.

Pero sí que guarda relación porque no se trata de pedir lo que uno considera suyo sino de practicar la magnanimidad que es muy útil en la vida de cada uno y también lo es cuando se practica desde la política, las sociedades y los estados. Esta mirada estrecha sobre el agua nos ha llevado a la insólita situación en la que una visión raquítica propicie un enfrentamiento con el Estado y entre los territorios catalanes

6 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Esta cortedad de miras puede ocasionar uno de los mayores problemas de identidad territorial, es cuestión de que en este rio seco revuelto de intereses haya quienes tomen sus decisiones desde el egoismo y no desde la generosidad.
No me gusta el caríz que están tomando las cosas y menos ciertos posicionamientos.

Africa dijo...

Bartolomé:De acuerdo,pero las decisiones habrá que tomarlas pensando en el futuro.Da la sensación que aquí todo lo solucionamos con parches para solventar el inmediato y es probable que a la que caigan cuatro gotas nos olvidemos(se olviden) de la sequía.Un saludo

BartolomeC dijo...

Africa, uno de los problemas es que a día de hoy hacer trasvases está considerado de derechas y hacer desaladoras es de izquierdas. Proyectos, informes y dictamenes técnicos sobre el agua hay a miles, la decisión ha sido siempre política y electoralista, es la pescadilla que se muerde la cola.

Anónimo dijo...

///ENRIC///



El agua ha sido siempre motivo de discordia y en estos momentos mas todavia, nadie quiere repartir lo que tiene, es puro egoismo, lo mio es mio y no se reparte y si a esto le sumas lo de el agua los regantes, la cosa se complica.

Brian dijo...

Cuando se tienen pocas ideas y mal hilvanadas uno corre el riesgo, más que seguro, de formarse imágenes simplistas y deformadas. Así me ocurre a mí en lo tocante a la escena internacional. Es por ello que al ex presidente Vaclav Havel, además de como dramaturgo, le tengo asociado a J. M. Aznar por aquella famosa carta de apoyo a Bush. Se que es un prejuicio injusto, pero dicen que el corazón tiene razones que la razón no entiende...

Anónimo dijo...

Ahora que tenemos los pantanos secos se acuerdan del agua, los políticos que no han sabido preveer esto deberian dimitir, pero todos.


Un saludo,J.Vilá.