domingo, marzo 05, 2006

Bienvenidos al debate político

Bienvenidos al club de los partidos políticos en Cataluña. Fernando Savater dijo que la idea misma del acto del Tívoli era impensable en el País Vasco y que se trataba de una muestra de democracia madura.

La Plataforma Ciutadans de Catalunya nació hace unos meses de la mano de unos intelectuales catalanes que no querían quedarse quietos ante el nacionalismo imperante en un país que lleva la marca pujolista y, según los fundadores, el gobierno tripartito y muy especial el partido socialista catalán no han hecho sino continuar con otras siglas la corriente nacionalista que abarca la vida institucional, política y cultural del país.

El Tívoli se llenó a rebosar y las colas en la calle Casp que se quedaron fuera indican que el acto amenizado por Boadella disfrazado de Mosso d'Esquadra tenía interés para bastante gente.

Desconfío de los intelectuales que fundan partidos. No es su función. No alcanzo a comprender cómo un intelectual puede identificarse con un partido político. Podrá sentir simpatía por él, pensar que conviene al país su predominio. Pero, si es intelectual, no puede menos de ver que es esencial que coexista y conviva con los demás. Que haya, además de él, otras cosas, otras propuestas y soluciones, otras formas de administración de los intereses de los ciudadanos.

Al intelectual le complace todo lo que es verdadero y siente hostilidad a la suplantación, a la falsificación, al partidismo. En Inglaterra no hay intelectuales en la política. En Rusia no los ha habido nunca. Tampoco en Estados Unidos. En Francia los hay en abundancia, sin ir más lejos el actual primer ministro, Dominique de Villepin.

No me dirán que Berlusconi sepa lo que es un intelectual. Adolfo Suárez dijo en una ocasión que sólo había leído un libro. El emperador Francisco José se enorgullecía de haber leído solamente el Boletín Oficial de la Academia del Ejército de Viena.

El ideal de un pueblo, lo decía Ortega, es que no sea necesaria la intervención de intelectuales en su vida política. La II República española estuvo adornada de mentes lúcidas y claras que escribieron grandes libros y anotaban anécdotas en sus diarios personales para pasar a la historia. Eran intelectuales que no supieron gestionar la república.

El partido inspirado por Carreras, Espada, Boadella y otros nace con un espíritu antinacionalista. Van en contra de la aprobación del Estatut, no aceptan el actual régimen linguístico, se declaran de izquierdas y de tradición ilustrada. A mí no me estorban. No faltaría más.

Espada quiere expulsar al nacionalismo del espacio público y mandarlo a la alcoba, junto al crucifijo. Tiene una tarea muy interesante y difícil en Catalunya. Pero el trabajo más duro lo tendrá en el resto de España. Entre el nacionalismo del Pacto del Tinell, el tripartito y compañía, y el que vimos en la Convención del PP en Madrid este fin de semana, me parece más inflexible, exagerado, autoritario y trasnochado el que anunciaba la muerte prematura de España, Aznar dixit.

En cualquier caso, bienvenidos al debate político. Digan lo que quieran tan alto como les de la gana. Pero les quiero ver arremangados y cosechando votos en los mercados, en los pueblos y en los campos de fútbol. Preferiría que en vez de lanzar un mensaje en negativo dijeran algo en positivo. Da la impresión de que sólo ellos se han salvado del nacionalismo catalán que ha penetrado en todas las almas y cuerpos de los catalanes.

No exageren. Y, sobre todo, no hagan el ridículo y dedíquense a pensar y a escribir que es lo suyo.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

No se que es ser un intelectual, ¿existen?, en cambio sí se lo que es ser un ignorante.

Lo que pasa es que en este país, los que leen libros y piensan son unos pedantes absurdos.

El problema no es la cultura, es un problema de actitud y de carácter, porque los españoles somos unos cabezotas y unos orgullosos.

Lo que es una absoluta vergüenza es que se vea la existencia de una alternativa al nacionalismo como un peligro o como algo nocivo en si mismo, eso le quita credibilidad al sistema democrático catalán.

