Los optimistas por definición piensan que el proceso político abierto por Zapatero llevará a la paz con ETA, a la tranquilidad de Catalunya con su nuevo Estatut, a una cascada de reformas estatutarias en las autonomías que así lo quieran y a una España federal en la que todos nos sentiremos la mar de felices durante una o varias generaciones.Es la visión positiva.
Los pesimistas de todas las latitudes no ven más que catástrofes previas a la espera del gran caos de la destrucción final que llevará a España al suicidio. Afortunadamente, la política no es cuestión de optimismo o pesimismo, de sentimientos o quimeras, sino de realidades e intereses no siempre coincidentes y con frecuencia contrapuestos de los ciudadanos.
En democracia no hay manera de evitar las urnas cuando preceptivamente toca y entonces es la gente la que confirma el mapa político existente o propone otro alternativo. Que no cunda el pánico porque hay un tiempo para votar, otro para gobernar y un tercero para volver a votar.
Lo que más me interesa ahora de la política catalana y española es cómo quedará el mapa después de las elecciones municipales, autonómicas y generales que se van a celebrar entre las primaveras de 2007 y 2008.
Los resultados no serán del gusto de los optimistas ni de los pesimistas. Habrá que administrar con serenidad y un poco más de inteligencia que en los últimos dos años lo que salga de las urnas. Por parte de los que ganaron y también por parte de los que perdieron o no supieron perder.
Si les he de ser sincero veo que la política española y catalana están instaladas en un galimatías, una situación confusa que desconcierta a la ciudadanía que sale a la calle en Barcelona o en Málaga, con fotos oportunas y estratégicas de políticos con políticos, de idas y venidas de La Moncloa y de viajes de textos de un parlamento a otro que regresarán convenientemente desfigurados o afeitados y, en cualquier caso, limpios como una patena, Zapatero dixit.
El presidente del gobierno nos anunció veintiocho leyes en su última comparecencia a la prensa. A ningún colega se le ocurrió preguntar por las leyes propuestas y el diálogo con los periodistas se centró en el Estatut de Catalunya y en la posibilidad de que ETA anuncie el abandono de las armas.
El Estatut catalán ha ocupado la centralidad del debate político en los últimos dos años. Cuando todavía está tramitándose en el Congreso se organiza en Barcelona una multitudinaria manifestación bajo el lema “som una nació i tenim el dret a decidir”.
No deja de ser curioso que la cúpula de ERC, que forma parte del tripartito y está negociando en las Cortes su aprobación, se personara en la manifestación a la que concurrieron seis consellers del gobierno catalán. Como a los republicanos no les gustan los recortes que se aplican al texto estatutario insinuan que pueden votar en contra o abstenerse en el referéndum que necesariamente habrá que celebrar en Catalunya.
Cuesta entender que el Estatut se pactara en la Moncloa sin la presencia del president Maragall que, si nadie lo desautoriza, es la primera autoridad catalana y el que se ha empeñado en sacar adelante el texto aprobado por una gran mayoría el 30 de septiembre.
Da la impresión que nuestros políticos no se crean que sus decisiones tienen una dimensión jurídica. Tenemos derecho a decidir, claro que sí. Pero dentro del marco pactado. No tiene sentido abandonar el partido en la segunda parte porque se está perdiendo.
No voy a insistir en la irresponsable actitud del Partido Popular en este proceso convirtiéndose en un pirómano que no descansa ni de día ni de noche. Ellos sabrán.
Pero los gobiernos de Madrid y Barcelona tienen que saber que si su estrategia tropieza contra la realidad, si no salimos todos de este laberinto, los ciudadanos les pasarán cuentas. Al fin y al cabo la democracia no es para formar gobiernos sino para echarlos.
lunes, febrero 20, 2006
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19 comentarios:
Sr.Foix:estamos viviendo en una continua campaña electoral, todo cuanto vemos y oimos está en clave electoralista,en este panorama hasta los silencios suman votos.
Benvolgut Sr. Foix:
Coincideixo amb la seva opinió pel que fà al poc rigor que segueixen els nostres electes en relació a les regles del joc politic establertes. Tanmateix, reconec que m'agrada veure que la pràctica o joc polític català es similar al d'altres solidíssimes democràcies del nostre entorn com França o Italia. Segons com, fins i tot millors. A no ser... que Catalunya es a Espanya. I a Espanya acostumen a manar gent poc donada a cap mèna de joc. Gent amb etèrna cara de mal de ventre, gent amb expresió gravíssima, com vostè mateix va dir l'altre día a Can Bassas, al.ludint al (sortosament)expresident Sr. Aznar.
Sempre he estat monarquic i de dretes, i sempre m'ha agradat el respecte, la pau i l'ordre. Sovint he pensat que fòra del possibilisme tan sols hi havía el desert. Pero crec que a Catalunya ja hem fet tot el que podíem fer i el que la Història ens demanava per tal de fer viable aquest projecte ennomenat Espanya. Fins i tot hem acceptat que s'utilitzesin els atacs al nostre Pais com un aglutinador de la resta de territoris, i massa sovint com l'únic. Nosaltres no hem fracassat, pero sincerament crec que, si més no vista desde aquí, l'Espanya que "ells" volen es un Estat que, com tants altres al llarg de la Història, no s'ha guanyat el dret a existir i que per tant, hauríem d'anar pensant,serenament,amb tristor, pero amb total determinació, en endagar la vía, tant llarga com calgui, a l'independència.
