País de charlatanes

Artur Mas pide reformar el catalanismo desde una base más amplia y abierta. Va Duran Lleida y dice que no está de acuerdo.

El president Pujol invoca una huelga fiscal que podría ser como la del "tancament de caixes" de 1899 que comportó la salida del gobierno de Madrid de Duran i Bas y también la dimisión del Dr. Bartomeu Robert como alcalde de Barcelona.

Carod Rovira pone como fecha para celebrar el referéndum de autodeterminación el año 2014, tres siglos después de la desaparición de los derechos de Cataluña.

La temporada política se presenta con más retórica de la habitual. A ver quién da más, quién pone el listón más alto. Un grupo de tertulianos y columnistas de diarios proponen un foro de reflexión sobre la soberanía.

Me agobia tanta palabrería y tanta demagogia aunque sea en tiempos electorales. Me gustaría que tuviéramos unos dirigentes más prágmáticos, más inteligentes, más responsables. Si están dispuestos a pedir una huelga fiscal, no lo digan, háganlo.

Cada vez soy más partidario de un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña. Pero no para el 2014. Mucho antes, incluso en esta misma legislatura como ha anunciado el lehendakari Ibarretxe. Que se de la palabra a los catalanes y a ver qué sale. Las acciones políticas tienen consecuencias. Lo mismo que las palabras.

Lo que me fatiga es la palabra banal, las promesas que no pueden cumplirse, el utilizar un lenguaje fatalista, frustrante, agobiante. No podemos convertirnos en un país de charlatanes.

Me inquieta también que el gobierno de José Montilla no haya sido capaz de construir un discurso que ilusione. Aunque su gestión fuera excelente, que no lo es, todo gobierno tiene que tener un discurso que vaya más allá de la imprescindible buena gestión de los responsables políticos.

Cada vez que alguien, desde la oposición o desde el mismo gobierno, propone alguna fórmula interesante, o extravagante, aparece un señor del PSC, José Zaragoza, para rebatirla. No sé qué hacen los demás consellers. Y no sé por qué la respuesta la tiene que dar don José Zaragoza.