Se puede hacer política desde la catalanidad de uno, ser un "político catalán", pero hacer de tu catalanidad tu política, eso es nacionalismo, y se está volviendo insoportable, no solo para los españoles, sino para muchos catalanes.

Eso es de lo que se quejan muchos ciudadanos, y no se porque, pero me da la sensación de que el número va a aumentar.

Es puro cansancio, no le de más importancia.

Anónimo dijo...

Benvolgut Sr. Foix,

Trovo convenient la decisió d'aquesta gent d'organitzar-se com a partit polític. Si fos possible, crec que tots els políticament desesperats hauríen de tenir el seu pròpi partit, que els permetría avaluar, a ells i a la resta de la ciutadanía, el pes de les seves idees en el si de la societat.

Crec en la democràcia i la veig com una mena de navalla suïssa de múltiples aplicacions. Una d'elles es la de desactivar possibles bombes ideològiques per la vía de treure-les a la llum pública i sotmètre-les a les lleis del mercat electoral.

Jo soc de la opinió de que el PSOE dins del PSC pesa, si fa o no fa i en termes relatius, el que pesa el PP fòra de CiU. I aquets senyors no deuen pensar així i deuen voler redimir a uns suposats votants ocults, o a uns "no-votants" sotmesos al que ells ennomenen nacionalisme aclaparador. Tant de bò: Ara sortirem de dubtes. Sobretot ells.

També serà ilustratiu, encara que inútil, per a la resta de l'Estat. El posicionament d'aquets senyors enfront a casos concrets serà clarificador de moltes coses.

De tota manera no crec que treguin grans resultats: En mercats tant vitals i mediterrànis com Catalunya, les cares avinagrades no venen, i les dels Srs. Carreres, Boadella i Espada, amb perdó, semblen d'un enterrament de tercera.

j.m.

BartolomeC dijo...

Sr.Foix:Ya dijo Antonio Gramsci que "todos los hombres son intelectuales... pero no todos tienen la función de intelectuales en la sociedad".
En estos momentos una de dos,o el tema intelectual está muy mal y hay que buscar salida en la política o el tema político está muy mal y hay que buscar salida en los intelectuales.
Gramsci tenía razón,por ponerle un ejemplo Sr.Foix:todos fuimos intelectualmente inteligentes para ver con claridad que el "pelotazo"de Florentino era la meta de su presidencia,pero ahora nos rompemos la cabeza sobre su dimisión,cuando la razón última es tan simple como la inicial,se acabó el "pelotazo".
En política las soluciones que damos los que opinamos sin tener responsabilidades suelen ser más sencillas de emitir,pero si el rio político suena es mejor que quienes tienen que gobernar se fijen en el nivel de las aguas...

Anónimo dijo...

Estimado Bartolomec, los políticos no saben mucho que mejor que cualquier otro, seguramente no pocos, donde están los niveles del agua.

El problema, insisto, es que el nacionalismo catalán se adjudica a si mismo la misma infalibilidad que los católicos más extremistas le adjudican al Papa; la infalibilidad divina, y eso, además de ser una exageración, es absurdo, y no es razonable.

Se ha equivocado, y se seguirá equivocando, y no solo eso (y siento si suena duro, pero es lo que muchos pensamos), es que además no tendrá otro remedio que desaparecer, desde un punto de vista ideológico, porque no se puede estar todo el tiempo llendo contra-corriente como los bacalaos, pidiendo más Estados pequeños en plena globalización, una multiplicación del sistema burocrático y la reducción de los sistemas de solidaridad financiera en plena controversia sobre el derrumbe de los fundamentos Neoliberales.

Parece que los nacionalismos periféricos en España, en definitiva, insisten en llevarle la contraria a absolutamente todas las nuevas tendencias, obvias, en política en el globo, y en vez de adaptarse a ellas, se dedican a confrontarlas radicalmente.

Parece que nada va con ellos, y eso, además de ser absurdo, es insostenible en el tiempo.

