domingo, abril 08, 2007

Sobre la verdad y la mentira

Harry Frankfurt analiza en su breve tratado sobre la verdad algunas consideraciones que merecen una reflexión. Por su obviedad y por su utilidad. Dice el ensayista que "vivimos una época en la cual, por extraño que parezca, muchos individuos bastante cultivados consideran que la verdad no merece ningún respeto especial".

Los posmodernos nos dicen que el derecho a conocer la verdad carece de fundamento, simplemente, todo depende de cómo se miren las cosas.

Partiendo de esta consideración es posible convivir con verdades relativas, subjetivadas, cambiantes. La objetividad es imposible de forma absoluta. Nada es del todo puro, ni siquiera el alcohol lo es al cien por cien.

Pero hay unos mínimos que tenemos que respetar. Por ejemplo, la República no ganó la guerra civil y Franco no era un demócrata. Hay una dimensión de la realidad que ni siquiera la más enérgica comprensión de la subjetividad puede vulnerar.

"Este es el espíritu de la famosa respuesta de Georges Clemenceau cuando le pidieron que especulase sobre qué dirían los futuros historiadores sobre la Primera Guerra Mundial: desde luego, no dirán que Bélgica invadió Alemania".

Frankfurt afirma que "las civilizaciones nunca han podid0 prosperar, ni podrán hacerlo, sin cantidades ingentes de información fiable sobre los hechos. Tampoco pueden florecer si están acosadas por las problemáticas infecciones de creencias erróneas". Sobre una verdad a medias o sobre una mentira no se construye nada.

Repito conceptos que, por obvios, no podemos ignorar. Nuestro éxito o fracaso en cualquier cosa que emprendamos, y por tanto en la vida en general, depende de si nos guiamos por la verdad o de si avanzamos en la ignorancia o basándonos en la falsedad.

Recoge Frankfurt algunas reflexiones de filósofos anteriores sobre la mentira y la verdad. Kant, por ejemplo, decía que "una mentira siempre perjudica a otro; si no a un hombre en concreto, perjudica a la humanidad en general". Y Montaigne precisaba que "al realizarse nuestro entendimiento únicamente por la palabra, aquel que la falsea traiciona la relación pública".

San Juan afirmaba algo más simple y radical: la verdad os hará libres. No se puede sostener la convivencia ni tampoco la democracia sino parte de verdades universalmente compartidas.

Vivimos en una sociedad que la soporta todo. Pero no es aconsejable zambullirse en el río de la charlatanería, la tergiversación y el engaño. Hay que huir de la propaganda, especialmente la de la de los nuestros. La verdad es práctica, desprecia las conspiraciones, resiste la luz del día y no se esconde en las tinieblas.

Se encuentra a gusto en el sentido común, en la comprensión del otro, en el respeto a los demás, en pedir disculpas cuando se advirte que se ha penetrado en el error.

No es fácil conocer la verdad, toda la verdad, Nadie la puede apreender. Pero no es pertinente descartar verdades que se nos aparecen como evidentes. Es poco racional, surrealista, entrar en el absurdo.

8 comentarios:

´´ dijo...

La diferencia es que la mentira hay que recordarla y la verdad es . Todos hemos mentido alguna vez y lo complicado es recordar la mentira de forma veridica , si te la crees el problema es mas grave , por eso la verdad te hace libre , porque es real , mientras que la mentira hay que recordarla siempre y eso es un lastre tanto para una persona , partido politico , nacion ...

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: No es fácil conocer la verdad, tenemos muchos conocimientos sobre cosas que pocas veces se revelan verdaderas, la vida nos enseña que tampoco nos gusta mucho escuchar verdades sobre nosotros mismos, nos gusta más la versión propia, y si por desgracia se nos ocurre decir las verdades del "barquero" a los otros es la forma más directa de hacerse enemigos para toda la vida.Por causas que todos conocemos debidas a experiencias personales nos demuestran que la verdad nunca ha sido rentable y lo peor que te puede ocurrir si buscas la verdad es lo que decía Manuel Vicent, que acabarás encontrandola, y añado yo, descubriendo lo duro que es saber que no tiene remedio...

Anónimo dijo...

Existe un relativismo total en nuestra sociedad, la verdad es tan sólo una interpretación oportunista y que está en función de nuestro egoismo.


J.Vilá.

SithWolf dijo...

"vivimos una época en la cual, por extraño que parezca, muchos individuos bastante cultivados consideran que la verdad no merece ningún respecto especial".

supongo que "respecto" debe ser cambiado por "respeto".

Dicho esto, la misma naturaleza nos demuestra que la verdad es relativa y víctima del ojo que la mira. Si nosotros vemos una hoja verde, un perro la verá gris y una serpiente la verá azul.

Por otro lado, hay "verdades" que nos creemos, bien por nuestro credo, nuestro nivel social, educación o cultura... y no tienen por qué ser una verdad general, pero si para nosotros.

No todas las mentiras lo son por engaño, las hay que existen por omisión a la verdad o por falta de conocimiento global.

Hay una palabra que me encanta: "incierto". Siempre la he usado de una manera: como falto de verdad, carente de verdad, pero no falso... como el destino, o el tiempo que hará dentro de una semana.

Me airaba de una forma radical cuando alguien la usaba como negación de la verdad (incierto, no - cierto... ergo falso). Un día descubrí, gracias a un amigo, que estaba equivocado, y que la RAL permitía ambas acepciones... así que en ese mundo de verdad vivimos: donde no sabemos que es falso, o que es carente de verdad. Lo que podemos asegurar, o al menos eso me contó mi profesor de antropología, es que no podemos asegurar nada con total convicción.

SithWolf

Anónimo dijo...

///ENRIC///


En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.

Anónimo dijo...

Sin lo objetivo lo subjetivo no existiría, por lo menos en cuanto a cuestiones tangibles, no en cuanto a emociones y sentimientos, que con intrínsecamente subjetivas, e intentar objetivizarlas supone que se escurra como el agua entre los dedos, es imposible.

Si hay algo tangible que analizar, sobre lo que opinar, razonar o relatar, el riesgo de subjetivización no es solo natural sino también inevitable; bastaría con no sustituir tu subjetividad con la subjetividad ajena, y mentir por los demás.

En este caso, hay que saber separar el juicio sobre las personas y sobre los actos; los actos se juzgan sobre los efectos, y a las personas por las intenciones.

Anónimo dijo...

Sobre la mentira no hace falta perder el tiempo, la tenemos a diario hasta en la sopa, de la verdad me interesa conocer la forma de llegar a ella, de diferenciar el grano de la paja, coincido con Bartolomé en que no nos gusta escuchar la verdad sobre nosotros mismos, esa es la prueba del nueve.


Roger Mateu/Girona.

Anónimo dijo...

Sr Foix:hoy he cogido prestado de Salvador Espriu este fragmento:
Penseu que el mirall de la veritat s' esmicolà a l' origen en fragments petitíssims, i cada un dels trossoa recull tanmateix una engruna d' autèntica llum. Un saludo