lunes, febrero 19, 2007

Políticos, medios y jueces

Me ha llamado la atención la apertura del Financial Times de ayer con un gran titular que dice que España es la destinación preferente de los europeos que deciden trabajar en el exterior. Resume una encuesta hecha a 6.561 adultos británicos, franceses, alemanes, italianos, norteamericanos y españoles.

Los europeos prefieren España por varias razones. Porque es el país europeo que se encuentra mejor consigo mismo, porque los españoles son los más optimistas de Europa, porque vivimos sin dramas respecto a la inmigración y porque la mayoría tenemos la percepción de que nuestras vidas han progresan y mejoran.

Si no se tratara de un diario de calidad y referencia habría pensado que era una broma o que Europa debe andar muy mal si a los españoles se nos considera los más satisfechos con nosotros mismos.

La encuesta coincide con las manifestaciones del comisario Joaquín Almunia que el viernes revisó al alza las previsiones de crecimiento económico de España del 3.4 por ciento al 3.7 en 2007.

Un total del 42 por ciento de españoles cree que la inmigración es buena para la economía, comparado con el 19 por ciento en Gran Bretaña y Francia. Más de un 70 por ciento de españoles, sin embargo, piden un control más estricto de las fronteras para frenar la inmigración ilegal.

La encuesta tiene muchas interpretaciones y lecturas. Pero el hecho es que España haya pasado de ser un país de segunda, despreciado por las democracias europeas durante la dictadura, de una inestabilidad política crónica en los doscientos últimos años, a ser una potencia media en alza con un atractivo creciente para los más de cincuenta millones de turistas que en general se llevan una buena impresión del país.

En la edición europea del The Wall Street Journal, el diario más identificado sin matices con el liberalismo económico, también ayer titulaba en primera página que la penetración de la banca española en Estados Unidos muestra la nueva estatura global de España. Dice la crónica fechada en Madrid que los dos bancos comerciales principales españoles, el Santander y el BBVA, han dejado la segunda división y han subido a la primera situándose entre los más importantes, los más eficientes y los más rentables del mundo.

Más de sesenta mil congresistas se dieron cita en Barcelona la semana pasada para intercambiar impresiones y conocimientos sobre las más avanzadas tecnologías. El evento fue un éxito y los organizadores han reservado para los próximos tres años.

Esta visión tan optimista que nos viene de fuera no coincide con el pesimismo latente que nos embarga con sólo observar a la clase política, a sectores relevantes de la judicatura, a las alarmas que suenan cada mañana en emisoras irresponsables y en periódicos que optan por la catástrofe previa y la conspiración.

Es paradójico que la prensa y la cultura anglosajonas, históricamente tan hostiles y desconfiadas a todo lo español, se atrevan a romper una tradición que viene de siglos. Hay muchas cosas que van mal o muy mal en España. Como en todos los países.

Pero no hay razones que expliquen la tensión desproporcionada entre políticos, medios y jueces para imponer criterios siempre discutibles en el fondo y en las formas. No es el sentimiento del amplísimo colchón de las clases medias, ilustradas, que observan con estupor lo que está pasando y aprovechan para alejarse de las urnas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Foix.
Fuí testigo de segunda línea, Vd de primera, que en el período de la Transición toda Europa esperaba un nuevo enfrentamiento armado entre nosotros. No entendian nada. Al principio me sorprendió la "sorpresa" de los europeos. Posteriomente me "cabreo". ya que lo que realmente estaban diciendo era, como míninmo, que Africa empieza en los Pirineos. Pero Europa se lleno de altos ejecutivos españoles, muy capaces, en las empresas multinacionales y los italianos quedaron como muy "cachondos" pero nada más.
Lo que Vd. visualiza en su comentario es que los europeos ven nuestras actuales luchas internas como algo insignificante. Que los "españoles" somos gente por las cuales vale la pena creer y apostar y que las mezquindades de cuatro politiquillos y cuatro miembros del Tribunal Supremo no son nada ante la madurez del pueblo español y que el conflicto de Euzkadi y los deseos independentistas dels Països Catalans no truncan su visión de los españoles.
Esa es la visión de Europa: Los españoles no son lo que yo creía que eran. En consecuencia´a los políticos estatales españoles les debería caer la cara de vergüenza. En cualquier caso a pesar de ellos seguimos teniendo buena imagen.`
¡Tiene narices¡¡

´´ dijo...

Creo que si un extranjero biene a España con un buen trabajo y se instala en ciudades como Tarragona , Barcelona , Sevilla , y se dedica a trabajar y vivir , su idea de España tiene que ser buena , el problema de los españoles es un vision distordionada , falta de prespectiva y enquistación de problemas , pero para alguien que biene de fuera con poder adquisitivo esto es un gran lugar , gran clima , trabajo a ritmo bajo ...


pd : el tema estatuto andaluz merece un articulo .

Anónimo dijo...

No me extraña nada el "cabreo" de Francesc con los europeos, me da la impresión que es su estado habitual y sus expresiones muchas veces fuera de lugar empiezan a desentonar en este foro, se puede decir lo mismo con más tranquilidad y mesura. Yo creo que Foix establece con claridad que lo que nos está ocurriendo es que no nos damos cuenta del respeto que se nos tiene en el exterior y que mientras vivamos enzarzados en perpetuar nuestras rencillas no veremos cuanto de bueno hay en nuestra sociedad.
La abstención en el Estatuto de Andalucia es algo que habría que tratar como dice F.Black.



J.Vilá.

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Europa no anda muy fina y nosotros hemos aprovechado la coyuntura.

Brian dijo...

¿Tienen noticia del libro "España y sus fantasmas", de Giles Tremlett?. Es de reciente aparición. Tremlett es corresponsal de The Guardian y ha vivido en España desde hace veinte años. Les copio un cachito que he escaneado de la introducción:

"El ruido verbal alcanza su punto máximo en las tertulias radiofónicas y televisivas, cuya audiencia diaria se cuenta por millones. En sus mejores exponentes, las tertulias son un asunto serio, un intercambio culto e informado de ideas entre gente entendida. Sin embargo, muchas son poco más que furiosas broncas. Los españoles son hábiles conversadores, aunque a veces incontinentes. Los tertulianos a menudo son gente iracunda. En esto consiste su trabajo. Lo que les enfurece depende del tema que les plantee el presentador del programa. Cuanto más intrascendente es el tema, más se grita."

Aunque recorre los inevitables tópicos que asaltan a un anglosajón (el ruido "siempre presente", el carácter abierto de la gente, la mezcla de tradición y modernidad, etc.) no se crean que se limita a la anécdota superficial. El primer capítulo, sin ir más lejos -"Secretos a voces"- es un relato documentado y estremecedor sobre las fosas de la Guerra Civil:

"Cuando la historia brotó del subsuelo, decidí volver la espalda a la superficie rutilante, divertida e incitante de España. (...) Las fosas exhumadas recordaban precisamente el modo en que este país había acometido su transformación, la Transición de la dictadura a la democracia" -dice- y nos recuerda que había un pacto no escrito: "el pacto del olvido"

Anónimo dijo...

///ENRIC///



Esclarecedor el artículo que nos remite Brian, estoy convencido que sin las ayudas de le UE estos últimos años no habrían sido de tanto crecimiento, mientras la UE tenía una crisis de caballo, nuestra economía crecía por encima de la economia de los demás paises, todo ello coincidiendo con unos buenos años de turismo y de crecimiento urbanístico.