El mundo tiende a la concentración política, tiende a cuestionar, y mucho (solo hay que leer a Fukuyama ultimamente) los antiguos fundamentos del Neoliberalismo de los años 80 (es decir, ya tienen unos 20 años), y tiende a la simplificación de las estructuras institucionales para hacerlas más ágiles y útiles.

Lo que tiene ni pies ni cabeza es seguir insistiendo en tesis que ya hace tiempo que estaban moribundas, y seguir insistiendo en antiguos victimismos que no se sostienen; no se sostiene que Cataluña se siga haciendo la víctima, eternamente, cuando incluso el partido gobernante, con Zapatero a la cabeza, esta a punto de darles el mayor nivel de autogobierno de su historia.

Es que es puro cinismo, interesado, hipócrita, y es precisamente ese discurso victimista el que le está dando mala prensa a Cataluña, y luego, aun encima, se seguirán preguntando porque el anti-catalanismo crece, es que oiga, el amor eterno no existe, es como las plantas, hay que regarlo, y con lo primero con lo que hay que regarlo, es con respeto, decencia, y honradez, y NO ES HONRADO afirmar que España intenta dominar anti-democráticamente a Cataluña.

Eso es, simple y llanamente, MENTIR.

Anónimo dijo...

///ENRIC///

Realmente Bartolomé,si lo que le mueve a Florentino es el pelotazo para qué perder el tiempo después con la pelotita.
Llamar a este nuevo partido político el partido de los intelectuales no es un gran acierto,a mi como a Foix no me molestan,pero tampoco les veo pidiendo el voto en el mercado de la Boquería.

Anónimo dijo...

Manuel Molares do Val

Hermosa palabra, la de ciudadano: los primeros hombres que lograron ese estatus fueron los norteamericanos que dejaron de ser súbditos al hacer la Revolución que los emancipó de Inglaterra.


"Ciutadans de Catalunya", es un nuevo partido político que se presentará en Barcelona a principios de marzo. Nombre y espíritu que parecen extraídos de la Constitución estadounidense y de los discursos de los revolucionarios franceses, aunque en este caso no haya más llamadas a las armas que a las de la inteligencia.


"Ciudadanos de Cataluña", tanto monta en catalán como monta tanto en castellano, es creación de intelectuales de gran nivel, cosmopolitas, abiertos, que rechazan verse sometidos únicamente a su lengua y cultura regionales. Desean ser parte de todas las lenguas, culturas y libertades, incluyendo las españolas.


De formación izquierdista mayoritaria, creían que el PSC-PSOE rescataría a los catalanes del vasallaje con el que el nacionalismo de CiU los estaba llevando a la preilustración.


Pero el PSC-PSOE, aliado con el radicalismo independentista de ERC, resultó peor. Ha instaurado una red de chivatos anónimos y agentes policiales que vigilan el uso del catalán en escuelas, lugares públicos, tiendas y hasta en los historiales médicos.


Ciutadans tratarán de rescatar a los catalanes de esa obsesión con una lista encabezada por verdaderos antifranquistas, como Albert Boadella, periodistas como Arcadi Espada y catedráticos como Francesc de Carreras.

Anónimo dijo...

LVD.-

NEUS CONTRERAS - 05/03/2006
BARCELONA

Al grito de "Viva la igualdad, viva la libertad y viva los ciudadanos", Ciutadans de Catalunya inició ayer su proceso constituyente como partido con un acto en el teatro Tívoli de Barcelona. Y lo hizo fijándose un primer objetivo.

"Tenemos que conseguir que el Estatut salga inservible del referéndum", dijo el periodista y escritor Arcadi Espada, además de llamar a devolver el nacionalismo catalán "a la alcoba, junto al crucifijo, de allí de donde no debió salir".

Su discurso, uno de los más aplaudidos por un teatro lleno hasta la bandera, fue el colofón a casi dos horas de intervenciones. Abrió fuego el escritor Ignacio Vidal Folch, quien, en uno de los vídeos que se proyectaron, abogó por la "desinfección del virus nacionalista". "Creíamos que se acabó con Franco, y renació con mucha más violencia". Una comparación, la de la Catalunya actual con el franquismo, recurrente a lo largo de todo el acto. Casi tanto como las referencias al "periodo nacionalsocialista" que, a juicio de los asistentes, se inauguró con la llegada del tripartito.

También Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional,aseguró que el Estatut "tiene que ser objeto de rechazo". "Ciudadanos de Catalunya, ya estamos aquí. Ya estamos aquí, en el Tívoli", clamó, parafraseando el "Ja sóc aquí" de Tarradellas.

Especialmente reivindicativos fueron los discursos de los ocho representantes de las 39 agrupaciones territoriales que ha constituido el nuevo partido. La ovación se la llevó Maite Nolla, de Lleida, con su relación de las "mentiras que forman parte del victimismo nacionalista". Entre ellas se encontraban el Estatut - "lo peor que le puede pasar a Catalunya"-, o las selecciones catalanas - "una chorrada"-.

El filósofo Fernando Savater protagonizó la intervención más breve, pero también la única que levantó al público de sus asientos. Savater expresó su "admiración" y su "envidia" por la iniciativa. "ETA asesina para que en el País Vasco no haya esto que hay aquí", concluyó. También fugaces, pero constantes, fueron las apariciones de Albert Boadella: disfrazado de mosso d´esquadra, el actor se encargaba de abastecer de agua a los ponentes.

El proceso constituyente de Ciutadans de Catalunya concluirá en los primeros días de junio y se convocará entonces el primer congreso.

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Morales,

Somos vecinos, unos más que otros, de la Nación de ciudadanos por excelencia que es Francia, y por lo tanto es lógico que sea un caso que, unos más que otros, conocemos muy bien.

Su gestación en Francia se hizo a sangre y fuego durante décadas, asesinando tradiciones, paises y, curiosamente, a muchos ciudadanos.

El resultado de todo aquello solo pudo ser asentado, dignificado y generalmente aceptado mediante la instauración de un Imperio, con sus símbolos creadores de nuevas tradiciones y sus ejércitos de altos funcionarios, prefectos y magistrados,una nueva nobleza al fin y al cabo, y en detrimento de los países vecinos. Eso hizo que más tarde, hordas de ociosos y sangrientos generales franceses tuvieran que desparramarse por toda Europa removiendo sus cimientos.

Francia logró la instauración de una "Nation de citoyens" gracias a una relativa homogeneidad territorial e incluso social casi irrepetible en el mundo, colonias americanas aparte, donde las estructuras de poder eran débiles y donde todo estaba por hacer. Pero aún así, hoy en día en Francia hay nacionalismo bretón, vasco, corso y en menor medida, occitano, catalán y alsaciano.

Y es que, por citar un ejemplo, el proyecto de Nación de ciudadanos franceses representado por hordas de descamisados, se cargó a una Nación de ciudadanos bretones que ya funcionaba desde hacía tiempo y que había sido fruto de laboriosos pactos entre nobleza y burguesía. Como ya funcionaba en estado embrionario en el Reino Unido desde hacía siglos.O en la Corona de Aragón y en concreto en Cataluña un siglo atrás, antes de ser derrotada por las tropas franco-castellanas. Hay que leer a Lluch.

Creo que jamás, en ningún lugar del mundo, se ha podido hacer tabla rasa absoluta con la Historia, por mucha sal que se haya querido tirar en las ruinas de las naciones vencidas. Algo siempre queda. Solo una extrema delicadeza por parte de los vencedores puede llegar a difuminar diferencias y nunca del todo. Pero este jamás fue el caso en Cataluña y continúa sin serlo.

La História, los sentimientos y la memoria de los pueblos no pueden manejarse como si lo hiciéramos desde el mando a distancia del televisor.

Anónimo dijo...

La Plataforma Ciutadans de Catalunya nació hace unos meses de la mano de unos intelectuales catalanes que no querían quedarse quietos ante el nacionalismo[…]

Busquemos la definición del vocablo intelectual en el diccionario de la RAE: «Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras». Me parece prematuro aplicar este calificativo a los personajes mencionados—Ortega sería la excepción.

