En medio del pesimismo ambiental es hora de reinvindicar el futuro de Europa como un espacio de innovación, de progreso y de convivencia. No es fácil al ver cómo los nacionalismos de estado se imponen sobre la idea de crear una realidad que ha sido un éxito sin precedentes en la historia del continente.
Les invito a leer el libro de Mark Leonard, "Por qué Europa liderará el siglo XXI" (Taurus). Es documento de un optimismo contagioso que no se basa en la burocracia de Bruselas sino en el espíritu revolucionario que ha orientado la historia del mundo.
Europa tiene que proyectarse desde la inteligencia, el derecho, el respeto a los demás. No puede imponer sus criterios por la fuerza porque no la tiene ni pretende tenerla.
Para que esto sea posible habrá que incorporar nuevas ideas, nuevas estrategias y criterios nuevos que estén más en sintonía con el pensar de las gentes.
He leído el libro este fin de semana y me siento ciertamente optimista. Quizás el NO de Francia y Holanda contribuyan a un despegue nuevo.
lunes, junio 06, 2005
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2 comentarios:
Coincido en que Europa es el futuro, siempre y cuando la Europa presente no se olvide que existe gracias a sus ciudadanos.Dice Leonard que "Europa siempre ha avanzado después de una crisis", queda por ver si la crisis ha terminado, queda por ver si la crisis es del concepto de Europa, de la capacidad de sus dirigentes o de desconfianza de sus ciudadanos, para salir de una crisis hay que saber como se ha llegado a ella;sobre el posible liderazgo que preconiza Leonard de Zapatero en Europa, habria que recabar la opinión en Francia o Alemania, para empezar a plantear esa nueva posibilidad por algún sitio. Por último, la frase que más me preocupa de Leonard es la que dice,"si España quiere ejercer el liderazgo de la UE, deberá asumir una mayor presencia internacional e incrementar su potencial militar"...
Bartolomé C.
Parecer ser que los que seguimos sus artículos hemos sido conscientes de una sombra de pesimismo europea. Ya lo comente anteriormente: Me sorprendió ya que la cuestión y Vd lo sabe mejorque yo, no es si la constitución es buena o mala. La cuestión es que los ciudadanos estan preocupados en los beneficios del estado del bienestar que lamentablemente no pueden mantenerse, si realmente deseamos seguir creciendo. No creo que tengamos problemas de liderazgo, que tambien, tenemos miedo a una perdida de beneficios y para que exista consciencia de ello hará falta un cierto tiempo. Evidentemente si los nacionalismo de Estado fueran más débiles podríamos hacercarnos a un poder europeo más fuerte, pero hoy por hoy, es "soñar tortillas". En cualquier caso de toda esta crisis lo que podría peligrar sería la cuestión turca.
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