martes, enero 16, 2007

No se debate sobre la inmigración

El terrorismo de ETA lo abarca todo, lo penetra todo, es el eje de la política de un país al que le gustan los toros, la sangre, las luchas fratricidas. Ahora me explico por qué tantos somos europeístas. Sin los códigos democráticos europeos nos podríamos esperar situaciones muy desagradables.

Mientras nos retorcemos en estos trágicos debates endogámicos, más de un diez por ciento de inmigrantes viven, trabajan, se ganan la vida y mantienen el ritmo de la economía.

Nadie se preocupa de si hay que impulsar la integración o dejar que el multiculturalismo se afiance por la fuerza de los hechos y las costumbres. Es una irresponsabilidad que los políticos no se ocupen de este fenómeno, de facilitar los derechos sociales y políticos, de exigir las responsabilidades a todos.

Hay tres modelos que han experimentado otros países. Gran Bretaña y Holanda han adoptado un cierto multiculturalismo que consiste en un "laisser faire" hacia los sobrevenidos que ha creado comunidades ajenas a las realidades nacionales. Francia se ha inclinado por la integración sin matices pero no ha ofrecido una salida económica y social para más de cinco millones de inmigrantes que acaban refugiándose en guetos, con los ascensores de la meritocracia rotos.

Canadá y Estados Unidos, dos países de grandes dimensiones, se encuentran en un punto medio aceptando el multiculturalismo pero impulsando unos valores comunes.

Hay inmensas bolsas de personas desarraigadas de sus países de origen a las que etiquetamos por sus procedencias, por sus creencias, por sus lenguas y por su raza. Queremos integrarlos pero los clasificamos primero. No como personas sino por aspectos parciales de su identidad.

Es un error que no podemos cometer. Si se trata de integrarlos hay que hacerlo desde el todo y no desde un aspecto de su personalidad.

Al margen de su procedencia, de su lengua o nación, de su color o sexo, de su religión o de su posición, los occidentales debemos pedir a los líderes políticos, religiosos, sociales y económicos que impulsen los valores cívicos de todos, que se les respete, que se les concedan los derechos democráticos y se les exijan las obligaciones que practicamos los de aquí.

Que se les garanticen los derechos humanos universales a la dignidad, a la cultura y a la libertad. Son valores compartidos en las sociedades libres que no pueden estar sometidos a ninguna forma de relativismo o de comercio moral.

Éste sí que es un debate pendiente, muy alejado del venceremos de Rajoy y de la ingenuidad de Zapatero.

7 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Hay una corriente ideológica que está ganando adeptos en Europa, es una corriente basada en conceptuar la sociedad multicultural como "una forma de racismo negada, invertida, autorreferencial, un racismo con distancia, un racismo que dice respetar la identidad del Otro, concibiendo a éste Otro como una comunidad auténtica cerrada, hacia la cual él, el defensor multicultural, mantiene una distancia que se hace posible gracias a su posición universal privilegiada"(cierto complejo de superioridad). He leido que el concepto multicultural se entiende así como un racismo sin contenido positivo ( mantienen que el multiculturalismo no es directamente racista, no opone al Otro los valores particulares de su propia cultura), pero igualmente sostiene esta posición como un privilegiado punto vacío de universalidad, desde el cual uno puede apreciar con comodidad( seguramente intelectual) las otras culturas particulares: el respeto multicultural por la especificidad o singularidad del Otro es precisamente la forma de reafirmar la propia superioridad ( una concesión interesada siempre).
Sr.Foix, ignoro el final de todo este proceso conceptual, la sociedad en la que estamos embarcados hace aguas por tantas partes que perdemos demasiado tiempo achicando y dedicamos muy poco a trazar el rumbo por el que queremos navegar, nos basta con seguir a flote.

Anónimo dijo...

La inmigración que ahora nos salva el crecimiento económico nos acabará por crear problemas importantes en el momento en el que este crecimiento económico se acabe, la sociedad del bienestar que tenemos se verá en la imposibilidad de mantener las actuales condiciones.El debate actualmente no es politicamente correcto y vivimos de ser correctos politicamente hablando, es lo que hay.