No puedo terminar sin recomendar la lectura de Thomas Paine, en particular Common Sense y The Crisis, a los ciudadanos que leen este blog.

Anónimo dijo...

OTRA DEFINICIÓN.-

Un intelectual es aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.

El término intelectual está dotado socialmente de un valor de prestigio. Se entiende que esa actividad dedicada al pensamiento tiene una dimensión y una repercusión públicas que se consideran muy valiosas.

El problema que se deriva de ello es que, en muchas ocasiones, la aplicación del término depende del grado de afinidad ideológica, política, etc. que tenga quien lo aplica con respecto de la persona que se esté considerando.

En España, por ejemplo, puede entenderse que el filósofo Julián Marías ha merecido el calificativo de intelectual por una mayoría de conciudadanos. Sin embargo, en cuanto nos acercamos a ámbitos de la realidad más conflictivos, la falta de concordancia es más acusada. Muchos ciudadanos no dudarían en calificar a Ignacio Ramonet de intelectual debido a su labor periodística e ideológica de reconocido impacto e influencia en sectores progresistas; otros, debido precisamente a esa orientación ideológica, rechazarían el aplicarle tal calificativo sin dudarlo.

No existen, por tanto, criterios absolutamente objetivos para identificar como intelectual a nadie. Se trata de una palabra cuyo significado está matizado por percepciones sociales, lo que la convierten en inestable e imprecisa.

Anónimo dijo...

FÉLIX BAYÓN

Hay muchas razones para alegrarse de que tenga éxito la experiencia que se inició anoche en el Teatro Tívoli de Barcelona. Después de meses de reflexión y tras un rodaje que les ha llevado a recorrer un puñado de auditorios de mediano tamaño, Ciudadanos de Cataluña se constituye por fin en partido político. Desde el primer día, los políticos profesionales les miraban con un indisimulado desdén chusquero: ¿qué hacía ese grupo de intelectuales, tan finos, dedicándose a un oficio en el que las cualidades que se requieren son afición por la marrullería, ninguna convicción, saber desayunar sapos y escupir por el colmillo? Los políticos profesionales tienen tan mal concepto de su oficio y de sí mismos que creen sinceramente que es un desperdicio que gente como Arcadi Espada o Félix de Azúa se dediquen a él. Es como si Ferran Adrià cerrara El Bulli para vender papelones de pescado.

Ciudadanos de Cataluña aparece justo en el momento oportuno: cuando el discurso nacionalista lo ocupa y lo corrompe todo, contagiando a la socialdemocracia realmente existente que –quién nos lo iba a decir– ha dado incluso la espalda a la defensa de la solidaridad, que era su santo y seña. En Cataluña hay un 10 por ciento del censo que participa en las elecciones locales y legislativas y se abstiene en las autonómicas, lo que explica que el PSOE venga ganando allí todas las generales y, sin embargo, su hermano el PSC haya ido perdiendo todas las regionales. Secuestrada la izquierda por los señoritos nacionalistas, el sistema representativo es tan deficiente que mientras sólo el 40 por ciento de los ciudadanos creen que Cataluña es una nación, esa es la opinión del 90 por ciento de los diputados del Parlamento regional. Que Ciudadanos de Cataluña traten de representar a los sin voz ya es para alegrarse.
Pero hay alguna razón más. Deseo que la experiencia les salga bien porque es necesaria otra forma de hacer política: sin aparatos omniscientes y con la libertad de debate que proporcionan las nuevas tecnologías. Ciudadanos de Cataluña es hijo de internet y de los mensajes de SMS. Ya no hacen falta los intermediarios. Se abren nuevas vías que alterarán, para bien, los sistemas de participación. Cuando una causa es popular, encuentra de inmediato sus seguidores: da igual que sea la petición de explicaciones al Gobierno a raíz del atentado del 11-M o el boicot contra los productos y servicios catalanes como protesta contra el proyecto de Estatuto. Unir a los seguidores de una causa ya es fácil, no tiene costos y es instantáneo. Con mayor o menor fortuna, en internet conviven hoy todo tipo de propuestas políticas: a favor del voto en blanco, de las listas abiertas… Ya no hacen ninguna falta los aparatchik que dominan la política. Ojalá a Ciudadanos de Cataluña les vaya bien. Podría cundir el ejemplo. Así, quizá, un día la política volverá a ser una actividad noble.

