La solución del endémico conflicto entre Israel y los palestinos no será militar. La historia demuestra, a su vez, que tampoco parece que pueda alcanzarse por medios políticos o diplomáticos. Desde la creación del estado de Israel se han sucedido las guerras y los acuerdos de paz.
La sangrienta invasión del ejército israelí de la franja de Gaza señala un nuevo punto álgido de tiempos de guerra. Hablan las armas y la política está en silencio respetando las vacaciones de Navidad y limitándose a hacer vagas declaraciones sobre la urgencia de detener las hostilidades.
La diplomacia internacional, desde las Naciones Unidas a Estados Unidos pasando por la Unión Europea, empiezan a reaccionar ante la magnitud de la tragedia. El presidente Sarkozy llegará hoy a la región cuando los muertos palestinos han superado el medio millar. Una delegación de alto nivel de la UE se desplazará también a la zona mientras en Washington el presidente Obama prepara su discurso inaugural y la formación del nuevo ejecutivo.
Las dos partes esgrimen sus razones amparadas en la legitimidad de la defensa de su seguridad en el caso de Israel y en la ya vieja idea de los palestinos de no tolerar la existencia del estado de Israel. Los sucesivos gobiernos de Jerusalén han contado con el apoyo militar de Washington y los grupos radicales palestinos cuentan con la ayuda material y la carga ideológica de Irán y Siria, aunque no de la mayoría de gobiernos árabes que temen más a los grupos radicales como Hamas y Hezbollah que al propio estado de Israel.
Decía Isaiah Berlin, un pensador judío de gran prestigio, que "los judíos han estado en el exilio desde la Diáspora, y ahora, para poder escapar de sus dificultades y cargas, se han exiliado por voluntad propia a un enorme gueto propio, que todavía posee todas las propiedades de aquellos de los que surgió, además de las incomodidades propias de Oriente Medio".
El ejército israelí no se enfrenta con otro ejército sino con la hostilidad insaciable de milicianos a los que no se podrá someter por la superioridad militar. Volverán a aparecer con distintos nombres y en diferentes lugares. Israel no ha sido generoso con la mayoría de los palestinos que quieren vivir en paz, con estado propio, y no ser víctimas de la demagogia de las minorías que beben de las fuentes de la revolución islámica de 1979 en Teherán que promovió el odio a todo lo occidental.
martes, enero 06, 2009
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7 comentarios:
Sr.foix: Me sorprende la rapidez con la que salen a la palestra los dirigentes a soltarnos obviedades sobre este conflicto, frases huecas con una de cal y otra de arena, todo ello con una solemnidad y parafernalia que luego se contradice con la escasa o nula incidencia de sus palabras en la realidad de la situación analizada.
Lluís, esta guerra no ha sido casual.
Ninguna guerra es casual, es más algunas hasta han sido programadas, unas veces por las multinacionales del petróleo con el beneplácito de algún político con poco "seso" y otras por oscuros intereses en África para hacerse con la riqueza que encierra su tierra. ¿Quién vende la armas a estos países?...
Lo de Israel tiene difícil solución. El estado de Israel ocupó, con el apoyo de casí todo el mundo, parte de la tierra de los palestinos. ¿Qué hubiera ocurrido si el pueblo judio hubiera exigido un trocito de Alemania?...
Estoy en contra de todo tipo de terrorismo... y por desgracia no creo que termine nunca.
La verdad es que oigo por todos lados condenas a esta guerra y ninguna a las otras que existen, unas condenas que caen en saco roto, son brindis al sol de cara a la galería.
Un saludo,J.Vilá.
///ENRIC///
Los que piensen arreglar algo por las armas lo tienen claro.
Querido amigo. A mi no me gustan las guerras porque siempre perdemos los mismos. Se lo digo yo que ya soy algo mayor
Hay dos opciones, un nuevo lider que gaste menos en la industria belica, y reparta mejor la riqueza a los paises en desarrollo, con unas instituciones mundiales reformadas a la altura de las circunstacias, o la otra opcion mas gasto en defensa, si como indica este articulo, el multilateralismo no equivale a mas consenso.
Liderazgo y seguridad en el siglo XXI, pPor Ferran Requejo, 7 de Enero de 2009
La inversión en Defensa es cada vez mayor en un mundo con instituciones internacionales débiles, y en el que el multilateralismo no equivale siempre a consenso. Para que el mundo sea más seguro, hace falta mayor liderazgo de las potencias y establecer equilibrios estables.
EL PANORAMA MUNDIAL de los conflictos armados a finales de 2008 muestra continuidad con la situación internacional a partir de 2001. Sin embargo, se han producido hechos que a buen seguro modularán el futuro inmediato. Veamos algunos datos.
El conflicto entre Rusia y Georgia del pasado mes de agosto rompió la ausencia, desde 2004, de nuevos conflictos entre Estados. Los que perduran se iniciaron antes (Irak, 2003). De hecho, la mayoría de los más de 30 conflictos armados de la última década se han producido en el interior de los Estados. Algunos de los más importantes han sido: Afganistán, Myanmar, Sri Lanka, Turquía (Kurdistan), Sudán, Somalia, Filipinas, Burundi y Congo.