JORDI Sànchez
Profesor de Ciencia Política de la UB
Nadie duda de que los motivos que llevaron a muchos miles de ciudadanos a participar en la masiva movilización nacionalista del pasado sábado fueron diversos. El cansancio por la crispación sistemática que el PP introduce contra Catalunya y las aspiraciones a reformar el marco del autogobierno catalán es uno de los principales, pero no el único. La sensación que el proceso de reforma estatutario se está cerrando en falso, tanto por el proceder como por los contenidos de los acuerdos políticos alcanzados hasta hoy, es otro de los motivos que a buen seguro animaron a muchas familias enteras a tomar --literalmente-- la calle durante unas horas.
Sin embargo, la mayoría de los partidos políticos han atribuido el éxito de la misma sólo como consecuencia a la crispación generada por los populares en los últimos meses. La mayoría de los partidos políticos han querido llamar la atención sobre esta cuestión como si omitiendo las otras razones que podemos encontrar en las causas del éxito de esta manifestación éstas dejaran de existir. Algunos políticos españoles, como el diputado socialista López Garrido, han querido desautorizar el impacto político de la manifestación sobre la negociación del Estatuto que en estos momentos se está realizando en la Comisión Constitucional del Congreso, afirmando que el lema de la convocatoria era tan genérico que del mismo no se podía desprender, ni de lejos, una desautorización a las negociaciones actuales del pacto estatutario.
Negar que en el sentir de las decenas o centenares de miles de manifestantes había una profunda decepción por el bajo alcance de la reforma estatutaria es negar la realidad. Nada tiene que ver si el Estatut que se está cocinando en estos últimos meses será el mejor de la historia autonómica catalana con la frustración que el no reconocimiento de la realidad nacional catalana ha generado ya en muchos ciudadanos de este país.
La manifestación del sábado puede ser un problema en muchos sentidos para la mayoría de las formaciones políticas. Lo cierto es que algunas pueden leer el éxito de la movilización incluso como una desautorización abierta sobre la forma con la que han abordado el pacto político del Estatut, y en particular pienso en CiU. Pero mucho peor es imaginar qué puede ocurrir con el referendo al que el texto estatutario debe someterse dentro de unos meses, una vez el Congreso de los Diputados vote el nuevo Estatut. Si no se consigue modificar el estado de opinión pública que hoy existe, hay motivos para pensar que la consulta popular será una de las situaciones políticas más difíciles y contradictorias vivida en la historia política contemporánea en Catalunya.
EL MARGEN de maniobra que queda para modificar este estado de ánimo no es mucho. Y es evidente que la incorporación de ERC es imprescindible para ello. El problema es que el éxito de la movilización soberanista aleja a ERC del acuerdo o para decirlo de manera más correcta la fija en sus posiciones más críticas tras el acuerdo entre Zapatero y Mas. En verdad sólo el presidente del Gobierno español tiene la posibilidad de modificar esta situación, recuperando cuestiones que hasta la fecha han quedado al margen del acuerdo político.
Es difícil imaginar que esto pueda suceder, entre otros motivos porque la situación política que se está viviendo en Catalunya no es ni tan sólo un problema para el Gobierno español. Todo indica que tras el acuerdo entre Zapatero y Mas, en el cual se limitaba el alcance de la reforma estatutaria que el Parlament aprobó el pasado septiembre, el presidente del Gobierno español ha mejorado su valoración entre la opinión pública española. Una revisión de aquel acuerdo al alza, incorporando por ejemplo el reconocimiento explícito de la realidad nacional catalana o dotando mejor el sistema de financiación hasta ahora acordado, podría acarrear una nueva crisis no sólo en el PP, sino en su propio partido, el PSOE.
La posición de ERC no es, sin embargo, idílica. Los republicanos pueden morir de éxito si no saben medir muy bien los nuevos pasos a dar. En parte, el éxito del sábado los limita enormemente en su capacidad de decidir sobre cómo condicionar un apoyo al Estatut. Pero cada día que transcurre el margen para maniobrar parece ser más estrecho. Hace unos días, en la Moncloa, y entre los partidos catalanes, se tenía la sensación de que a los republicanos había que darles tiempo para incorporarlos de nuevo al pacto. Hoy, el tiempo que ERC puede necesitar ya no se puede hacer compatible con el tiempo que la tramitación parlamentaria puede ofrecer.
TRAS LA manifestación del sábado, ERC necesita mucho más que tiempo. Y el problema es que no hay quien le pueda ofrecer mucho más. Con este escenario nos tenemos que preparar en Catalunya para vivir situaciones políticas de mucha mayor intensidad que las vividas en los últimos tres años. El Estatut llegará, pero corremos el riesgo de que lo que dejará tras de sí será muy importante. Será el mejor Estatut que hemos tenido, como decía ayer el conseller Saura, pero el problema es que una parte de la ciudadanía puede no interpretarlo de esta manera.
Ahora estamos recogiendo los frutos de un proceso de negociación absurdo, mal llevado, donde los tacticismos de partido --de la mayoría de ellos-- ha ido siempre por delante de los intereses nacionales y sobre todo de la dignidad institucional que un acuerdo del Parlament de Catalunya merece. Nunca se debieron admitir las negociaciones bilaterales entre los partidos catalanes con el Gobierno español para pactar el alcance del nuevo Estatut. Ahora algunos ven las consecuencias. Pero esto queda ya para inventario.
La arrogancia de los economistas
MOISÉS NAÍM
EL PAÍS - Opinión - 21-02-2006
En 1849, el ensayista escocés Thomas Carlyle llamó a la economía "la ciencia funesta". Dos siglos después, los economistas contemporáneos siguen enfrentados a decisiones funestas: ¿más inflación o menos empleo? ¿Gastar o ahorrar? También se han puesto muy arrogantes. El complejo de superioridad intelectual de los economistas tiene mucho que ver con su orgullo por las sofisticadas técnicas estadísticas en las que se basan para analizar fenómenos como la inflación, el desempleo, el comercio, e incluso los efectos a largo plazo de los abortos sobre los niveles de criminalidad. Esto con frecuencia los lleva a estar convencidos de que sus métodos son superiores y más rigurosos que los de las demás ciencias sociales. Así, cualquier investigación social cuyas conclusiones no se basen en el análisis cuantitativo de una masiva cantidad de datos es desdeñada por los economistas por ser "literatura" o, aún peor, por ser "periodismo". Hay un chiste entre economistas que dice que, para los antropólogos, el plural de anécdota es "base de datos".
