lunes, julio 24, 2006

Internet, verdades y realidades

Estábamos el otro día discutiendo en una mesa redonda presidida por Carles Duarte sobre el periodismo en la era digital. Los cambios se están imponiendo desde abajo; las empresas y el periodismo hemos perdido el monopolio de la información. El mundo viaja en círculos superpuestos, horizontales y no verticales, que imponen a las clases dirigentes lo que hay que hacer en cada momento.

El populismo no se encuentra solamente en las repúblicas sudamericanas, proclives a buscar soluciones de emergencia recurriendo a líderes carismáticos, caudillos o autócratas que en nombre de la estabilidad se saltan las leyes que protegen los intereses de los más débiles o los más poderosos.

En la mesa redonda estaba Vicent Partal, pionero en internet en este país; Màrius Serra, filólogo sapientísimo, y Mercè Molist, especializada también en internet.

En el momento del debate con el público se me ocurrió introducir, sin ninguna intencionalidad y sin ánimo alguno de polémica, un elemento que en el periodismo de todos los tiempos, también en el de la era digital, había que tener en cuenta. Dije que el periodista había de buscar la verdad, aquello que se pierde primero cuando una guerra arrincona la razón y el único lenguaje es la fuerza.

La mesa se sobresaltó como si hubiera tocado un tema políticamente incorrecto. Partal respondió enseguida que hay muchas verdades y que nadie puede atribuirse la única y verdadera. Son las verdades las que tienen que convivir sin aplastarse entre sí. Es un argumento vigente que no me siento preparado para combatir. Porque no soy filósofo y ni siquiera intelectual. Escribo artículos sobre cualquier tema con la convicción de que muchos de ustedes que me leen saben mucho más que yo de lo que estoy hablando.

Màrius Serra hizo varias piruetas verbales, magistrales como siempre, y aconsejó que en el punto en el que podíamos confluir es hablar de realidades. El mundo se mueve en los parámetros de las realidades y no en el de las verdades. No me acuerdo de lo que dijo Mercè Molist, pero el debate prosiguió animado sobre si la verdad existe o no existe.

La misma composición de la mesa indicaba que había introducido una cuestión, como ocurre en la mayoría de tertulias, ese arte tan hispano y tan superficial, de la que nos atrevíamos a opinar sin complejos por el hecho de tener una audiencia que nos escucha. Lo importante no es conocer un tema desde el punto de vista académico o intelectual, sino decir lo que a uno se le ocurre sobre la marcha. Especialmente los periodistas, muchos de los cuales somos expertos en generalidades y hablamos de todo a todas horas.

Si a alguien se le ocurre hablar de la verdad, aunque sea sólo la suya, corre el riesgo de que le tilden de prepotente. Si en el periodismo es imposible saltarse lo políticamente correcto, en política es absolutamente imprescindible, porque se trata de vender las verdades que están en circulación. No hay que decir lo que uno piensa, sino lo que piensa la mayoría. Así se ganan las elecciones y así se gobierna. Así es la democracia, el menos malo de los sistemas de gobierno.

Pero se corre el riesgo de entrar en el terreno de las verdades concurrentes cuando lo que está en juego es el miedo a que cada uno someta sus convicciones a la aprobación de la mayoría. Entiendo que en este contexto cabría enmarcar la falta de liderazgo en el Occidente democrático. No hay líderes porque hay sequedad de ideas propias y convincentes. La idea de verdad ha sido eliminada y sustituida por la de progreso. El progreso mismo es la verdad. Sí y no. Y depende. Me quedo con Dostoievsky cuando, en "Los hermanos Karamazov", pone en boca de un personaje: “Todo pasa, lo único que perdura es la verdad".

12 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Hace Vd hoy una pregunta delicada, delicada y difícil, en estos casos, cuando se pregunta sobre la verdad, la respuesta tendría que ser siempre la más sencilla y la respuesta más sencilla que se me ocurre es que las verdades duelen, eso es lo que siempre he tenido claro, ni medias verdades, ni mentiras piadosas, la verdad suele ser dolorosa y por regla general y aunque decimos que buscamos la verdad, el día que nos encontramos con ella cara a cara, entonces descubrimos una cruda realidad, esa realidad de la que habla Márius Serra, y esa realidad es, que no nos gusta la cara que tiene...

