No está de moda hablar del espíritu de la transición que se quiere sepultar en el baúl de los confusos recuerdos del pasado. No cuenta que hayamos vivido los treinta años de mayor estabilidad, progreso, libertad y democracia de nuestra historia. Se pretende superar el espíritu de la transición por la vía de los hechos.
El consenso es una palabra borrada de los discursos políticos sustituyéndola por la confrontación ideológica y por el desprecio al adversario.
Por primera vez desde la muerte del dictador, el aniversario ya no se plantea en las calles entre los nostálgicos franquistas y las fuerzas de seguridad. Hemos visto estos días cómo jóvenes de los dos extremos salen a la calle para chocar violentamente. En Madrid, la reyerta se saldó con un joven muerto. La repercusión la hemos comprobado este fin de semana en Barcelona con un enfrentamiento entre radicales llamados anti fascistas y los Mossos, con el resultado de varios miembros de la seguridad autonómica heridos.
Adolfo Suárez, Felipe González y el primer mandato de Aznar son ignorados. La referencia obligada es la II República. Incluso la ministra Magdalena Álvarez recurre a Indalecio Prieto, que se sentía “socialista a fuer de liberal”, para defenderse de una gestión catastrófica a pesar de que el presidente Zapatero se pavonee de que la ministra malagueña es la que va a inaugurar más kilómetros de AVE de la historia patria.
La Ley de la Memoria Histórica es un alegato nada sutil contra el espíritu de la transición al dividir a los españoles entre buenos y malos superando el criterio de los que abrieron el proceso constitucional de 1978 que pensaron en salvar la convivencia del momento y mirar a un futuro que ha tenido mucho más de positivo que de negativo.
Las críticas socavadas a la Monarquía no hay que buscarlas en la cumbre iberoamericana de Chile, en la respuesta a la verborrea de Chávez, o en los avatares familiares que viven muchas familias reales en Europa. Hay que buscarlas en las decisiones políticas del gobierno Zapatero, en los nacionalistas republicanos, en la derecha del segundo mandato Aznar, y en los que piden la abdicación desde las ondas por considerar que la Monarquía no está con ellos.
Leí hace años que en Inglaterra no se había roto el principio de legitimidad a pesar de los años horribles de la Monarquía en los años treinta y los de ahora. Lo que se cuestiona aquí es el principio de legitimidad sin tener una alternativa viable e integradora.
Publicado en La Vanguardia el 20 de noviembre de 2007
martes, noviembre 20, 2007
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9 comentarios:
Ahora reina el espírtu de la transacción .
off topic
Sorprendente portada la de hoy en La vanguardia , un grupo de pop bastante malo se separa y eso casi media portada ?
Sr.Foix: En cuestión de cambios hay que ser prudentes, máxime cuando no se tienen recambios previstos y contrastados.
Sobre la portada de La Vanguardia de hoy, que nos alude Francis Black, yo tampoco he captado el interes, salvo que la separacion de este grupo vasco esté en clave política...
Efectivamente, Bartolomé, está en clave política. (Oreja, ¿comprende?)
Pronto de aquel espíritu no quedará ni la sombra, ahora es más productivo separar que unir, jugar a la confusión.
Si la portada estaba en clave política y hacía referencia a una Oreja que desentona o se separa del cuerpo al que estaba unida, entonces Chapeau para La Vanguardia, tocaban un problema Mayor...
Un saludo.
Agudo, como siempre, Bartolomé. Veo que lo captó. Saludos.
Sr Foix: Cuando murió Franco, nos encontramos que estaba todo por hacer, o tirábamos juntos del carro o el carro con todo su lastre nos seguiría aplastando.Con aciertos y errores, pero sobretodo con ilusión e inteligencia salimos adelante. Los que han recogido el testigo se han encontrado el carro convertido en automóvil, quizás por ello pierden el tiempo( o lo parece)en discusiones que no acaban de solucionar los problemas actuales.Un saludo
La memoria es flaca y se olvida pronto de donde venimos, los intereses creados ahora son mayores que entonces, ahora de lo que se discute es de otras cosas que poco o nada tienen que ver con la política.
Un saludo, J.Vilá.
"Se pretende superar el espíritu de la transición por la vía de los hechos."
"Fets no paraules".
Lluis, los hechos , buenos o malos, se han comido las buenas intenciones de la transición y el diálogo.
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