Recientemente, la arrogancia de los economistas ha sido rigurosamente confirmada por una investigación cuantitativa publicada en una de sus revistas especializadas. El estudio, publicado por The Journal of Economic Perspectives, revela que el 77% de los alumnos de doctorado en economía de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos piensa que "la economía es la ciencia social más científica". Sin embargo, resulta que esta certeza no se basa en la alta opinión que tienen de su propia disciplina, sino en lo mucho que desprecian todas las demás ciencias sociales. A pesar de su casi total unanimidad respecto a la superioridad relativa de su disciplina, tan sólo el 9% de los entrevistados opina que hay consenso con respecto a cómo responder preguntas básicas de la ciencia económica.
Y tienen razón. Hoy en día, los economistas no tienen respuestas para los temas fundamentales de su ciencia. Esta ignorancia a menudo tiene graves consecuencias que trascienden las meras controversias académicas. Cuando los economistas se equivocan en teoría, la gente sufre en la práctica. El anterior presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, recuerda que en plena crisis financiera de su país recibió llamadas de ganadores del premio Nobel de Economía y de otras superestrellas del firmamento económico mundial. Cada uno le daba un consejo diferente, y cada uno estaba absolutamente seguro de que su recomendación era la única correcta. Cardoso, un distinguido sociólogo, logró sacar a Brasil de la crisis gracias a su considerable talento y experiencia, atinando a cuáles de los famosos economistas creer y a cuáles ignorar. Algunos, por ejemplo, le insistían en la necesidad de adoptar un régimen de cambio fijo de la moneda similar al que tenía entonces Argentina. Hoy en día, estas ideas han pasado de moda y están muy desprestigiadas.
"En realidad desconocemos las causas del crecimiento económico", reconoce François Bourguignon, el economista jefe del Banco Mundial. "Sí tenemos una idea bastante clara sobre cuáles son los principales obstáculos para el crecimiento y cuáles son las condiciones sin las cuales una economía no puede crecer. Pero estamos mucho menos seguros respecto a qué otros ingredientes se necesitan para generar y sostener el crecimiento". Y este desconcierto no sólo se hace evidente con respecto a cómo enfrentar los difíciles problemas económicos de los países pobres. Los economistas también están confundidos por mucho de lo que está sucediendo en las economías más avanzadas del mundo. Hace poco le pregunté a una influyente economista de Wall Street qué era lo que más la desconcertaba actualmente. "Los tipos de interés", dijo. "Deberían estar más altos". Y, efectivamente, la teoría económica predice que los actuales tipos de interés a largo plazo -los intereses de las hipotecas o bonos que se pagarán dentro de años- deberían estar más altos y con tendencia a seguir subiendo impulsados por los desmesurados déficit comerciales y fiscales de la economía estadounidense. Pero no es así: los tipos de interés a largo plazo siguen bajos e incluso están cayendo. Antes de jubilarse en enero, el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, confesó que para él estas tendencias eran un "cunundrum", una mezcla de acertijo y rompecabezas. Robert Samuelson, columnista de The Washington Post, analizó las diferentes explicaciones que ofrecen los economistas para esta anomalía y llegó a la conclusión de que todas ellas eran deficientes. Según Samuelson, la incapacidad de los expertos para explicar algo tan fundamental "es una prueba de nuestra ignorancia económica".
Los economistas tampoco tienen una explicación convincente sobre el valor del dólar. Durante más de una década han mantenido que el dólar era demasiado caro y que su devaluación era inevitable. En efecto, y tal como pronosticaron, el dólar cayó, perdiendo el 39% de su valor entre 2002 y 2004. "Un efecto ineludible del equivalente económico de la ley de la gravedad", explicaban los gurús económicos con sobrada naturalidad. Un país con un déficit comercial gigantesco y en aumento, un presupuesto fuera de control, agobiado por una guerra que hasta ahora ha costado del orden de un billón de dólares y con el precio del petróleo disparado, es imposible que sostenga su moneda. Pero la coincidencia entre la realidad y los libros de texto duró poco. Tan poco, que los manuales de economía no tuvieron tiempo de registrar el cambio. El dólar se recuperó, y se revalorizó más de un 14% en 2005 a pesar de los déficit, la guerra, el petróleo y todas las otras razones teóricas para que sea más barato de lo que ahora es.
En un estudio sobre los países que tenían las mayores posibilidades de alcanzar un alto desempeño económico en los próximos años, el catedrático de Economía de Harvard Richard B. Freeman llegó a la conclusión de que, para el éxito económico de un país, "la suerte parece tan importante como la política económica".
Una ciencia que se debe re-signar a usar la suerte como factor fundamental para estimar el porvenir económico de miles de millones de personas es ciertamente una ciencia funesta, y no sólo por las razones por las cuales así la bautizó Carlyle, sino porque está más cerca de la brujería que de la ciencia. Es cierto que las otras ciencias sociales no están mucho mejor y que muchas de ellas son aún menos confiables que la economía. Aun así, a los economistas les convendría cambiar su arrogancia intelectual por una actitud más humilde y ver qué pueden aprender de otros. Albert O. Hirschman, un economista tremendamente original, llegó a muchas conclusiones útiles e innovadoras gracias a su disposición a transgredir fronteras intelectuales y tomar prestadas ideas de otras disciplinas. A la economía le vendrían bien más transgresores como Hirschman.