Anónimo dijo...

la verdad es la verdad la diga Agamenon o su porquero.Cada vez creo mas que las formas son parte del que.O sea el cómo importa mucho porque puede acabar por ser el todo o casi.Es el caso de un gobierno que invade un pais para salvarlo y no digamos si te cae encima una bomba que pretende liberarte, ya puede afinar bien, porque lo que se ve no es muy agradable.Puestos a decir la verdad y aprovechando que se cita al señor Partal, afirmo que lo de los Paisos Catalans es una entelequia.Sólo hace falta viajar por Valencia un poco y recapacitar lo visto.Entonces cuando insisten , esto que es ?fiebre, carlismo, utopia, no aceptar la historia , una afición ?Que claro lo vi viviendo una temporda allí y yo iba muy predispuesto, peró que terca es la realidad !!
Montserrat

P@P@LLoN@ GRoG@ dijo...

La gente huye de lo que llamamos verdad, porqué huye del compromiso y elude la responsabilidad que supone definirse en público. Son los males de la sociedad en la que vivimos.
Hay verdades que lo son por si mismas, y hay otras realidades que son subjetivas por mezclarse con los sentimientos. Es verdad, por ejemplo, que estamos inmersos en un medio que nos atrae hacia la superficie del planeta, o que vamos a morir. ¿Acaso alguién lo duda?
Sin embargo, cuando una situación real es opinable, pongamos la lucha entre dos frentes, en este caso, no es que haya diferentes verdades, es que hay diferentes partidarios a favor de unos y de otros. Hay cosas que están mal hechas, las haga quién las haga.
La verdad existe, y la mentira también. La realidad existe, y la irrealidad también. La bondad existe, y la maldad también.
Las personas inteligentes existen, y las estúpidas también.
Eso sí, cada cual puede elegir, y además, ambas últimas cosas son verdades, aunque en este caso no absolutas.
Yo tampoco soy filósofa, ¿o lo soy? Y menos aún periodista, pero me gusta escribir lo que pienso.

Tengan ustedes una buena vida, si la verdad que nos rodea les deja...

Anónimo dijo...

Buenos días:
Hoy hay algunas cosas de su escrito que no entiendo bien. Como sé que no tiene la costumbre de contestar a los comentarios, quizá en el futuro pueda elaborar un poco más este párrafo:

El mundo viaja en círculos superpuestos, horizontales y no verticales, que imponen a las clases dirigentes lo que hay que hacer en cada momento.

¿Quién es el mundo? ¿Quiere decir la gente, la humanidad, el cosmos en el sentido griego de la palabra? Lo que sí viaja en círculos superpuestos, horizontales, es la información. Se me escapa cómo los círculos, sean lo que sean, pueden imponer nada a las clases dirigentes . Normalmente, son las clases dirigentes las que imponen las cosas.

En el segundo párrafo, nos dice que el populismo no es exclusivo de repúblicas sudamericanas. ¿Estaba pensando en algún político concreto de nuestro entorno?

Por lo demás, el tema de la verdad lleva muchos siglos preocupando a los filósofos, mientras que la sabiduría popular nos dice que nada es verdad ni mentira, que todo depende el color del cristal con que se mira.

La realidad es poliédrica, pero la verdad absoluta no existe. La única verdad demostrable es que todo el que ha nacido, ha muerto.

Le agradecería en un futuro una mayor elaboración de su idea de que"los círculos (...) que imponen a las clases dirigentes".

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

///ENRIC///



Es cierto que cuando ves la verdad de cara no te gusta nada, a mi por lo menos me pasa, prefiero que me mientan y consolarme.

Todos formamos parte de todos, cuando morimos pasamos a formar parte de otros seres, de la misma forma que los pollos acaban formando parte de nosotros cuando los comemos.

Yo tampoco he entendido lo de los círculos superpuestos, seguro que Foix sabe de que va el tema.


Lo de la falta de líderes es algo que que lo padecemos a diario, pero peor que tener carencia de líderes es tener líderes con carencias.


Todo el que huye de buscar la verdad intenta imponer la suya.

Anónimo dijo...

Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente. El descubrimiento de la verdad es el único propósito de la filosofía, que es la más antigua ocupación de la mente humana y tiene buenas perspectivas de seguir existiendo, cada vez, más activa, hasta el fin de los tiempos


BIERCE

Anónimo dijo...

La verdad que daña es mejor que la mentira que alegra. Máxima árabe


Pere.

Anónimo dijo...

Malcom:
¿Quién le ha demostrado que todo el que vive muere?
Hay más verdades de las que el mundo se cree; lo que ocurre es que no podemos mostrarlas.
Uno.

Anónimo dijo...

Tengo que reconocer una vez más que Bartolomé me puede con su gran sentido común, las verdades duelen de veras, es cierto que las cosas son muchas veces más sencillas de lo que imaginas.


Josep Vilá.

Anónimo dijo...

No creo no , que este tema de la verdad sea cierto .

albert

Anónimo dijo...

En temps de falsetat universal, dir la veritat és un acte revolucionari.
George Orwell

Anónimo dijo...

Albert, dos negaciones seguidas son una afirmación.