martes, diciembre 12, 2006

La Catalunya ideal y la real

Sin una teoría, los hechos no dicen nada. La cita es de Friedrich August von Hayek (1899 - 1992), premio Nobel de Economía en 1974 y uno de los pensadores liberales que más influyeron en las revoluciones conservadoras impulsadas por Margaret Thatcher y Ronald Reagan en los años ochenta.

Estaba un día del pasado largo puente compartiendo mantel con cuatro personas con mentes especialmente lúcidas. La conversación iniciada a la hora del almuerzo se prolongó hasta entrada la noche, justo cuando llegábamos a tiempo para recoger una veintena de litros de aceite del molino que cerraba sus puertas a las nueve de la noche, allá en la silenciosa Vall del Corb, que esta temporada conoce una de las cosechas históricas, en calidad y cantidad.

Se habló de todo y de todos y no pudimos sustraernos a un análisis exhausto y desordenado sobre la situación en Catalunya y su relación con España.

No salió una teoría sobre la situación en Catalunya porque tendrá que transcurrir un cierto tiempo para teorizar sobre el cambio social, económico y político que está conociendo una sociedad que todavía no se hace a la idea de que un gobierno que fue percebido como un gran fracaso haya conseguido ser reelegido democrática y pacíficamente.

Un asomo de teoría sí que surgió a lo largo de la conversación a cinco. La clase social que dirige el país política y económicamente ha cambiado. No sólo por el hecho de que la máxima autoridad de Catalunya sea un catalán nacido en Córdoba sino porque el país real se está abriendo paso sobre el país ideal, el predeterminado por la identidad histórica, por la teoría asumida por todos de que es desde uno o dos barrios de la Barcelona burguesa e ilustrada de donde salen las figuras que cargan con la responsabilidad de dirigir los destinos del país.

Al margen de los desatinos del anterior gobierno y de los que pueda perpetrar el que acaba de estrenarse, hay un dato interesante: sólo cuatro de los consellers del gobierno de la Entesa han nacido en Barcelona.

Otra aproximación teórica es el distanciamiento o el desapego que se ha producido respecto a España. Esta nueva realidad no ha venido por vía identitaria sino por los sentimientos y por los intereses. Muchos catalanes nos hemos sentido despreciados, por no decir ultrajados, por sectores que invocan la unidad de España en detrimento de su complejidad y pluralidad. Como decía Ernest Lluch, debemos preservar la facultad de ser españoles cada uno a su manera.

Si no es posible, los hechos pueden obligar a formular una nueva teoría, muy parecida a la que pueden vivir en el mes de mayo los escoceses, si las encuestas se confirman y el Scottish National Party, partidario de la independencia del Reino Unido, gana las elecciones autonómicas. Lo más sorprendente de la encuesta publicada por el Sunday Telegraph el pasado domingo es que al 59 por ciento de los ingleses no moverían un dedo si Escocia decidiera revocar la Act of Union de 1707 que los convirtió a todos en británicos. Escocia no es Montenegro, con todos los respetos para la nación balcánica.

Teorizar sobre la nueva situación que vive Catalunya en términos clásicos puede confundirnos a todos. Pienso que nadie tiene ambiciones de romper nada ni romper con nadie. Pero en la nueva realidad creada por la globalización, la identidad, que no se desaparecerá y en todo caso evolucionará, no habrá que defenderla desde la simbología sino desde los intereses particulares y colectivos de un pueblo cohesionado.

La novedad es que puede darse la paradoja que quienes la impulsen sean los que gestionan la Catalunya real y no la ideal. Pero sólo son teorías parciales, incompletas y limitadas, perjeñadas a lo largo de una prolongada sobremesa de un día de invierno.

11 comentarios:

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Parece que cuando Dios delegó en los ángeles a la hora de crear el caballo sucedió que la suma de intereses distintos y a veces contrapuestos de este grupo celestial les acabó jugando una mala pasada y diseñaron un camello, no descarto que suceda algo parecido con la Catalunya actual y que este grupo de Entesa que nos gobierna, con intereses tan distintos y dispares, acabe por diseñarnos una Catalunya alejada de los parámetros que conocemos.

´´ dijo...

Yo opino como Eduard Punset , que dijo que la politica tiene momentos de intensidad y luego ya es aburrida y deja de interesar , en los momentos importantes es donde la gente de valor toma las riendas . En España fue la transición , actualmente es hacer sumas y restas y esto ya lo hacen personas , que siendo validas estan a orto nivel .

Sobre la Cataluña idea y la real , la ideal nunca existio .