Afortunadamente, algunos de los economistas actuales están empezando a cruzar las fronteras interdisciplinarias y están usando la psicología, la sociología y las ciencias políticas para nutrir sus análisis. Muchos de estos esfuerzos de importación de ideas de otras disciplinas a la economía probablemente no tendrán éxito. Y los economistas que se arriesguen a incursionar en este contrabando intelectual serán seguramente denunciados por los ortodoxos por estarse relacionando con colegas metodológicamente impuros. Pero visto el funesto estado de la ciencia funesta, la búsqueda de ideas útiles en otras áreas de las ciencias sociales para fortalecer el conocimiento económico no conlleva muchos riesgos. O, como dirían los economistas: en vista del pobre rendimiento de los actuales esfuerzos, el costo de oportunidad de disminuirlos no es alto. Lo que en castellano quiere decir: la cosa está tan mal que hay poco que perder si se buscan ideas en otro lado.
donde esta Miguel , esta emfermo ?
albert
CARLOS TAIBO/PROFESOR DE CIENCIA POLÍTICA EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID Y COLABORADOR DE BAKEAZ
EL MUNDO
Sabido es que el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso días atrás que se abriese una vía de conversaciones con Hamás, el movimiento que acaba de arrasar en las elecciones generales palestinas. Por mucho que tantos prefieran ignorarlo, Putin ha dado rienda suelta a una posibilidad que estaba en las agendas de todas las cancillerías occidentales. Y es que a buen seguro que los asesores de los diferentes ministros de Asuntos Exteriores, a la hora de encarar el nuevo escenario palestino, habían sopesado, entre los horizontes posibles, el que a la postre ha abrazado Moscú. Así lo atestiguan, por cierto, las reacciones asumidas por gobiernos como el francés y el español, y las propias declaraciones realizadas por el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld.
La incipiente conciencia en lo que atañe a la deseabilidad de un diálogo con Hamás puede explicarse, con todo, conforme a dos percepciones diferentes. La primera se asienta en el reconocimiento, franco o cauteloso, de que la tantas veces recordada inclusión de Hamás en una lista internacional de grupos terroristas no debe llamar al engaño. Hamás no es -se vean las cosas como se vean- una suerte de Al-Qaida palestino. Y no lo es porque hay que prestar oídos a la afirmación que recuerda que la organización que nos ocupa mucho tiene de movimiento resistente frente a la ocupación ilegal de un territorio. No sólo eso: al que más y al que menos se le ha pasado por la cabeza la conveniencia de preguntarse por qué el nombre del propio Estado de Israel no se incluye en esa lista internacional de grupos terroristas... Agreguemos, en suma, que el hecho de que Hamás haya arrasado en unas elecciones a las que a duras penas puede negarse una condición razonablemente democrática obliga a tratar a sus dirigentes con algún miramiento.
La segunda percepción discurre por caminos bien diferentes y crece de la mano del recordatorio de qué es lo que las cancillerías occidentales le siguen demandando a Hamás. Uno puede entender la lógica inapelable que se revela de la mano de la solicitud de que el grupo palestino abandone la violencia. No es tan evidente, en cambio, que una negociación reclame inexorablemente del reconocimiento previo, por Hamás, del Estado de Israel, y ello por mucho que pueda entenderse, también, el sentido de este requisito. Lo que no hay manera de encajar en análisis racional alguno es la tercera imposición manejada: la que reclama de los islamistas palestinos la aceptación plena de los acuerdos de paz suscritos en el decenio de 1990.
Y es que la tercera exigencia nos emplaza delante de una dramática incomprensión, del lado de nuestros gobernantes, en lo que respecta a los motivos que vienen a explicar el sonoro éxito electoral de Hamás. Es verdad que este último se asienta en factores tales como la corrupción que ha marcado indeleblemente la gestión de Al-Fatah, la eficacia de las redes de asistencia social generadas por Hamás, las amenazas que el electorado palestino ha recibido de la Unión Europea y de Estados Unidos, o el auge fundamentalista que la política de este último ha propiciado en Oriente Próximo. Pero no lo es menos que una explicación principal de lo ocurrido la aporta el franco rechazo con que los habitantes de Gaza y Cisjordania han obsequiado a unos planes de paz que en el mejor de los casos -subrayemos esta cláusula- conducían a un Estado palestino de soberanía muy recortada, claramente subordinado a la lógica colonial de Israel. Hay motivos sobrados para arribar a la conclusión, en este orden de cosas, de que las críticas, más que fundadas, que Hamás ha emitido del proceso de paz iniciado en Oslo le han valido el voto de muchos palestinos que en modo alguno simpatizan con el rigorismo religioso de la organización islamista.
Cada vez es más urgente que los gobiernos occidentales tomen nota de lo anterior. No sin paradoja, un elemento que debe facilitar semejante tarea lo aporta el hecho, incontestable, de que el propio Gobierno israelí ha dado por muertos, bastante tiempo atrás, los acuerdos de paz. No deja de ser llamativo, dicho sea de paso, que los constantes incumplimientos de estos últimos de los que han hecho gala los gobiernos encabezados por Ariel Sharon no provoquen hoy, del lado de nuestros cancilleres, ninguna exigencia expresa dirigida a Israel: por lo que parece, sólo el mundo palestino está en la obligación de acatar imposiciones.
Quiere uno creer que éste es el momento para que, de forma singular, la Unión Europea sea moderadamente consecuente con la retórica que ella misma abraza de vez en cuando y se entregue imaginativamente a reconstruir un proceso de paz que contemple en serio -nada tiene de radical la propuesta- la gestación de un Estado palestino que no sea un mero bantustán supeditado a los caprichos y los intereses de Israel. La política de la UE carecerá, entre tanto, de credibilidad si, al tiempo que lanza admoniciones contra Hamás, la Unión se aviene a seguir manteniendo el trato comercial de privilegio con que premia, desde mucho tiempo atrás, a Tel Aviv. Aunque, claro, acaso estamos pidiéndole peras al olmo. Hace unos días un informe de Human Rights Watch concluía que en la Unión Europea de estas horas pesan más los intereses que los principios. Pues vaya descubrimiento.
