domingo, octubre 29, 2006

Beethoven y el silencio

Copyng Beethoven es una bonita historia sobre la soledad irracional de un genio. Beethoven es a la música clásica lo que Einstein es a la ciencia, Leonardo al Renacimiento y Orson Welles al cine. Todo lo que ha ocurrido posteriormente ha sido distinto.

La película del polaco Agnieszka Holland no es una biografía de los días finales del sordo más ruidoso que ha producido la historia de la cultura. Aparecen sus rasgos de ira, de desprecio a los demás, de una vida llena de contradicciones. No acepta Beethoven que si Dios le dió el don creativo de la música le privara de oirla en los últimos años de su vida.

Aparecen las últimas producciones de Beethoven. La Gran Fuga, los últimos cuartetos de cuerda y, muy especialmente la Novena Sinfonía, la Coral, que introducía un gran coro por primera vez en una sinfonía que tiene el apoteósico final con el Himno a la Alegría por en medio. Estas piezas las compuso cuando su sordera era ya completa.

Me ha interesado el papel de Anna Holz que aparece como un ángel enviado por la providencia para hacer más llevadera la vida del genio. Es la Viena de 1820 a 1827. Muchos genios, mucha cultura, mucha sensibilidad, pero una gran decadencia social que estallaría cien años después.

Beethoven tuvo admiración por Napoleón al que le dedicó la tercera sinfonía hasta que se enteró que de cónsul había pasado a ser emperador. No es más que un hombre, dijo, mientras destruía la primera partitura que se titulaba Buonaparte y pasó a denominarse Heroica. Es curiosa la fascinación de Napoleón en la Europa culta de comienzos del siglo XIX.

Lo que me ha llamado la atención es la relación entre la creación y el silencio. Beethoven no tiene más remedio que producir desde el silencio. Es sordo. Pero es desde el silencio cuando se crean las cosas más importantes. La Sinfonía Coral fue construida desde el silencio interior.

Qué dulce es el final de la película cuando Beethoven estrena en Viena su Novena Sinfonía y no oye los ensordecedores aplausos de un teatro que sabe que acaba de escuchar una obra maestra para todos los tiempos.

El silencio es el espacio más despreciado por los humanos. Pero desde el silencio se piensa, se habla con la intimidad de uno mismo, se crea, se reza, se sueña, se observa la inmensidad del Universo, la caducidad de todo lo que está vivo. Irónicamente, es desde el silencio cuando se producen los grandes cambios que afectan a la cultura y a la civilización.

Decía el poeta Heine, alemán de los tiempos de Beethoven, que nadie sabe la fuerza que puede tener una persona encerrada en su habitación pensando y escribiendo lo que piensa. Es más poderoso que todos los ejércitos del mundo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta pelicula sobre la vida de Beethoven estaba muy bien: video Inmortal Beloved
La escena final presentando la novena sinfonía completamente sordo en Viena es una maravilla.
Respecto a lo del silencio en sí es muy buena aquella frase de "si tenemos dos ojos, dos oídos y una sola boca es para ver y oir dos veces antes de hablar"

Anónimo dijo...

nadie sabe la fuerza que puede tener una persona encerrada en su habitación pensando y escribiendo lo que piensa. Es más poderoso que todos los ejércitos del mundo.

Y Margaret Atwood, escritora canadiense dice: "Una palabra detrás de una palabra detrás de una palabra es poder."

Anónimo dijo...

Resulta difícil, en estos tiempos, hallar silencio.Los compositores actuales,perduraran como Bach Mozart y tantos otros?

BartolomeC dijo...

Sr.Foix: Imagino que de haber vivido Heinrich Heine le hubiera enviado a VD hoy este fragmento de sus
Cuadros de viaje.

" La vida y el mundo son el sueño de un dios ebrio, que escapa silencioso del banquete divino y se va a dormir a una estrella solitaria, ignorando que crea cuanto sueña... Y las imágenes de ese sueño se presentan, ahora con una abigarrada extravagancia, ahora armoniosas y razonables... La Ilíada, Platón, la batalla de Maratón, la Venus de Médicis, el Munster de Estrasburgo, la Revolución Francesa, Hegel, los barcos de vapor, son pensamientos desprendidos de ese largo sueño. Pero un día el dios despertará frotándose los ojos adormilados y sonreirá, y nuestro mundo se hundirá en la nada sin haber existido jamás."

Anónimo dijo...

Hola, llegué a tu blog buscando comentarios sobre Copying Beethoven. Me gustó mucho lo que comentaste. Te dejo un saludo! (Y)