lunes, enero 08, 2007

Vivimos en un país brusco

Se echa de menos un poco de racionalidad en la crisis política planteada por el atentado de ETA en Barajas. El terrorismo ha golpeado a cientos de familias españolas en más de cuarenta años. En este caso también a familias ecuatorianas. Pero a quien ha sacudido una vez más es a un presidente del gobierno que pretendía acabar con la violencia política y puede ser víctima política de ella.

No se le puede achacar a Zapatero que cediera a los supuestos pactos establecidos con la banda terrorista. Nadie ignora que esos pactos existieron. Hay que suponer que esos acuerdos preliminares establecían condiciones que las dos partes se habrían comprometido a observar en tiempo y forma.

Lo más interesante a estas alturas, al margen de las dos muertes y de los destrozos materiales perpetrados en Barajas, es saber qué cláusulas contenían esos pactos. Si nos dejamos llevar por la literatura publicada hasta ahora, sin acudir a las teorías conspirativas de rigor, Zapatero se habría comprometido a un acercamiento progresivo de presos a Euskadi y a buscar mecanismos legales para que Batasuna pudieran esquivar la Ley de Partidos y presentarse a las próximas elecciones municipales.

ETA habría mantenido la tregua permanente que habría convertido en definitiva con un eventual anuncio de abandonar las armas si se aceptaba el derecho de autodeterminación con una apertura de conversaciones para tratar la cuestión de Navarra.

El error de Zapatero no ha sido el abrir un proceso de diálogo con los terroristas, una inicaitiva que ha compartido con todos sus antecesores en La Moncloa. Su error fue presentarse en el Congreso anunciando que se abrían negociaciones con ETA porque se cumplían las circunstancias que lo permitían. No era así.

A este error hay que sumar que no contaba con el apoyo del Partido Popular que le impedía mover una sola pieza, a pesar de que en sus tiempos Aznar había ordenado el acercamiento de presos para alcanzar un acuerdo con ETA.

Zapatero se echó a la piscina sin comprobar si había agua. Hay que pensar que no cumplió ninguno de los acuerdos previos con los etarras y cometió la ligereza de abrir negociaciones esperando que ETA cumpliría con los suyos.

Nadie cumplió nada y el proceso se pudrió porque no estaba avalado con hechos por ninguna de las dos partes. ETA daba avisos y se entregaba a actos de violencia menores hasta que forzó la máquina y se personó criminalmente en Barajas, coincidiendo prácticamente con las declaraciones de Zapatero asegurando que el proceso marchaba viento en popa.

Me recordaba ayer un amigo muy leído aquella expresión de nuestro estrafalario Peius Gener cuando dijo aquello de “endavant, endavant, sense idea i sense plan”.

No se puede culpabilizar a Zapatero de que haya roto la legalidad vigente ni tampoco que haya negociado con ETA. Lo que cabe recriminarle es su frivolidad al pensar que él solo podía proseguir con el proyecto de paz sin que nadie hubiera movido ni una sola pieza.

La potente bomba de Barajas ha puesto el contador a cero. El proceso de paz no puede continuar en los términos pactados. El Estado no puede dimitir de sus funciones y deberá proseguir con las acciones policiales y judiciales aplicando la ley en todos sus extremos.

Zapatero ha pagado un precio alto al intentar arrinconar al Partido Popular y lanzarse a una aventura prácticamente en solitario sin contar con el respaldo de una gran mayoría de la representación parlamentaria.

Vivimos en un país extraño en el que desde 1993 el terrorismo ha jugado una baza principal en casi todas las elecciones generales. Un país brusco, cainita, que con mucha frecuencia recurre a la violencia al margen de la racionalidad.

6 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Poco que añadir a su análisis de hoy, falta bastante racionalidad en toda esta crisis, pero la política española ha sido visceral siempre, o conmigo o contra mi. Pero por faltar, falta hasta algo de memoria, tengo entendido que todavia hay victimas de Hipercor con problemas pendientes de solución.

´´ dijo...
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´´ dijo...

habria que ir pensando en exigir un minimo a los polticos , una formación , unas formas , un curriculum , una normas de comportamiento , si es un trabajo de nivel se supone que se necesita una preparación , unos estudios especificos , que los politicos sean profesionales y que las listas se confecciones sobre unas condiciones evaluables , cuando esto ocurra es posible que entre ellos se tengan un minimo de respeto , como suelen tenerse los profesionales de un mismo gremio , mientras los problemas y no solo el terrorismo , se eternizan .

Anónimo dijo...

///ENRIC///



Los políticos son elegidos por sus partidos después de haber demostrado años de fidelidad, nada que ver con la capacidad de gestión, funciona el ordeno y mando y la capacidad de seguir fielmente directivas.
Yo también he quedado sorprendido gratamente por la presteza y calidad de trato dispensado a estas dos victimas ecuatorianas del terrorismo, tengo en la memoria lo sucedido aquí en Barcelona con el atentado de Hipercor que aún permanece en el terreno de las reclamaciones, algo lamentable, triste y vergonzoso.

Anónimo dijo...

No podremos salir del pozo del terorismo si cada uno lleva el agua a su molino. Zapatero ha intentado tirarse con los ojos cerrados a una piscina en la que el agua dependía de ETA y se ha descalabrado. Hace años se contaba que eso mismo se lo hacian los padres a sus hijos y después, una vez descalabrados, les decian que eso les serviría para que no se fiasen ni de su padre de ahora en adelante.
Después de lo de Hipercor los catalanes deberiamos tener claro que en temas de terrorismo no hay que fiarse de nadie, ni de nuestro padre.




PERE.-

Anónimo dijo...

El Gobierno debía haber pactado algo importante con ETA, ya que ETA no se pasa tres años sin atentar a cambio de nada, no creo que fueran ofrecimientos que ya había tocado Aznar, debía ser algo de más calado y algo que pensaban que Zapatero podía darles.
No es lo mismo hacerse una foto con la familia de las victimas de Barajas, en las escalerillas de un avión militar que sale rumbo a Ecuador, con toda la pompa requerida y la proyección internacional añadida, que hacerse la foto en la meridiana de Barcelona con las familias de las victimas de Hipercor, no es lo mismo.
Zapatero está fuera de juego, cuantas más ayudas le dan sus compañeros de gabinete más le hunden, todo suena a justificación, me quedo con el artículo de Trallero sobre Zapatero y su buenismo.



Roger Mateu/Girona.