Uff, pues ojalá triunfase el optimismo, por el bien de todos ¿no?
Pero seguro que algunos se rasgarían las vestiduras, porque haber que eslogan presentaban para las próximas elecciones...
La lástima es que no lo verán nuestros ojos...
Esperemos, Albert, que Miguel, a quien agradezco mucho sus amables palabras hacia uno de mis comentarios, solamente brille por su ausencia a causa de alguna buena causa.
Saludos
Válgame la 'rebuznancia' ...
Hola Rosa. Gracias por tus palabras.
El problema no es el electoralismo, es la hipocresía y la falsedad que hay en este país.
Cuando resolvamos eso, se resolverá lo más gordo del problema, pero como no se va a resolver, la cosa va a ir a peor.
La política se va a hacer inaguantable (si no lo es ya), y la gente ya anda muy asqueada.
Algo gordo tendrá que pasar para que los políticos y algunos medios de comunicación dejen de hacer el idiota, y sin duda, pasará, porque toda olla acaba reventando.
Sr.Foix:Creo que la palabra "hipocresía" que acabo de leer es la frase correcta para definir lo que está pasando.
Com m'alegra saber que algú tan important com vostè pensa igual que jo (o potser és al revés?) Sigui com sigui, gràcies pels seus comentaris, Sr. Foix, el llegeixo sempre. Salutacions.
Para Estríjol.
Gracias por su escrito. Muchas gracias.
No soy monárquico.·"Estrictu sensus" tampoco republicano y nunca supe muy bien si era de izquierdad o derechas. Amo a la gente. A la gente buena como Vd. sea derecha o izquierda. Y no soporto la despiadada mentira permanente del PP. Me senti catalán y español. Hoy ya no. Aunque algunos lo cuestionen la única salida de Catalunya es la Confederación y sobre la base de garantizar un dinero para el fondo de compensación ya que de lo contrario España quiebra. Sencillamente quiebra.
En cualquier caso y aunque en este momento muchas personas se sientan muy eufóricas por la manifestación, a la que yo asistí, no cambiará demasiado el panoráma electoral en Catalunya.
Recibi un cariñoso saludo y gracias por expresar sus pensamientos que me han ayudado mucho en mi laberinto político en estos momentos.
JOSÉ MARÍA Mendiluce
Exeurodiputado socialista y escritor
Al margen de las enormes dificultades que un proceso que ponga fin a 40 años de acción terrorista deberá enfrentar, requiriendo de importantes dotes y voluntad de todas las fuerzas que en él participen, se da en el caso español una peculiar situación que además es novedosa respecto de los escenarios del pasado: la falta absoluta de lealtad del principal partido de la oposición en relación con el Gobierno. Nunca antes fue así, cuando todos los gobiernos de la democracia, en momentos mucho más complejos y confusos intentaron, sin éxito, lo que algunos hoy pretenden que fracase. Una especie de 'nunca, mejor que tarde' parece haberse apropiado, por razones bastante inaceptables, de los obsesionados por el todo vale con tal de arrebatar el poder a los que hoy lo ejercen.
Aquí no estamos hablando de lo bonito que hubiera sido todo de no haber existido la banda (imagínense qué país podríamos tener si tampoco hubiera habido dictadura). Sino de si es mejor acabar para siempre con ese cáncer en nuestra democracia que ha significado el tiro en la nuca y la extorsión sistemática. Y cuáles son los límites de los procesos de negociación que se deben o pueden aceptar. Hasta el más simple ciudadano sabe que ETA está hoy fuera de juego (quizá queden algunos en su entorno más irreductible que no se hayan enterado, o que sean incapaces de imaginarse su propia vida sin ese fálico y mortífero instrumento llamado pistola). Porque el actual terrorismo, el que de verdad da miedo a la mayoría, tiene, opine lo que opine el tal Aznar, otra naturaleza, otra amplitud y más difícil solución. ¿Por qué insistir entonces en que el actual Gobierno está dispuesto a ceder más que todos los anteriores ejecutivos cuando negociaron con la banda, en circunstancias mucho más complejas y con ETA más fuerte?
EN EL FONDO, ¿qué se quiere decir?, ¿que el Ejecutivo socialista es tonto o cómplice del terrorismo? ¿Cómo Acebes y su líder designado a dedo se empeñan en transmitir esa idea de complicidad, de entrega, de traición, para emponzoñar los procesos que corresponde llevar adelante al Gobierno español y a las fuerzas políticas democráticas y responsables de cualquiera de sus territorios? Además de las reiteradas menciones a la acción policial, judicial y política, que incluye la ley de partidos, el fin de la banda ETA tiene que ver, desde mi punto de vista, con los nuevos escenarios de enfrentamiento y de terrorismo a escala internacional. Y es que para cualquier ciudadano sensato, es evidente que ante la situación que vivimos a escala mundial, con todos los enormes desafíos y actuales fracasos para lograr una convivencia razonable, que nos permita hacer frente a los enormes retos que la humanidad tiene delante, pocas respuestas pueden surgir de la goma dos y de las pistolas de una banda que siempre fue criminal, pero es todavía más anacrónica en la actualidad. Hay suficientes enemigos reales y poderosos en nuestra convivencia, como para que, socialmente, aunque sea de una forma minoritaria, se acepte el tiro en la nuca como argumento principal por no aceptar los proyectos totalitarios y excluyentes, como los que desde hace décadas proponen los etarras.