´´ dijo...

les dejo la pregunta -respuesta a Punset :

2. Buenas Señor Punsé. Yo a usted le conocí cuando era eurodiputado ¿Ultimamente no ha echado de menos volver a la política?

En política -que forma parte del mundo de la cultura- los cambios son muy parsimoniosos y sólo hay novedades por ráfagas;luego, pueden pasar cuarenta o cincuenta años de silencio. Mi participación en la política fue durante la ráfaga de la transición. A partir de un momento dado me percaté de que lo nuevo estaba ocurriendo en el mundo de la ciencia

Anónimo dijo...

///ENRIC///




Confio que no nos hagan una Catalunya de diseño minimalísta o un camello con tres jorobas y dos patas, por de pronto ya veo que todo camina por la senda inmobiliaria, Okupas, arrendamientos, ventas de pisos, gestión de suelo, etc, etc.
Es donde está el dinero y es lo que mueve todo.

Anónimo dijo...

Cuando los inmigrantes que han llegado puedan votar y tengamos alcaldes de todos los sitios imaginables entonces veremos la Catalunya real hacia la que nos dirigimos, eso está a la vuelta de la esquina y la Catalunya ideal se habrá quedado en los versos del poeta Maragall.




PERE.-

Anónimo dijo...

Sr Foix:Me pregunto cual es la Catalunya ideal para todos. Creo que sería difícil ponernos de acuerdo, todos, en el modelo que deseamos. Un saludo

Anónimo dijo...

La Catalunya ideal no existe, es una quimera, la Catalunya real se hace cada día entre todos, por eso diseñar una Catalunya por consenso entre unos pocos puede acabar siendo lo que comenta Bartolomé muy inteligentemente, un camello en lugar de un caballo, una Catalunya que no reconozcamos ninguno, una Catalunya con la que no nos identifiquemos, los unos por defecto y los otros por exceso.



J.Vilá.

Anónimo dijo...

La política no es aburrida, la hacen aburrida especialmente para que no se escape el control, los momentos intensos de la política española de los que habla Punset fueron basicamente pactados, fue un gran amaño, un gran Bluff, hoy lo estamos padeciendo.

Anónimo dijo...

Hoy estamos viviendo las crisis políticas provocadas precisamente por las personas que, o ignoran, o desprecian la Transición política, bien porque estuvieron en ella sin ánimo de forjar un pacto definitivo sino solo para dar un paso más en sus ambiciones de partido, o directamente porque se auto-excluyeron de los consensos.

Nunca antes se había despreciado tanto la Transición, y nunca antes, precisamente, ha habido tantos follones como hoy en día en España.

Al señor Foix: En primer lugar con un 56% de votos no se pide la independencia, y en segundo lugar ese partido que cita usted es más nacionalista que independentista, y la mayoría de los escoceses siempre han sido nacionalistas, pero tiene más autonomía aquí Extremadura que allí Escocia, asi que la comparación no es muy válida.

Por otro lado, la actitud del Partido Laborista en este tema con respecto a los Tories es similar a la actitud aqui del PSOE y el PP respectivamente.

Con la diferencia que Margaret Tatcher en su momento se negaba a hablar de "britanicos", sino que hablaba de "ingleses", que es como si aqui Aznar hablara de "castellanos" y no de "españoles", lo cual seria una bestialidad incomprensible, por muy facha que sea uno.

Y aun asi, alli los escoceses no montaban lo que aqui montan el PNV y CIU de vez en cuando, y ya ni hablar de ERC, que siguen siendo los mismos irresponsables de siempre.

En fin; ojala esta fuera el Reino Unido, totalmente de acuerdo, ojala, porque otro gallo cantaría.

Anónimo dijo...

El problema de tanto diseño político es que se puede acabar por crear una Catalunya que como decía Alfonso Guerra, no la conozca ni la madre que la parió, una Catalunya que se reinvente cada cuatro años a golpe de elecciones y que esté en función de los votos decisivos de los partidos minoritarios que a buen seguro irán saliendo al mercado y que decidirán sin duda el destino de las mayorias de votantes.



Alejandro Escudero/Girona.

Anónimo dijo...

Creo que es acertado hablar de la Catalunya real.Hoy el país tiene una dinàmica própia muy alejada de la política.Esta dinámica está protagonizada por los profesionales , las empresas , las entidades , los jovenes , los mayores y está en función de unos intereses mas enfocados e inmediatos.Ademas se empieza a dar en un entorno internacional.Por otro lado gente que ha estado en la política va descubriendo otros proyectos mas atractivos y accesibles para ser moldeados y protagonizados sin las servidumbres políticas.
a la política se le pide que no estorbe !!!