El debate sobre el legado de Tony Blair empezó ayer con el viejo ritual de cambio de primer ministro en un país que tiene también un sentido litúrgico en el funcionamiento de las instituciones. Un comentarista de la BBC decía con cierto orgullo que esto es “British politics at work”, así funciona la política británica en tiempos de relevo del jefe de gobierno.
La rapidez del proceso es vertiginosa. El movimiento de camiones de mudanzas en el número 10 de Downing Street se producía a media mañana con una puntualidad inexorable. Todos los objetos personales de la familia Blair eran cargados en el vehículo con la inevitable filmación en directo para todo el mundo.
Al mediodía salía Tony Blair hacia los Comunes sabiendo que era la última vez que cruzaba el umbral famoso como primer ministro. Una sesión de preguntas de poco más de media hora. Los temas eran los habituales, como si fuera un día cualquiera. La situación de la sanidad, la educación, la guerra en Iraq, el paro en el distrito de Sheffield... Respuestas instantáneas. Reconocimiento de toda la Cámara al papel de las tropas en Iraq que, paradójicamente, han precipitado el calendario de la retirada de Blair.
Ironías y bromas, grandes carcajadas y también el reconocimiento del recalcitrante Ian Paisley que ha contribuido a la paz en el Ulster. No era momento de ajuste de cuentas. Simplemente, se trataba de despedir con educación y dignidad a quien ha sido diez años primer ministro.
Vuelta a Downing Street y caravana clásica hacia el palacio de Buckingham, tan bien evocado por la película The Queen. Audiencia privada con la reina a la que le comunica su dimisión. Paralelamente, otro coche oficial atraviesa las calles más nobles de Londres, justo minutos después de que la comitiva de Blair ha salido de palacio y se dirige a su casa.
Llega Gordon Brown a palacio y la reina le encarga la formación del nuevo gobierno que se conocerá en las próximas horas. Todo en cuestión de minutos. Sale de Buckingham Palace y se dirige a Downing Street. Toda esta rancia ceremonia ha durado menos de tres horas.
Blair asume nuevas responsabilidades en Oriente Medio y Brown se queda con el reto de revitalizar el cansado partido laborista que ha de decidir cómo sale del embrollo de Iraq. La era Blair ha terminado con luces y sombras. Los conservadores de Cameron están al acecho
miércoles, junio 27, 2007
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7 comentarios:
Alguien vio ayer el documental de "60 Minuts"? impresionante...
Que sepa Blair que le debe la vida a unos PATANES americanos que consiguieron sabotear una célula terrorista que quería asesinarlo... que lástima.
Y luego dicen que son cuerpos de paz, que paz ni que leches? si no saben ni que demonios es la diplomacia, por no decir la educación.
Ah! Blair? si, ha hecho un buen trabajo, de hecho sus compatriotas le deben que no haya entrado el euro en la isla, que no es poco... lo peor que nos ha pasado a nosotros.
Isarn
Sr.Foix: En tres horas, en nuestro país, no se decide ni el color de la corbata que ha de llevar en la ceremonia de traspaso de poder el presidente, los asesores de imagen deberían antes ver las encuestas de intención de voto y sacar conclusiones sobre esa corbata.Los tertulianos de las cadenas hablarían después largo y tendido sobre el acierto de la elección y en las tiendas de Serrano, Princesa y Velazquez esa corbata valdría el triple al día siguiente.
Sithwolf,"60 minuts" magnificos.
Todo lo bueno que ha realizado Blair se le ha ido al traste por su apoyo a la guerra de Iraq, parece mentira la fuerza de convicción que tienen los Bush.
J.Vilá.
Como me gustaría que el PSOE hubiera despedido así a Aznar, o que el PP despidiera así a Zapatero...
Reconozco que yo también tengo una envidia sana al compararnos.
(Jordi)
Sr Foix:Todo muy correcto y puntual,excepto la salida de tono de la Sra Blair.Empezó mal(con bata y zapatillas) y termina peor..
Como siempre hasta que Africa no opina el blog no está completo.
Roger.
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