Algunos, como yo, en nuestra juventud bajo el franquismo, coqueteamos con la violencia. Pero ya desde 1971 tuvimos clara la renuncia al terrorismo, aunque nos costara algún tiempo más hacernos demócratas. En mi caso, fui uno de los responsables de LCR-ETA(VI). Otros, como los inolvidables Juan Mari Bandrés o Mario Onaindia, y otros muchos dirigentes, llevaron a la democracia a los polimilis.
Para nosotros sí que están tardando los etarras en abandonar el crimen y la extorsión en un camino sin más salida que la que ahora se inicia. Fue hace cinco años que mi amigo (y amigo de los vascos) Ernest Lluch era asesinado por defender lo que ahora aparece como perspectiva: el fin de las armas y el diálogo para construir la convivencia definitiva entre los vascos. Lo mataron porque molestaba más que los que predican odio contra odio.
No hay que hacerse ilusiones, pero esperemos que lo entiendan, aunque sea casi 40 años tarde, y mucho dolor, destrucción y muertos tarde. Y aunque sean culpables, queridos lectores, son muchos centenares los presos. Y sus familias también sufren: las madres de los condenados ni han sido condenadas ni dejan de ser madres.
TODO proceso de paz debe ser sensible con el dolor de las víctimas. Y han sido, son muchas. Pero no puede frenarse por los intentos constantes de manipulación política y vergonzosa de sus sentimientos para conseguir fines partidarios, y a través de las asociaciones que, como tales, tienen tendencia a ser el espacio desde donde unos pocos intentan interpretar las sensibilidades de muchos de la forma más adecuada a sus propios intereses. Con todo mi respeto a todos los familiares de las víctimas, me parece que en una democracia corresponde a las autoridades elegidas democráticamente llevar adelante acciones políticas contra el terrorismo, y que puedan evitar para siempre nuevas víctimas. Y el PP debería respetar la dignidad de todas ellas, sin manipular las respetables emociones de los vivos, y mucho menos la memoria de los muertos. Como Ernest.
Apoyo al presidente Rodríguez Zapatero porque deseo la paz. Y me repugna (democráticamente) la actitud del más impresentable ministro del Interior de nuestra joven democracia, Acebes, y de todos los que con éste (y con cualquier tema) se muestran empeñados en sembrar las semillas del odio, del enfrentamiento, del rechazo, de la ruptura, aún llevándose por delante la credibilidad de las instituciones y la convivencia entre territorios e ideas.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2006/02/21/economia/1140531664.html
PD/Agencias).- Carod Rovira y los suyos se han envalentonado tras la multitudinaria manifestación del sábado en Barcelona. Todavía escocidos por el revés que ha supouesto para ERC el pacto Zapatero-Mas en la Moncloa, ayer calificaban al líder de CiU de "auténtico perdonavidas de la política catalana" y "matón de barrio".
ERC pide a Artur Mas que "deje de hacerse el chulo" retando a los republicanos a modificar al alza el acuerdo pactado con Zapatero mientras que en el Congreso "hace todo lo que está en sus manos para que el PSOE no se mueva ni un milímetro" de sus posiciones.
Ridao acusó a Mas de "chulería" e "hipocresía" por "pasarse el día exigiendo y reclamando al PSOE que no se mueva ni un milímetro y no ceda en relación a lo acordado en la Moncloa" entre Zapatero y Mas "para no quedar desautorizado políticamente para toda la vida".
Ridao definió a Mas como el "auténtico perdonavidas de la política catalana", que "parece una especie de matón de barrio", y le pidió que "deje de hacerse el chulo".
El portavoz parlamentario de ERC reconoció que los "pequeños avances" en la postura del PSOE en las últimas reuniones de la ponencia "son casi imperceptibles" y "no sirven para cambiar" ni la posición de su grupo ni "el estado de opinión" a su entender "ya generalizado" de que "aquel fue un mal acuerdo".
Aunque reconoció que a los socialistas "ya les va bien" no moverse de su acuerdo con CiU, responsabilizó también a la federación nacionalista de frenar estos avances "de espaldas" al resto de partidos catalanes.
En este sentido, llamó a Mas a "reflexionar" y constatar que "su afán de protagonismo y su interés partidista por atender los poderes fácticos" del Estado. "Van por un lado y la sociedad civil va por otro", dijo, en alusión a la manifestación del sábado en Barcelona, que para Ridao, fue, entre otras cosas, "un grito contra el acuerdo Zapatero-Mas".
El dirigente republicano reclamó al líder de CiU que "deje de ir a la Moncloa a pedir auxilio a Zapatero para romper el Gobierno" de la Generalitat, tratando de que el PSOE "conmine al PSC a que exija la salida de ERC" del tripartito si se opone al nuevo Estatuto. En este sentido, advirtió a Mas que esta estrategia "no es coherente con un partido nacionalista y que lleva dos años hablando de sumisión de los partidos del gobierno al PSOE".
En respuesta a las críticas de Mas a la ruptura del tripartito en el tema del Estatuto, Ridao remarcó que "fue CiU la que rompió la unidad de las cuatro fuerzas catalanas" que apoyan el Estatuto por su "voluntad de recuperar la centralidad" en la política española.
Ridao acusó a Mas de "romper la unidad de los partidos catalanes" y "el espíritu del 30 de septiembre" al cerrar bilateralmente un acuerdo con el PSOE "fuera de la mesa de negociación en la que ahora reclama que se hagan las cosas".
En la misma línea, le preguntó que "si es verdad que tiene las manos libres" para negociar aspectos que no sean financiación o 'nación', como advirtió hoy el propio Mas, "por qué en las últimas semana ha transigido" y "ha rebajado planteamientos en aspectos fundamentales como el catalán, las 'veguerias', la Val Aran o el Poder Judicial".