Anónimo dijo...

Jesús Cacho
Lunes, 06 de marzo de 2006

Si se trataba de “centrar” al Partido Popular, me da la impresión de que el aquelarre que este fin de semana ha organizado la derecha democrática española en el IFEMA madrileño ha resultado un acto fallido, un gasto en vano, de modo que el PP se podía haber ahorrado un buen pellizco, porque la imagen que ofrece este lunes es la que ofrecía el viernes pasado, la percepción que el común de los españoles tiene del PP es la de un partido escorado a la derecha bajo el influjo de los denominados halcones, liderados en la sombra por José María Aznar.

Como se temía mucha gente dentro del propio PP, nuestro insufrible Franquito no desaprovechó la mejor ocasión que vieron los siglos para chupar cámara y robar protagonismo a Mariano Rajoy. La foto de la Convención –una ocurrencia más de los publicistas, empeñados en hacer realidad aquello tan viejo de que el medio es el mensaje y el continente es más importante que el contenido- que el sábado abría las portadas de la prensa nacional mostraba a Rajoy y Aznar, el centro y la derecha dura, sentados en el suelo enmoquetado, Azar y Rajoy, al mismo nivel, en el mismo plano, con idéntico protagonismo.

Naturalmente, el líder neocon no se limitó a saludar a los reunidos y despedirse entre aplausos. Muy al contrario, marcó con su discurso la línea ideológica del partido, la de la oposición del palo y tente tieso a la política insensata de Rodríguez Zapatero, poniendo en evidencia las limitaciones operativas de Rajoy, dejando claro que Rajoy sigue siendo prisionero de la tela de araña tejida en la cúpula del partido por el ex presidente, un hombre que sigue teniendo mando en plaza en el PP.

Pretender abarcar un arco ideológico, y sociológico, que va desde el centro a la extrema derecha implica contar en el PP con gente variopinta, con líderes que van desde Alberto Ruiz-Gallardón hasta el mismísimo José María Aznar, pasando por un abanico que incluye a Rajoy, Zaplana, Acebes y un largo etcétera. Pero es evidente que, como ha certificado esta Convención, en el PP de hoy brilla con luz propia la fuerza del ala dura, el ala situada más a la derecha, mientras el centro se bate en retirada, incapaz tal vez de imponer las tesis de moderación que reclama esa parte del voto culto y urbano que rechaza al mismo tiempo el socialismo sectario que padecemos como una especie de castigo divino y la intransigencia de esa derecha dura que ya dijo todo lo que tenía que decir, y casi todo malo, a lo largo de la segunda legislatura Aznar.

De modo que la pelota está donde estaba antes de esta Convención. O mucho me equivoco, o Mariano Rajoy sigue estando en libertad vigilada por el aparato del partido que sigue manejando, ni siquiera por control remoto, Aznar y su vieja guardia de corps. Las mismas caras gastadas, los mismos gestos, casi idénticos discursos. A poco más de un año de las municipales y autonómicas, y a dos de las próximas generales, el partido de la derecha democrática española sigue instalado en un peligroso cruce de caminos entre el revanchismo de los aznares que sangran por la herida del 14-M y la necesidad de olvidar el pasado y abordar el futuro con nuevas caras e ideas.

En ese peligroso cruce de caminos, el PP tiene que decidir si lo que quiere es reeditar la vieja versión de Alianza Popular, con sus ciento y pico diputados pero en la oposición per saecula saeculorum, o lo que de verdad busca es convertirse en un partido capaz de enarbolar la bandera de las reformas, tanto económicas como sociales, y hacer posible la España abierta, rica y solidaria, reñida con la corrupción, dispuesta a hacer realidad la separación de poderes, a deslindar lo público de lo privado, y radicalmente comprometida, en fin, con la regeneración de nuestra paupérrima democracia.

