La muerte de Lord Deedes, a los 94 años, cuando en el umbral de la muerte estaba escribiendo su último artículo desde el lecho, ha merecido fugaces referencias en nuestra prensa. Bill Deedes era un gran desconocido para los miles de periodistas que fabricamos con los parámetros de los nuevos tiempos el llamado régimen de la opinión pública.
Deedes era una leyenda en el periodismo británico. Fue corresponsal de guerra, ministro en el gobierno Macmillan, director del gran diario conservador “The Daily Telegraph”, pero, por encima de todo, era un personaje educado, leído, irónico y viajado. Trataba a los más recién incorporados jóvenes periodistas de “my lord” y escribía deliciosas frases para criticar a los conservadores como una que le hizo famoso cuando afirmó que “los tories deberían subirse los pantalones”.
Le ví en alguna ocasión tomándose una pinta de cerveza en el pub King and Keys que estaba al lado del magestuoso edificio que el Telegraph tenía en Fleet Street. Era mayor. Pero nunca fue viejo. Su figura me evocaba la de William Rees-Mogg, que fue director del The Times, cuando Rupert Murdoch no había salido de Australia. Le sigo leyendo cada lunes.
O la de Indro Montanelli, sarcástico y lúcido, que tenía a los lectores de su parte aunque a veces no a los propietarios de los medios en los que escribía o dirigía. Se enfrentó con Berlusconi. Perdió pero siguió siendo un periodista de referencia.
Personajes con criterio propio, no siempre coincidente con la corrección política tan al uso en todos los tiempos y en todos los países.
Pienso que el periodismo es una de las profesiones que mejoran con el tiempo, la experiencia, la capacidad de relacionar y la de entender el mundo desde el privilegio de haber transitado por la historia sin mancharse el vestido, contrastando puntos de vista y sabiendo rectificar posiciones cuando la evidencia de los hechos así lo aconseja.
Una profesión que no crea noticias sino que las cuenta. Pienso en el admirado Carlos Sentís o en mi amigo del alma, Jaime Arias. También en Carlos Nadal o José Casán Herrera, el “gran Casán”, que junto a los desaparecidos Santiago Nadal o Lorenzo Gomis fueron mis maestros en mi diario hace ya unos cuantos años.
Periodistas abiertos a todos los puntos de vista pero de ninguna manera indiferentes a las actitudes de los que producen las noticias.
Lord Deedes fue protagonista inesperado de una de las novelas más agudas sobre el periodismo. La escribió Evelyn Waugh inspirándose en un periodista de 22 años que llegaba a Abisinia para cubrir por el Morning Post la inminente invasión de Mussolini en 1935.
La novela, “Scoop”, se tradujo al castellano como Noticia Bomba. Deedes era un novato y llegó a Addis Abebba con un equipaje que pesaba casi 300 kilos. Waugh se aburría cubriendo el mismo conflicto para el Daily Mail y quedó admirado por el cofre y las maletas del recién llegado.
Y escribió la novela que evidencia la fragilidad de nuestra profesión, empujada por las prisas y el desorden. El protagonista, supuestamente Deedes, triunfa con fantasías. Relata grandes batallas inexistentes que los que cubren la guerra de verdad no conocen recibiendo reprimendas desde las redacciones de Londres.
Al final, todo el cuerpo de prensa se traslada allí donde no pasa nada, un villorrio donde reina la más absoluta paz. Sus colegas narran también enfrentamientos sanguinarios y la guerra auténtica se desplaza allí donde decían los periodistas que se libraba. Una guerra mediática, virtual, basada en verdades construidas sobre mentiras o medias verdades. Se podría decir que no hemos prosperado demasiado.
lunes, agosto 20, 2007
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5 comentarios:
Aprovecho para recomendar el libro :CRONICAS DESDE BERLIN (1930-1936)De Eugeni Xammar .
Sr.Foix: Nadal y Gomis son dos referentes extraordinarios en el periodismo, ninguno de ellos hubiera escrito nada que no hubiera sucedido, pertenecian a esa escuela de periodistas que cuando su madre les decía, "te quiero hijo mio", corrian a contrastar la información materna.
Ejemplos de periodistas que cuentan cosas que no ocurren los tengo a diario,empezando por los deportivos y acabmdo por la prensa rosa,pero periodistas serios que cuentan cosas que se inventan sólo pueden existir si se dejan sobornar por el poder para explicar cosas que al poder le interesa que parezcan verdad.
J.Vilá.
Bienvenido de nuevo al Blog, a su casa,un placer leerles a todos ustedes.
E.Dalmau.
Los que hoy estudiamos periodismo en el convulso siglo en el que vivimos, solo vemos dos salidas dignas para la profesion:
- la docencia y / o la eterna tarea de la pluma hecha punzón en nuestros escritos, articulos y posteos en blogs, de audiencia escasa y no masiva cual los medios
- el mundo deportivo.
El resto de profesiones como redactores en periódicos grandes, pequeños, nacionales o locales, tradicionales o digitales, de pago o gratuitos, se me asemeja a mi y a muchos otros estudiantes a bazofia, inventiva, presiones de los grupos de poder económicos que ahogan al recien licenciado cobrando menos que un reponedor de supermercado cuando tenemos en las manos la profesión más digna a mi parecer que el ser humano puede optar. El llevar la verdad a los oidos de todos, incluso del que odia la verdad y ama su mentira. Pero los que odian, hoy por hoy, tienen el dinero para comprar la verdad. En cuanto a los medios audiovisuales ( a excepcion de la radio, que sigue siendo digna pero tambien demasiado mal pagada), no entro en valoraciones como acabo de hacer con la prensa, pues creo que la arma de distraccion masiva llamada Televisión ya no se puede considerar un medio para periodistas...)
Por tanto, me gusta mucho la definicion que hace de ese periodista que con el tiempo se hace hombre, humano y profesional, pero el que hoy empieza, solo será carne para la picadora. Si quiere triunfar tendrá que contribuir al espectaculo, a la telebasura, al "prensa-miento" de mentes de los diarios gratuitos y locales con las tendencias sociales, o resignarse al capital y ser miembro de gabinetes de comunicación si se desengaña totalmente del periodismo.
Me gustaria que hablara del panorama que hoy dia nos encontramos los estudiantes de periodismo cuando salimos al mercado laboral, señor Foix, pues pienso que las mordazas que la economía y los consejos de administración de los medios de comunicación atan a las bocas, manos y ojos de los periodistas son al fin y al cabo CENSURAS MASIVAS que se convierten en TELEINFORMACIONES dirigidas a un publico objetivo: LOS CONSUMIDORES DE INFORMACION.
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