Comenta Claudio Magris en su libro "Las fronteras del diálogo" que Dostoievsky veía nacer un mundo terrible en el que todo está permitido. Y si todo está permitido todo acaba pasando. La vida se ha convertido en un torrente de palabras que hacen sentir escalofrío. Sin fe en las palabras no se puede vivir porque no se entiende de lo que se está hablando. Perder la fe en las palabras significa abandonarlo todo, huir de la realidad.
El gobierno Zapatero no ha querido hablar de la crisis económica. El presidente la admite pero no la acepta. No explica lo que pasa y recurre a argumentos que nada tienen que ver con la crisis.
Se ha empeñado en ser el más radical de los socialistas europeos y anuncia reformas cambiando el sentido de las palabras. El ministro Soria acaba de hablar de suicidio asistido. Ya no estamos ante la eutanasia, activa o pasiva, sino de suicidio asistido. Ha aparecido la palabra: el suicidio.
Lo mismo ocurre con el aborto y otras actitudes vitales. Una y otra vez se percibe que la nueva doctrina de la vida, la doctrina que encomia el heroico afán de pdoerío y exalta la existencia por encima del conocimiento y de la moral.
Para quienes profesamos la supremacía del espíritu estas nuevas modalidades linguísticas significan la marcha hacia la barbarie. Esta filosofía de la vida es precisamente la que pone el mito por encima de la palabra.
La ideología de unos pocos, hablando en nombre de una mayoría a la que no se le presentaron estas propuestas, se impone suave pero fuertemente en la mente de esas mayorías que aceptan pasivamente el discurso de minorías que piensan que pueden hacerlo todo, incluso cambiar el sentido de las palabras.
domingo, septiembre 07, 2008
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7 comentarios:
Sr.Foix: Con el devenir de la crisis y su acentuación dramática, el presidente Zapatero ha comenzado una huida hacia delante pavorosa, estamos asistiendo a una representación teatral, en clave económica, que puede acabar como Fuenteovejuna.
Denominar suicidio asistido al fin de una vida humana y darle categoría de derecho, se me antoja el principio del drama que se avecina. Muy, pero que muy mal, tienen que estar las cosas para asistir a una estampida semántica tan increíble como la que estamos viviendo, cambiar el sentido de las palabras no es la solución.
Las personas, reza un proverbio oriental, tienen sobre las bestias la ventaja de la palabra: pero las bestias son preferibles a las personas cuando las palabras carecen de su justo y buen sentido...
Lluís, a Zapatero se le ve demasiado perdido.
Aprovechando la incultura que nos ha traído la ESO se dedican a jugar con las palabras y por lo que parece, les debe funcionar bastante bien, ya que insisten.
Un saludo,J.Vilá.
Bueno, hoy me temo que estaré en discordancia con la mayoría, pero no pasa nada, el contraste civilizado de pareceres es esclarecedor. ;-)
De entrada me parece una frivolidad de Zapatero salir ahora con temas que no quiso abordar en la campaña electoral porque "no tocaba" y ahora sí toca. El PP tiene razón: es una cortina de humo y denota mal estilo.
Pero dicho esto, que se llame a las cosas por su nombre no me parece mal sino todo lo contrario. Lo de Sampedro fue suicidio asistido, no eutanasia ; hay que distinguir ambos conceptos. Y yo estoy a favor de que se regulen ambas cosas. Y no hablo en abstracto, sino (si me permiten la pequeña impudicia) como sujeto susceptible de requerir este servicio de la sociedad en plazo más corto que largo. Creo que quienes estamos a favor de esta posibilidad tenemos derecho a tener la opción, llegado el caso.
No quiero ofender la inteligencia de nadie con chistes fáciles, pero el argumento que en su momento se utilizó para el divorcio y el aborto es de perogrullo: pedimos un derecho; no tratamos de imponer nada a nadie. De todos estos casos, sólo el del aborto es discutible en la medida en que el nasciturus sea depositario de derechos; en los demás se trata de opciones personales que nadie tiene derecho a interferir en nombre de su particular moral o creencia.
///ENRIC///
Hoy Carlos Herrera le decía al ministro Rubalcaba que si nadie podía decidir qué hacer con nuestro cuerpo, entonces que nadie nos obligase a llevar el cinturón en el coche, el suicidio es acabar uno con la vida de uno mismo, pero si te ayudan a morir, entonces es asesinato o como mal menor, denegación de auxilio, todo ello tipificado como delito por las leyes. Lo de suicidio asistido suena muy bonito, como a parto asistido, pero no lo es. Yo espero que tras estos juegos de palabras no se escondan la falta de dinero de la Seguridad social para darnos una asistencia médica, cuando ya no servimos para nada y no somos más que un estorbo para esta sociedad.
Sr.Foix, me suena lo de "suicidio asistido" a traducción rápida y sin complejos del inglés.
Lo que me fascina es lo incongruente que podemos llegar a ser ante ciertos temas. Limitaciones para vivir y libertad para morir. No voy a entrar en detalles. Cada uno que opine sobre su vida,su suicidio o su idiotismo.
Cada vez somos más exigentes como compradores, como parejas,como amigos ,como lectores ,como hijos ,etc.Pero, ¿qué hay de nuestros políticos? ¿seguiremos alabando cada chorrada que dicen?
Un saludo.Gracias por estar ahí ;-)
Balanza.
Un post muy acertado Sr. Foix. Los valores están por encima de las ideologías.
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