miércoles, enero 23, 2008

Las leyes hay que cumplirlas

Una de las primeras leyes aprobadas por el gobierno Zapatero fue la “Ley orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género”. Salió publicada en el BOE el 29 de diciembre de 2004. Era una ley necesaria para proteger a tantas mujeres que son asesinadas por sus parejas o ex parejas en circunstancias dramáticas y escabrosas.

En plena campaña electoral y con el objetivo de hacer balance, sería interesante que se debatiera si la ley ha amortiguado este grave problema o si todo sigue más o menos igual. Son tan frecuentes las noticias sobre el asesinato de mujeres por parte de sus compañeros o ex compañeros que me temo que o la ley no se aplica o estos dramas no se resuelven sólo con una legislación pormenorizada.

Los gobiernos de hoy y de siempre suelen enfrentarse a los problemas sociales con la promulgación de una ley. Así debe ser. Pero lo más difícil es que las leyes se apliquen con sus respectivos reglamentos y que la administración disponga de los recursos institucionales y humanos suficientes para su cumplimiento. Cada ley debe ir acompañada de su correspondiente presupuesto.

Me gustaría saber cuántos centros de emergencia para asistir a las mujeres y a sus hijos se han creado en tres años. También si se han organizado los servicios de atención e información inmediata que garantice un asesoramiento legal y psicológico a las mujeres que se sientan amenazadas. La ley contempla también que será ilícito la asociación del cuerpo femenino con un producto concreto. Andando por la calle advierto que este apartado es frecuentemente vulnerado.

La ley insiste en que la formación en el respeto a la igualdad entre hombres y mujeres debe ser uno de los fines del sistema educativo. Totalmente de acuerdo. La voluntad de los legisladores y del gobierno para acabar con este drama personal que afecta a tantas personas no se puede poner en entredicho. Lo que sí hay que exigir al gobierno es que la ley se cumpla en todos sus extremos. El balance de estos tres años no es optimista.

La ley puede y debe contribuir a que estas acciones criminales se combatan y se erradiquen. Pero el respeto al otro o a la otra no se vive porque lo diga una ley sino porque forma parte de las reglas básicas de la convivencia entre las personas, de una cultura, y de una educación que priorice la el mutuo respeto. Es cuestión de valores. Pero, sobre todo, es cuestión de conductas.

No estoy seguro que la publicidad de todos y cada uno de los asesinatos de mujeres cometidos por maridos o ex compañeros es un elemento disuasivo. En el Metro de Barcelona se arrojan a la vía unas 30 personas al año. La cifra en los ferrocarriles españoles es muy superior. Estas noticias no salen. El publicitar la violencia de género no se puede impedir. Lo que sí cabe exigir es que se cumpla la ley.

7 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Para que las leyes puedan cumplirse hay que dotarlas de medios suficientes para ello.
Tenemos una cultura que no solo permite la agresión diaria machista contra las mujeres en forma de palabras soeces, vocabulario y gestos agresivos, intimidación y acoso laboral, sino que también establece estas practicas como un alarde de hombría y comportamiento consentido socialmente.
Entiendo que en el otro tema que nos plantea son los psicologos, psiquiatras y especialistas quienes habrían de determinar cuando, cómo y en qué casos se han de publicitar estos actos de violencia que padecen a diario muchas mujeres y no dejarlo en manos de oportunistas televisivos que hacen de estos temas una via para aumentar la audiencia mediante el morbo malsano.

Anónimo dijo...

Hay que endurecer las leyes y castigar con más dureza y rapidez estas agresiones, también hay que cambiar esa culturita que tenemos que nos hace creer que ser machistas esté bien visto.

Africa dijo...

Sr Foix:Bartolomé,como siempre,da en el clavo en su primera frase.De nada sirven las leyes si no hay medios para que se cumplan.Respecto a la violencia de género, constatar que se está dando un efecto secundario peligroso.Muchas mujeres están denunciando a sus parejas sin motivo.Por supuesto que abomino de la violencia y es muy doloroso la cantidad de mujeres que la siguen sufriendo-y la sufrirán-Pero este efecto acción-reacción empieza a ser preocupante. Un saludo

Anónimo dijo...

Bartolomé.-Muchas leyes nacen cojas desde el primer día y esta es una de ellas, falta educación y como bien dices los gobiernos siguen sin poner hilo a la aguja. La llegada de miles de personas que provienen de culturas y paises en los que la mujer está todavía menos considerada que aqui es otro agravante del problema.
Un saludo, J.Vilá.

Brian dijo...

Hay quién sostiene siempre se han cometido las mismas barbaridades, pero que simplemente no trascendían cómo ahora. Es posible (si más no, daba para llenar el semanario "el Caso"), pero yo soy de los convencidos de que el efecto mimético es muy importante. Y no sólo respecto de la vida real, también respecto de las películas, vídeo-juegos, etc. Las grabaciones de sadismo mediante móviles responden a una doble motivación: el exhibicionismo del sádico y la demanda morbosa de los receptores que se proyectan en, y quizá acaban emulando, la acción del sádico.

Anónimo dijo...

Lluis, seguro que lo que dice Brian es cierto, ahora tenemos más facilidad para publicitar esos sucesos. De todas formas uno tiene la sensación de improvisación a la hora de crear leyes.

Anónimo dijo...

ACERTIJO

"Un padre y su hijo se vieron involucrados en un accidente de tráfico,en el que murió el padre y el hijo resultó gravemente herido.La muerte del padre se certificó en el mismo lugar del accidente y su cuerpo fue trasladado al depósito de cadáveres.Una ambulancia condujo al hijo al hospital,donde de inmediato fue trasladado al quirófano.Llamaron al cirujano de guardia,que nada más ver el chico exclamó:¡Dios mío,es mi hijo!".
¿Cómo explicaríamos esta situación?

No es difícil,pero la mayoría de las personas fallan en sus primeras respuestas.Las creencias de género nos dificultan pensar que el cirujano de guardia en ese momento sea la madre del chico.

Más que separar y diferenciar entre los sexos,hay que formular leyes integradoras que valgan para todas las personas por igual por el mero hecho de serlo y no las trate como objetos sexuados.Aunque por otro lado y como comentáis,la aplicación de las leyes en este país es de risa,por no decir de pena.

Depende de las mujeres y ,sobre todo, de las madres que tienen en este sentido el 90% del poder para cambiar el "ambiente" como activador y modulador de los mecanismos heredados.

Un saludo.