La manifestación, "un grito contra el acuerdo Mas-Zapatero"
Ridao se refirió ampliamente a la manifestación del pasado sábado, que interpretó como "un grito contra el acuerdo Mas-Zapatero" y un "grito en contra de la política de la derecha política y mediática española y el ataque del PP" a Cataluña, y consideró que "diseña escenario muy distintos" en la política catalana "de cara al futuro que en el próximo ciclo electoral se pondrán de relieve".
Para el portavoz de ERC, los centenares de miles de personas que salieron el sábado a la calle "encarnan la base social del soberanismo en Catalunya" que constata que el alza de los resultados electorales de ERC en las pasadas elecciones no fue coyuntural sino "un fenómeno estructural" que "va a más".
Ridao se mostró convencido del "crecimiento" de su formación en el "próximo ciclo electoral", en tanto que la manifestación del sábado "demuestra que hay cojín social para el soberanismo" y constituye así "el auténtico preámbulo de un nuevo ciclo político" en Cataluña. Para el portavoz de ERC, "el verdadero eslogan de la manifestación fue 'no aflojéis'" porque la gente en Cataluña "está cansada de poner las dos mejillas".
En este sentido, consideró que "la foto del 18 de febrero, de la manifestación masiva, neutraliza la del 21 de enero" entre Zapatero y los líderes de CiU cerrando el acuerdo y advirtió que ese 70% del Parlamento de Cataluña que hoy apoya el Estatuto, en cifras del portavoz del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, "no reduce la distancia que existe entre las aspiraciones de más poder político" de la sociedad catalana "y lo que está dispuesto a ceder el señor Zapatero".
Ridao consideró que la manifestación pedía de forma "masiva" un "mejor acuerdo" para Cataluña y "un nuevo escenario político" que "sólo el presidente Zapatero puede abrir", cediendo en sus posturas respecto al Estatuto, por lo que advirtió al Gobierno que ante lo ocurrido el sábado "pueden optar por volver la vista" o por "poner el marcador a cero" en la negociación.
//ENRIC///
Mireu aixo.
AVUI.-dimecres 22
Lara Bonilla
La multitudinària manifestació de dissabte a Barcelona va ser "una prova de força" i una demostració de la voluntat del poble de Catalunya, que ha de ser escoltada per tothom, incloent-hi José Luis Rodríguez Zapatero. Així ho creu el president de la Generalitat, Pasqual Maragall, que des de Nova York, on es troba de viatge oficial, va valorar ahir per primer cop en públic la marxa que va aplegar desenes de milers de persones en defensa de l'Estatut aprovat pel Parlament.
Tot i semblar contradictori, el president creu que després de la manifestació convocada sota el lema "Som una nació i tenim el dret de decidir" hi ha més possibilitats que ERC recolzi finalment el nou Estatut si s'accepten algunes de les seves demandes. Per ell, la marxa va ser "una prova de força" de les entitats convocants i d'ERC i una demostració que "el poble de Catalunya vol que es respecti el que és fonamental de l'Estatut". En aquest sentit, creu que "tothom hauria de tenir en compte" el clam de la ciutadania, inclòs el govern espanyol, a l'hora de millorar el text. Tanmateix, el president va explicar que encara no ha parlat amb José Luis Rodríguez Zapatero tot i que sí que ha parlat amb la cúpula d'ERC.
Al parer seu, la manifestació ha demostrat a l'opinió pública catalana i espanyola que hi ha "un pòsit real de desig d'una situació política evolutiva cap a una més gran autonomia de Catalunya". Maragall va reconèixer que la negociació de l'Estatut ha estat un "camí tortuós" i que s'ha d'entendre que, en tant que és una llei estatal, ha de patir "alguns canvis i tranformacions". Però també que encara hi ha possibilitats "per millorar el text" i corregir "alguns excessos i errors". En aquesta línia, creu que "és més fàcil que abans" que els republicans el recolzin si s'hi incorporen algunes de les seves demandes. "No totes, això és impossible perquè ningú sortirà amb totes les peticions", va dir. I creu que ha de ser així perquè seria "una paradoxa històrica sense sentit que un partit que ha estat tan important en la formulació de l'Estatut es quedés a fora de la seva aprovació".
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F.A.Z-
22. Februar 2006 Im Rennen um den spanischen Versorger Endesa könnte der deutsche Energieriese Eon Konkurrenz aus Rom bekommen. Der italienische Konzern Enel, der schon heute auf dem spanischen Markt Geschäfte macht, sei bereit, sich hinter ein neues Angebot der spanischen Gas Natural für Endesa zu stellen, sagte Enel-Chef Fulvio Conti am Mittwoch dem italienischen Fernsehsender La7. Enel sei genauso wie der Eon-Konzern an internationalem Wachstum interessiert und wolle sich dazu bietende Chancen nutzen. Bei einer Endesa-Übernahme sei Enel an Betriebsteilen interessiert, die Gas Natural dann verkaufen könnte. Endesa, die für Samstag eine Aktionärsversammlung angesetzt hat, wollte das nicht kommentieren.
Die spanische Regierung will ihre „Goldene Aktie”, mit der sie eine Übernahme durch den deutschen Eon-Konzern blockieren könnte, nur unter „absolut außergewöhnlichen Umständen” einsetzen. Ministerpräsident Jose Luis Rodriguez Zapatero sagte am Mittwoch auf die Frage, ob er die Übernahme blockieren wolle, er denke nicht an etwas so Extremes. Spanien müsse die Regeln der Marktwirtschaft, die Rechte der Verbraucher und die Interessen des Landes bei der Bewertung der Eon-Offerte in den Vordergrund stellen.
