viernes, marzo 09, 2007

Un Bush sin rumbo visita América Latina

Si me dieran a escoger entre vivir en Caracas o en Washington me inclinaría decididamente por la capital norteamericana. Sólo pensar en las arengas del revolucionario bolivarista Hugo Chávez me pone de mal humor. Pienso que los venezolanos, los cubanos, los ecuatorianos y los bolivianos se merecen dirigentes más preparados. La demagogia y el sectarismo suelen ser nefastos para la vida de los pueblos.

En la capital americana, donde pasé cuatro memorables años de mi vida profesional, estaría hoy también preocupado. La política exterior que proyecta la administración Bush está teniendo consecuencias muy negativas para Estados Unidos y para todos aquellos países democráticos que compartimos muchos de los valores que emanan de la Constitución americana.

La diferencia entre el mundo americano anglosajón y el latino tiene su punto de desencuentro en el concepto de libertad. Una libertad que no se sirve en estado puro en ninguna parte, pero que en la sociedad americana acaba siempre ganando la partida.

Un presidente americano siempre es recibido con manifestaciones en otras partes del mundo. Hay excepciones, naturalmente, como la de John F. Kennedy cuando visitó Berlín y pronunció aquella célebre frase de "Ich bin ein Berliner", en una ciudad dividida por la guerra fría y por dos sistemas que no entendían la libertad de la misma manera.

Fueron los Estados Unidos los que vinieron a Europa dos veces en el siglo pasado para liberarnos de nuestros propios fantasmas. El historiador Eric Hobsbawm, comunista a sus noventa años, ha dicho que Estdados Unidos fueron los grandes vencedores del siglo pasado.

Pero el fin de la guerra fría convirtió a Estados Unidos en el poder hegemónico mundial. En términos políticos, militares, económicos y sociales. Fukuyama lo resumió en su libro que preconizaba el fin de la historia y la victoria incuestionable de los principios liberales y democráticos.

El 11 de septiembre de 2001 fue un punto de inflexión que ha marcado el comienzo de este siglo. Al Qaeda golpeaba los símbolos más emblemáticos de la cultura americana. Derribó las Torres Gemelas de Nueva York, atacó el Pentágono y pretendía destruir la Casa Blanca o el Capitolio.

La respuesta contra el nuevo terrorismo de cuño suicida fue fulminante. Se derribó el régimen talibán de Afganistán pero no se cazó a los autores intelectuales de la guerra declarada por Bin Laden contra Occidente.

Aquella masiva acción militar no se consideró suficiente. La guerra contra el terrorismo tenía que extenderse a todos aquellos focos sospechosos de fomentar la violencia política contra Estados Unidos y contra Occidente en general.

Se aprobó una legislación muy estricta que privó de libertades básicas a los ciudadanos norteamericanos, se inventaron causas inexistentes para lanzar la guerra de Iraq, se derrocó la dictadura de Saddam y se enviaron más de ciento cincuenta mil soldados para controlar la recuperación de un país que había estado sometido por la bota de un dictador.

Para combatir el terrorismo ha valido todo. Y la respuesta de la sociedad americana se ha producido de forma gradual hasta llegar a las elecciones del pasado noviembre cuando el Partido Republicano perdió la mayoría en las dos cámaras del Congreso. La popularidad del presidente Bush ha descendido a cotas históricas.

Estados Unidos ha perdido la condición de referencia moral y política en el mundo. Ha defendido la indefendible cárcel de Guantánamo, ha cometido abusos en prisiones, ha dejado que el espionaje campara libremente por todo el mundo. El derecho ha sido sustituido por la fuerza, la guerra de Iraq sigue, Irán no se resigna a ser dominado, el primer ministro israelí sólo es aceptado por un tres por ciento de su opinión pública y el mundo vive en un estado de inestabilidad inquietante.

En ese periodo América Latina ha respondido con un populismo de corte demagógico encabezado por el bolivariano Hugo Chávez que se ha aliado con el agónico régimen castrista y ha alentado líderes igualmente populistas en Bolivia y Ecuador y ha entregado el poder a gobiernos de centro izquierda en Argentina, Brasil y Uruguay.

Bush ha salido de visita al continente latinoamericano. Ha dialogado con el presidente Lula de Brasil, lo hará con Kirchner en Buenos Aires, en Uruguay y Colombia, países que puede visitar a pesar de las manifestaciones masivas que provoca a su paso.

La de Buenos Aires de hoy estará encabezada por el presidente Chávez. Es una situación inciertamente insólita que un jefe de gobierno participe en una manifestación en un país extranjero y en contra de Estados Unidos.

La incongruencia de la política de Bush tiene fecha de caducidad. No solamente porque abandonará la Casa Blanca el año que viene sino porque los demócratas pueden tomar el relevo si así lo deciden los americanos en las urnas.

No se puede decir lo mismo de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador. La revolución bolivariana de Chávez no es reversible. La mala política de Bush y su equipo de neoconservadores se va a corregir. En Estados Unidos se han recortado las libertades, pero en esos países andinos han desaparecido. Esta es la diferencia.

Las protestas que encontrará Bush en América Latina son puntuales. Pero arrancan del desinterés y la explotación históricos de Washington por los territorios que se extienden al sur de Río Grande.