Anónimo dijo...

Muy bueno el último mensaje.

Los partidos políticos clásicos ya pueden empezar a preocuparse.

Por eso cierran Foros y lugares de debate. Por miedo.

Los desprecios hacia los discrepantes se irán diluyendo e irán perdiendo fuerza.

Que mal está quedando la clase política catalana, y cada vez peor.

Anónimo dijo...

Perdón, me refería al penúltimo mensaje.

Anónimo dijo...

DIARIO.BLOG ARCADI ESPADA.-
06-03-2006

En qué se parece la religión al nacionalismo?

El nacionalismo es más parecido a una religión que a una teoría científica. Las cosas que más excitan a la gente poco reflexiva son las que no existen, como Dios, la nación y todas estas cosas. Las caricaturas de Mahoma no son nada en comparación con las que se publicaron de Darwin desde 1859. Por cierto, que la etiqueta del anís del Mono sigue siendo una caricatura de Darwin. No creo que ningún científico se sienta ofendido por ello. Más bien se ríen. Pero hay mucha gente que no perdona por cosas que no tienen la menor importancia.

¿Qué es una nación?

Las naciones no existen. Existen los territorios y las poblaciones de distintas especies que viven en ellos, incluida la especie humana, pero los humanos que viven en cualquier territorio son siempre de distinta raza, de distinta lengua y demás. Los nacionalistas invierten los términos y piensan que lo que existe es una entidad metafísica, la nación, que es el resultado de la unión mística entre determinado territorio y determinada cultura, y luego, claro, a la población la tienen que meter con calzador para que encaje en esa nación inexistente. Pero ni encaja ahora ni encajó hace un siglo, ni en la Edad Media ni en la antigüedad, porque la gente que ha vivido en cualquier territorio siempre ha estado mezclada. El nacionalismo es una postura religiosa.

Anónimo dijo...

La politica no puede ser un coto cerrado .
Por cierto . como va lo mio ?

ALBERT

Anónimo dijo...

Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.

Político, s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo
Ambrose Bierce

ALBERT

Sergio Brosa dijo...

Certament m’ha sorprès el seu comentari sobre la presentació de Ciutadans de Catalunya, senyor Foix i he hagut de reflexionar-hi.

No cal anar a les definicions de intel•lectual de la RAE o Wikipedia per saber què és un intel•lectual i no veig la raó per la que un intel•lectual, per contraposició d’obrer, no pugui estar en la política. En tenim molts d’exemples només a Espanya i a Catalunya per descomptat: Jordi Pujol, metge; Antoni Castells, catedràtic d’Economia; Fraga Iribarne, catedràtic de Dret Polític; Josep Lluís Carod-Rovira, llicenciat en Filología Catalana; José Luis Rodríguez Zapatero, professor de Dret Constitucional; Xavier Arzalluz, jesuïta; Joan Clos, anestesista o Jorge Semprún, escriptor. I centenars de etcèteres.

A EE.UU, Ronald Reagan i Arnold Schwarzenegger són bons exemples de intel•lectuals a la política. Melina Mercuri va ser també Ministra de Cultura a Grècia.

Són tots intel•lectuals, no són obrers. Ciutadans de Catalunya no és un partit promogut per obrers sinó per intel•lectuals; partit en el que hi caben obrers però no són els seus promotors. Veurem si no acaben per ser els seus dirigents però això és un altra qüestió.

Cosa diferent és la capacitat per la gestió dels intel•lectuals com a tals; per desenvolupar amb eficàcia un càrrec institucional. I tenim tantes mostres de incompetència gestora en aquests temps al nostre voltant que no cal nombrar-les. Prefereixo un intel•lectual, como ara en Francesc de Carreras de President del Parlament que l’Ernest Benach, sense estudis ni coneixements de lleis ni edat per assolir el càrrec amb el seu bagatge. Un ignorant pot ser diputat i tant que sí; però no presidir el Parlament, doncs per aquesta feina es requereix adequada preparació. Un zelador pot ser un magnífic treballador hospitalari però no serà un bon gerent si no té la preparació adient. O un Josep Bargalló, professor de llengua que no ha gestionat mai res que no sigui dur el drac a la festa major del seu poble; dos anys fent de director del seu institut no el capaciten per fer de Conseller Primer. Sembla una broma.