Zapatero hat das Interesse seines Landes im Blick
Zapatero spezifizierte zunächst auch nicht andere potentielle Verhinderungs- oder Verschleppungsmöglichkeiten: Dazu zählen zum Beispiel ein Veto der Nationalen Energiekommission, die Anwendung eines Gesetzes gegen ausländische Unternehmen mit staatlicher Beteiligung (Bayern hält 2,5 Prozent der Eon-Anteile) oder regulatorische Hindernisse (Genehmigungsverlängerung für Kraftwerke). Zapatero sagte zum Thema der Interessen der Regierung und des Marktes nur: „Alles kann miteinander vereinbar sein. Ich verstehe, daß Deutschland einen starken Konzern will. Aber jedermann muß auch verstehen, daß Spanien ein starkes Unternehmen will.”
Politische Irritationen
Eon zielt mit der Übernahme des spanischen Konkurrenten Endesa auf die Weltspitze der Strom- und Gasversorger. Der Konzern hat 29,1 Milliarden Euro für den Versorger geboten. Damit überboten sie die bereits von der Regierung in Madrid gebilligte knapp 22 Milliarden Euro schwere Offerte des spanischen Konzerns Gas Natural deutlich.
Zapatero ließ erkennen, daß er überrascht und wohl auch etwas irritiert war, daß er am Montag nur wenige Stunden vor der öffentlichen Bekanntmachung durch Eon von Bundeskanzlerin Merkel telefonisch über das Projekt unterrichtet wurde. Sowohl ihr als auch Bernotat gegenüber hat er dem Vernehmen nach sein Mißfallen deutlich gemacht. In Regierungskreisen hieß es, Zapatero sei nicht soweit gegangen, das Geschäft abzulehnen. Er habe vielmehr gesagt, die Auswirkungen der Offerte müßten analysiert werden.
„Spanien will Regeln des Marktes respektieren”
Zapateros Sprecher Fernando Moraleda hatte zuvor dem Radiosender „SER” gesagt, Spanien werde alle Regeln des Marktes respektieren. Er fügte jedoch hinzu: „Wir werden alles tun, was in unserer Macht steht, damit die Spanier einen Energie-Sektor haben, dessen Basis und Mutter national sind.”
Die Bundesregierung hat eine Bewertung der Eon-Pläne abgelehnt. Regierungssprecher Thomas Steg sagte am Mittwoch in Berlin, es handele sich um eine rein unternehmerische Entscheidung, die die Bundesregierung nicht kommentieren werde und wolle. Die Bundeskanzlerin habe am Montag abend mit Zapatero ein Informationsgespräch über die Unternehmenspläne geführt, sich auch dabei jeglicher Bewertung enthalten. Am Vortag hatte Bundeswirtschaftsminister Michael Glos erklärt, die Übernahme des spanischen Versorgers durch Eon wäre eine Stärkung des Standorts Deutschland.
Endesa hat außer mit Eon auch noch mit anderen Interessenten gesprochen, wie aus einer Mitteilung des Konzerns an die spanische Börsenaufsicht (CNMV) hervorgeht. Übereinkünfte habe es dabei aber nicht gegeben. Das Unternehmen betonte, die Bewertung der Eon-Offerte sei noch vorläufig. Zunächst müssten weitere Details studiert werden. Unterdessen will der spanische Gasversorger Gas Natural weiter um Endesa kämpfen, hält aber zugleich an seiner niedrigeren Offerte von rund 22,5 Milliarden Euro für den Stromversorger fest.
Seit Monaten Gas Natural unterstützt
Die Madrider Regierung hat seit Monaten ein niedriges Übernahmeangebot von Gas Natural mit dem erklärten Ziel unterstützt, einen spanischen „Champion” mit internationaler Wettbewerbsfähigkeit zu schaffen. Dieses Vorgehen war innenpolitisch aber umstritten und hatte außerdem regionalnationalistische Emotionen geweckt, weil hinter Gas Natural Finanziers katalanischer Geldinstitute stehen. Im Kontext der Konflikte um mehr Unabhängigkeit für die Region opponierte vor allem die konservative Volkspartei gegen die Übernahme. Nun verteidigt sich Zapatero mit „patriotischen” Argumenten gegen einen ausländischen Zugriff, während die Opposition ihm vorwirft, durch eine „Politisierung” der Angelegenheit erst den Appetit im Ausland geweckt zu haben.
Der Eon-Konzern hat trotz der Kritik durch Endesa an seiner milliardenschweren Übernahme-Offerte signalisiert, das Angebot nicht erhöhen zu wollen. Eon sei unverändert davon überzeugt, ein attraktives Angebot vorgelegt zu haben, sagte ein Sprecher am Mittwoch in Düsseldorf. Die Offerte sei für alle Beteiligten, vor allem aber für die Aktionäre beider Unternehmen und die Verbraucher in Spanien attraktiv und wegweisend für die Integration der europäischen Energiemärkte. Sie richte sich auch nicht gegen die spanische Regierung.
Für die würde der Eon-Vorstoß das Ende der Pläne bedeuten, einen großen nationalen Energieversorger zu schmieden. Eon will durch die Übernahme an die Weltspitze der Strom- und Gasversorger rücken. Endesa bezeichnete das Angebot als nicht angemessen (siehe: Endesa weist Eon-Übernahmeangebot zurück). Zusammen mit den Schulden, Rückstellungen und Restrukturierungskosten des spanischen Stromriesen geht es für Eon um ein Gesamtvolumen von gut 55 Milliarden Euro. Dies wäre die teuerste Übernahme eines deutschen Unternehmens im Ausland.
Vanidad:
Una manifestació no representa a un poble, només a una part del mateix. Sino en el cas de les manifestacions a Madrid organitzades pel PP hauriem de concloure que és la voluntat del poble espanyol, només perque hi assisteix molta gent?
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