Bush encuentra frialdad en Europa, hostilidad en América Latina y ha aumentado el conflicto endémico en Oriente Medio. La cultura de libertades y democrática de Estados Unidos obligará a dar un cambio de rumbo radical en el próximo huésped de la Casa Blanca.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con gran parte del artículo pero creo que cuando se refiere a algunos de los régimenes latinoamericanos hay ciertos prejuicios ideologicos, porque si bien una parte de su critica es cierta, no es menos cierto que el presidente de Ecuador salió escogido en unas elecciones democráticas frente a uno de los hombres más ricos del país (Noboa) representante de una oligarquía que ha sido la que ha gobernado el país y la región durante el último siglo. Además Correa tiene una formación universitaria de altísimo nivel así que el problema no es de preparación como afirma el Sr. Foix y si no que se lo pregunten a los miembros del gobierno neoliberal causante del tequilazo en México todos graduados en Yale, Harvard y las más prestigiosas universidades norteamericanas. El problema del populismo en América Latina es muy serio pero creo que habría que analizarlo con mayor rigor y no de forma tan superficial. A Correa se le pueden criticar muchas cosas pero no falta de preparación ni legitimidad democrática, y no creo que a todos estos régimenes se los pueda poner en el mismo saco porque no es lo mismo la Cuba castrista que la Bolivia de Evo.
Dejo muchas cosas en el tintero pero el populismo latinoamericano da para un libro.

´´ dijo...

El articulo es muy interesante , habla del concepto de libertad , tengo una serie de ideas :

El concepto de libertad liberal , de libertad individual puede quedar liquidado con el auge de nuevos Estados dominantes , que dominaran el mercado y de forma pacifica , actualmente estamos en un periodo de ciudadano consumidor , pero eso no tiene que ser eterno . Los conceptos son creados actualmente por USA y EUROPA , pero si el epicentro comercial varia , tambien lo haran estos conceptos y la idea de individuo sera la china o la india o la asitica en general .

No creo que esto pueda pararse de forma militar , pues sera el propio mercado el que desplazara el centro de discusion de los debates y no los ejercitos , actualmente USA y su gobierno intervienen con excusas humanitarias y democraticas , pero porque es el mercado que ellos dominan quien cree en esos conceptos , cuando el mercado dominante no crea en esos conceptos ( la democracia no tiene porque ser una idea eterna ) se acabo el equilibrio mundial que tenemos .

Mi pregunta Sr. foix es si hay alguien pensando soluciones a esta situación que planteo y que espero que no llegue , pero me temo que no tardara demasiado . Gracias .

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: En Estados Unidos, la esposa del 42 presidente puede ser la 44 presidenta que sustituya al actual 43 presidente hijo del 41 presidente al que le queda otro hijo con posibilidades de ser el 45 presidente.
No me imagino esa posibilidad en nuestro país sin que la democrácia fuera puesta en duda.

Anónimo dijo...

La izquierda y el populismo no existirian sino fuera porque en sus países no hay una clase media, hay una gran mayoría 80% que vive en la pobreza, en cuanto a Cuba tiene una Ecología más adelantada que Canadá, se la pone como ejemplo en el uso de energías limpias en las Universidades de Vancouver y Toronto, los cubanos están educados un 100%, en Canadá existe un 40% de analfabetismo, y no quiero hablar de la epidemia de obesidad, mala comida y crímenes cotidianos en la tierra de la libertad, los USA, los cubanos son mucho mas saludables y viven su vida mucho mejor que cualquier americano medio, que si sueñan en la libertad y las riquezas del Sueño Americano, por supuesto! y en cuanto Cuba se vuelva democrática y los MacDonalds y los otros restaurantes de Comida rápida entren en la Cuba democrática, se va a perder un sabor para siempre y Cuba no será sino otra calle de Miami. Como si esto fuera mejor.
América tiene que enseñar algo mas de cultura que la Libertad Individual a secas. Europa debe agarrar la Locomotora y corregir los errores de Washington, ya lleva adelanto en el reciclaje y consumo de energía alternativa, es el momento de vendérsela a los Americanos, a que esperáis para tomar responsabilidades?

Anónimo dijo...

///ENRIC///



No es sencillo tomar las riendas para Europa, Estados Unidos sigue teniendo demasiado peso y somos dependientes de su política queramos o no queramos, sería muy difícil por no decir imposible que en muestro país o en Europa dos familias pudieran acaparar la presidencia durante tanto tiempo como en los Estados Unidos, aqquello parece más una monarquía que otra cosa y es una interesante observación.
El marcado dominante es el que marca la pauta, el resto se limita a seguirle y nosotros no somos una excepción.

Anónimo dijo...

Sr. Foix: La historia no suele ser lineal, como tampoco el progreso lo es. Se dan muchas vueltas y se repiten procesos históricos que ya sucedieron en el pasado. El problema es que no parecemos aprender de los errores, y así nos van las cosas. El sistema económico dominante está cometiendo errores al no tener en cuenta las consecuencias a medio y largo plazo de sus acciones. Además, el desarrollo de la democracia debería ser el objetivo principal de los países con más derechos humanos, lo que implica un mejor reparto de la riqueza y un comercio mundial más justo. Si los países de referencia, en cuanto a libertades, no muestran su superioridad ética y moral no es de extrañar que triunfen ciertos sectarismos y otros tipos de ideologías que pueden ser funestas.

´´ dijo...

Sr. Foix

Me voy del tema , pero es que este dato me inquieta .

"El número de manifestantes -337.000 personas, según los cálculos de El PAÍS, 342.000, según la delegación del Gobierno, y 2.125.000, según la Comunidad de Madrid ."

Una cosa es restar un par de miles de personas o sumarla , mas que nada para hacer numeros redondos , pero en estos datos que aparecen en EL PAIS , hay la bonita diferencia , de mas de un millon y medio de personas , es posible que estuviesen en el WC cuando los contaron?

Anónimo dijo...

·342.655- según la delegación del gobierno. Habrán sido más o menos los manifestantes, pero lo que me parece una tomadura de pelo es la precisión absoluta de la delegación del gobierno-342.655-


Roger Mateu-Girona