J.Vilá.

´´ dijo...

El concepto integrar supongo que es ordenar en base a unos preceptos pre-establecidos . llegan y los colocas de una forma que no molesten y que todo siga mas o menos igual , pero con colores diferentes. Esta clarisimo que si tu eres el colocador tienes todo el poder y ellos dependen de tu buena fe , ni se te ocurra que decidan algo ( votar) , ellos han destrozado sus estados y ahora no permitiras que destrocen el tuyo , asi que en fila india y ya veremos que hacemos .

Esta claro que este argumento no se aguanta , pero es el actual , hay ordenantes que prefieren la expulsion y otros mas de buena fe creen que hay una solución "pactada" entre ordenantes nunca entre ordenante y ordenado .

En mi opinion el problema no tiene solución .

Anónimo dijo...

El surgimiento o el retorno de la cuestión étnica se relaciona con las tensiones existentes entre las actuales tendencias homogeneizadoras y diferenciadoras del proceso de globalización y entre los niveles global y local (Hall, 1999). Los movimientos migratorios producto de los procesos de (des) colonización y las reivindicaciones y luchas de los distintos grupos minoritarios vinieron a otorgar la posibilidad de repensar las formas actuales de construcción de identidades en el marco de los Estados–nación y a escala transnacional.

De hecho, muchos de los esfuerzos teóricos están encaminados en el presente, desde distintos enfoques políticos, a la constitución de una ciudadanía multicultural (Taylor, 1993; Kymlicka, 1996; Touraine, 1997; Martiniello, 1998; Torres, 2001; Santos, 2003). Asimismo, la dimensión étnica de los fenómenos multiculturales se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los Estados que se autodenominan “poliétnicos” o “multiétnicos” y también en la fuente de ingresos de empresas multinacionales que han hecho de la diferencia cultural un gran mercado.



Albert M. Grau/ Girona.

Anónimo dijo...

Me permito la libertad de realizarles un apunte sobre el multiculturalismo que están discutiendo,ya que considero que la globalización ha influido en que los adolescentes se encuentren expuestos a influencias multiculturales. Ha roto la homogeneidad de las culturas y por consiguiente, la inmovilidad de los roles. Se ha facilitado la diseminación de avances en el desarrollo humano como la inclusión prioritaria de los derechos humanos en la política y en la legislación.

El replanteamiento de las relaciones de género ha llevado al reconocimiento de la plena capacidad de las mujeres y a la creación de condiciones para la igualdad de derechos en ambos sexos.

Los cambios propios de la globalización, modernización y de los modelos económicos han ido acompañados de importantes transformaciones sociales y culturales. Se dan nuevas formas de interacción entre las generaciones, entre los sexos y entre las instituciones sociales. Dichas condiciones modifican las perspectivas que predominaban en la orientación y alcance de los derechos, las relaciones entre los sexos y entre las generaciones.

Atte.- Pablo Segura

Anónimo dijo...

///ENRIC///



Me sumo a este interesante debate y quiero expresar que, curiosamente, cuanto más preocupa el paro, menos preocupa la inmigración. Creo que, en general, los preocupados por la inmigración no lo hacen porque consideren que se vayan a quedar sin trabajo por ellos. Es probable que, simplemente, ahí donde hay paro no vayan los inmigrantes, y sólo acudan donde hay un 'excedente' de trabajos.
Sin embargo, sí que vemos que aumentos en la preocupación por la seguridad sí que implican incrementos en la preocupación por la inmigración.
Tengo constancía de la corriente ideológica de la que habla Bartolomé y creo que somos privilegiados al poder aceptar otras culturas, siempre y cuando esta aceptación no signifique una renuncia a muestros valores.

Anónimo dijo...

"No se debate sobre inmigración"...Más bien no se debate sobre todo los que nos interesa.