Gordon Brown ha tomado el té con lady Thatcher, 81 años, en la residencia del primer ministro. La anciana ex primera ministra arrastra la dignidad de alguien que ha mandado mucho en Inglaterra y en el mundo.
Blair ganó tres elecciones consecutivas por haber incorporado a su programa muchas de las recetas liberales que Thatcher introdujo en 1979 para enfrentarse a los sindicatos que eran los que mandaban en el partido laborista. Quizás también abandonó el poder por haber creído que George Bush era Ronald Reagan o Franklin D. Roosevelt entregándose sin matices a la política militar del presidente americano.
Los ingleses saben respetar las formas, cuidan las cosas viejas, no se apresuran. Brown sabe que tiene difícil ganar las elecciones. En el laborismo no tendrá oponentes. Y una forma de atraer voluntades de británicos de centro es parecer como si él fuera el sucesor inmediato de Thatcher.
En 1977 fue elegido primer ministro de Israel, Menachem Begin. En 1978 el cardenal Wojtyla era elegido Papa. En 1979, Margaret Thatcher llegaba al poder en Gran Bretaña. Y en 1980, un autor mediocre como Ronald Reagan desplazaba al destrozado Jimmy Carter y se instalaba en la Casa Blanca para ocho años.
Cuatro figuras que, cada una a su manera, contribuyeron a ganar la última batalla de la guerra fría. Sólo queda Thatcher que se sienta en la Cámara de los Lores y es admirada por muchos y odiada por otros.
La entrevisté en dos ocasiones,. Estaba en la Cámara de los Comunes el día que fue elegida líder de los conservadores. Tenía mal genio. No quería la Europa que defendían Francia y Alemania. Soportó a Felipe González y trató desde la distancia a Mitterrand.
Cuando se vió por primera vez con Gorbachev, antes de que abriera el melón del régimen que saltó por los aires, lo definió como un hombre con el que se puede trabajar. Se enfrentó a los militarotes argentinos por las Malvinas, ganó la guerra y ganó las segundas elecciones.
Irónicamente, no fueron los laboristas los que la derrotaron. Fueron sus propios compañeros de partido que en una simple elección la echaron de Downing Street. Fue sucedida por John Major y después por Tony Blair.
Sus huellas en la política británica están ahì. Gordon Brown le dijo que era un líder con convicciones y que vio la necesidad de cambios en el Reino Unidos. Cambios que, eventualmente, favorecieron a los laboristas. Quién lo iba a decir.
jueves, septiembre 13, 2007
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3 comentarios:
Sr.Foix: Lady Thatcher como Maragall, como Imaz,como tantos y tantos otros políticos, ya sabe que los peores enemigos son los que tienes a la espalda en tu propio partido.
Es bueno que los políticos en activo tengan la idea de reunirse con los políticos más veteranos, la experiencia es un grado y ese ejemplo debería ser seguido por los políticos de este país.
J.Vilá.
Cuando un político de nuestro país pide consejo a otro político mayor es debido a que está poco menos que en las últimas.
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