2,5 POR CIENTO DEL PIB MUNDIAL
¿Han supuesto estos conflictos un incremento global del gasto militar? Sí, y de modo importante en términos de cifras absolutas. Se calcula que el gasto militar mundial durante el año 2007 fue de 1.400 billones de dólares (a precios constantes de 2005). “Países como China y Rusia han aumentado de forma importante su presupuesto militar en los últimos años” Ello representa un incremento del 45 por ciento desde el año 1998 (International Peace Research Institute, SIPRI Yearbook 2008). Por países, Estados Unidos encabeza de forma aplastante el porcentaje mundial de gasto militar (45 por ciento), seguida del Reino Unido, China, Francia y Japón –que gastan cada uno alrededor de un 4 por ciento del total–, y de Alemania, Rusia, Arabia Saudita e Italia –un 3 por ciento cada uno–. España ocupa el lugar 15 con alrededor del 1 por ciento del gasto militar mundial (datos del año 2007).
En conjunto, el gasto militar global representa un 2,5 por ciento del PIB mundial. Sin embargo, el porcentaje que dicho gasto supone respecto al Producto Interior Bruto de los distintos países es muy variado. Por ejemplo, a pesar de que el gasto militar de Estados Unidos ha aumentado más de un 60 por ciento desde el año 2001 debido a su fuerte crecimiento económico, ello supone menos del 5 por ciento de su PIB global (2007), un porcentaje casi siempre inferior al del período 1950-1990. Por su parte, países como China y Rusia han aumentado también de forma importante su presupuesto militar en los últimos años. China lo ha triplicado desde 1998, pero en términos relativos su gasto militar no llega al 2,1 por ciento del PIB.
EQUILIBRIOS ESTABLES
“Multilateralismo no equivale siempre a consenso, sino a establecer equilibrios estables en el mapa geoestratégico mundial” Todo esto tiene diversas lecturas. El crecimiento económico de los países en vías de desarrollo es un objetivo deseable en términos del bienestar medio de su población, pero a su vez facilita escaladas del gasto militar sin que ello suponga a menudo un esfuerzo económico desorbitado para dichos países. Parecería que un mundo con mayor desarrollo medio sería un mundo más seguro, pero los arsenales militares son cada vez más imponentes en un mundo sin instituciones internacionales de peso. De ahí la necesidad de liderazgos eficientes por parte de las principales potencias. Un liderazgo que ya sólo puede ser de carácter multilateral.
Pero multilateralismo no equivale siempre a consenso, sino a establecer equilibrios estables en el mapa geoestratégico mundial. “Un nuevo escenario en que la seguridad internacional puede jugarse cosas importantes es el Cáucaso” Y de ahí también la importancia de las decisiones que la nueva administración americana impulse a partir de 2009. Se trata de la única superpotencia mundial. Las administraciones americanas del siglo XX han cometido graves errores, principalmente en Asia y Latinoamérica. Sería un desastre pretender un liderazgo unilateral a partir de sus intereses inmediatos. El mundo ni es así, ni va serlo en el futuro.
Un nuevo escenario en que la seguridad internacional puede jugarse cosas importantes es el Cáucaso. Puesto de nuevo bajo el foco de la atención pública desde la guerra de agosto del 2008, constituye una región fácilmente amenazada de inestabilidad. En el trasfondo aparecen cuestiones energéticas y económicas, pero la situación no se acaba ahí. De hecho, ahí solo comienza.
CAMBIO DEL CENTRO DE GRAVEDAD
Un factor decisivo es el de la hegemonía estrictamente política que Rusia parece dispuesta a recuperar y que no puede sino condicionar la posición de la OTAN y de la UE en la región. “El horizonte del año 2020 será previsiblemente bastante diferente, con China, Rusia, India y Brasil situados en posiciones de liderazgo regional” El Cáucaso reúne a un conjunto de 17 territorios a ambos lados de la frontera entre Rusia con Georgia y Azerbaiyán. La parte norte, situada toda ella en el interior de Rusia, incluye a Osetia del Norte, Ingushetia -con conflictos entre sí- y Chechenia, cuya guerra, aún por finalizar, ha supuesto alrededor de un cuarto de millón de víctimas. Todos ellos son territorios estratégicos en términos de energía y con situaciones económicas fuertemente degradadas.
En la parte sur, la política pro-occidental un tanto irreflexiva de los líderes de Georgia mantiene tensiones en los territorios pro-rusos de Osetia del Sur y Abjasia, formalmente internos pero con una independencia práctica. Azerbajiyán, el otro estado fronterizo con Rusia supone un aliado para esta última, pero enfrenta también el conflicto interno de Alto Karabaj, en la práctica bajo la órbita de Armenia. Y Turquía e Irán, a su vez fronterizos con estos dos últimos países, tienen sus propios intereses en la zona (véase La Vanguardia Dossier, n.30). Toda una agenda para las administraciones americana y europea en los próximos años en un contexto en el que el gasto militar seguirá en aumento.
El horizonte del año 2020 será previsiblemente bastante diferente, con China, Rusia, India y Brasil situados en posiciones de liderazgo regional. La Unión Europea debe replantear su posición si no quiere quedarse en una posición marginal del mapa político. De hecho, las cosas apuntan a que dicho mapa ya no tendrá su centro de gravedad en el Atlántico, sino en el Pacífico. O ya está situado ahí.
Por Ferran Requejo, 7 de Enero de 2009
http://spanish.safe-democracy.org/2009/01/07/¿aumentara-el-gasto-en-defensa-en-el-mundo
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