Els missatges de Ciutadans de Catalunya són tots positius: Que la raó presideixi la acció política i no el sentiment. Que les persones són les titulars dels drets i no els territoris. Que la política lingüística sigui per afavorir el bilingüisme natural del carrer. El nacionalisme és el cafè per a tots i a la força.

I no a l’Estatut -també ho diuen ERC i el PP- per que, si no es modificat -que no ho serà- és intervencionista i la política lingüística no és del gust de la majoria, encara que la majoria de la gent no ho digui per por de ser titllat d’anticatalà. Quina classe de democràcia tenim a Catalunya? Hi ha, si no por, sí desconfiança de dir que un no és nacionalista.

Precisament per que a Ciutadans de Catalunya saben que el nacionalisme no ha penetrat en totes les ànimes y cossos dels catalans és pel que emprenent aquesta aventura, per donar veu als no nacionalistes que són majoria. Però l’oficialitat fa que sembli que tothom a Catalunya és nacionalista i això és mentida. Estimar Catalunya, els seus costums, tradició, història i signes d’identitat és bo, però no et converteixen en nacionalista. Però convertir tot això en una fita política per sí mateixa deixant al marge els problemes reals de la gent portarà el país al fracàs; allà on ens estant portant els nostres polítics nacionalistes.

Considero que ningú no fa el ridícul per expressar amb honestedat el seu pensament i dir que n’està tip d’aquesta política i d’aquests polítics que han dut l’activitat política als nivells més baixos i miserables de la darrera història del país. El tripartit té arraconat al President de la Generalitat, la més alta magistratura de Catalunya, al que no deixa ni anomenar els seus consellers. I li recorden des de els tres partits cada dia que si vol seguir de President farà el que els partits li manin de fer. És una ignomínia.

Anónimo dijo...

Doncs deu ser cert això de que utilitzaràn les noves tecnologíes i la presència en blogs i fòrums de tota mena per tal d'expandir el seu missatge... S'els hi veu rapidesa de reacció i determinació.

El que deu ser cert, a jutjar pels seus missatges, es que estàn convençuts del que diuen i que han degut patir molt i desde fa molt temps.

Per cert: Quant queda per a les properes eleccions? Perque si això dura gaire pot arrivar a ser pesat.

Anónimo dijo...

Estuve al lado de Boadella cuando lo juzgaban por lo de La Torna. Cada mañana iba desde Empresariales al Tritón, donde se reunían los abogados, para pasar información al otro lado de la Diagonal, en Geografía e Historia, por la tarde.

Años más tarde me extrañó que la terrible vergüenza que Boadella siempre sintió por todo lo suyo, imagino que fruto de su gran motor (la transgresión a ultranza) y de su gran freno (una atenazante mediocridad) le llevara incluso a apoyar a los que desde siempre habían sido enemigos de "lo suyo", y no precisamente por traumas de infancia o por problemas de autoestima como los de él.

Ahora ha consumado un camino que empezó hace años y que le ha llevado, a él y a otros vergonzosos, ruborosos catalanes por el hecho de serlo, junto a aquellos enemigos de "lo suyo" digamos que más históricos y convencionales.

De esta amalgama de amargores, bajos instintos y demás sentimientos innobles, ha salido Ciutadans de Catalunya.

Tengo a un amigo muy radical que dice que no son más que traidores a su patria, que de eso siempre ha habido, que son los clásicos que siempre quieren correr "en auxilio del ganador" y que a esos en tiempos de guerra se les fusila.

Esta intolerable aberración y muchas otras que se han dicho en estos días responden a posicionamientos primarios que son precisamente los que pretenden exacerbar estos señores.

Yo me limito a sugerir que todo el mundo tendría que llevar sus debilidades, fantasmas y complejos de infancia con pudor y discreción, lo cual reconozco que es muy poco "Boadelliano".