lunes, octubre 24, 2005

Los africanos saltan las vallas

Los africanos subsaharianos, de Mozambique y de Benin, hablaban el sábado bajo las bóvedas centenarias del monasterio de Poblet sobre cómo se ve Europa desde África.Eusebio Macete y Parfait Atchadé, doctorandos en Barcelona, no han saltado las vallas vergonzosas de Melilla ni han venido en pateras. Han sido educados en sus respectivos países, hablan varios idiomas y tienen un expediente académico construido con gran esfuerzo.

Buscan fórmulas y proyectos para que sus países puedan salir del hoyo de la miseria y alcanzar una vida personal y colectiva dignas.Tuve el privilegio de moderar la mesa redonda sobre la mirada africana sobre Europa en la que participó también Bru Rovira, seguramente el periodista que mejor conoce las desgarradoras realidades del continente africano.

Era la segunda jornada que el Císter pobletiano organizaba en el real monasterio bajo el impulso del profesor Bricall. El plato fuerte del día fue la presencia y conferencia de Romano Prodi que nos habló sobre Europa, después de haber abandonado la presidencia de la Comisión de la UE y en plena campaña electoral para batirse con Berlusconi e intentar volver a ser primer ministro italiano. El abad de Poblet y el president Maragall presidieron la sesión de apertura de la jornada.

África no es un continente salvaje. Hay más de quinientos millones de personas que tienen su historia, sus ganas de vivir y propsperar, son conscientes de que Europa se ha paseado durante tres siglos por sus vastos territorios y después de los procesos de independencia a partir de los años sesenta se encuentran tan descolgados, experimentan tanta miseria, que los más atrevidos y audaces inician un proceso migratorio hacia Europa en busca de un horizonte de vital de bienestar y dignidad.

Europa levanta vallas y envía al ejército para que no pasen las fronteras. Un trasiego de personas de grandes dimensiones está en marcha. No es el primero ni será el último de la historia. En el siglo antepasado los europeos llenaban los espacios vacíos de América y Australia. Formaron allí sus nuevas patrias de las que ahora son ciudadanos. Pero la globalización ha puesto en marcha una emigración de dimensiones gigantescas. Se estima que doscientos millones de personas trabajan y viven fuera de sus respectivos países, el doble que hace solo un cuarto de siglo.

Aunque esta movida colectiva sólo supone el tres por ciento de la población mundial, lo cierto es que una emigración de esta escala ha levantado miedos en los países de acogida que temen por la pérdida de la identidad y de la seguridad pero los países de origen se quedan también sin los recursos humanos mejor preparados para sacarles del pozo de la pobreza.

Esta tendencia va a proseguir mientras el crecimiento demográfico sea más elevado en África que en Europa, mientras su economía no garantice los mínimos a los africanos y mientras los gobiernos de esos países continuen siendo tan ineficaces y corruptos.Hay una respuesta a esta crisis que sería la democratización. Pero, ¿cómo se puede democratizar un país como Mozambique si el ochenta por ciento no sabe leer?

Europa no puede tranquilizar su conciencia colectiva enviando millones de euros con proyectos y con tantas ONG que intentan resolver problemas concretos.África nos mira como referencia. Decían los ponentes africanos de Poblet que se olvidan del pasado en el que la Europa colonial convirtió al continente en campo de dominio y depredación. Necesitan educación y personas que les ayuden a salir de la miseria. Necesitan nuestra generosidad. Sino es así vendrán cada vez en mayor número y nada ni nadie les podrá detener. El problema es muy serio

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr.Foix,mientras la esposa del presidente nigeriano acaba de fallecer trás una operación de cirugía estética en una clínica de Malaga,compatriotas suyos mueren en las vallas de Ceuta y Melilla, en las pateras del estrecho o en el desierto abandonados a su suerte.Aunque dicen que la muerte nos iguala a todos,pocas veces la ética ha estado tan reñida con la estética como en éste caso.


Bartolomé C.

Anónimo dijo...

En los años cincuenta, la Guardia Civil impedía bajar de los trenes a los inmigrantes andaluces, gallegos, o aragoneses que llegaban por millares a Barcelona. Tenían orden de frenar la avalancha de gentes que huían de un agro empobrecido y en el que la falta de libertad era mucho más asfixiante que en las ciudades.

Algunos de aquellos inmigrantes tuvieron que intentarlo más de una vez, hasta que finalmente consiguieron establecerse aquí y realizar sus sueños de una vida mejor. Sus hijos hoy miran mal a los nuevos inmigrantes, a los que consideran absurdamente como "competidores" cuando en realidad son la mano de obra necesaria para que este país siga desarrollándose...al igual que medio siglo atrás toda aquella sangre nueva lanzó hacia adelante la economía catalana y española. Sin ellos sólo nos espera el estancamiento y la recesión.

Anónimo dijo...

Saludos.

"Tenemos que tratarlos con respeto porque son necesarios".

Necesario es un destornillador, una cafetera o un coche.

El momento en que valoremos la vida y la dignidad humana por la utilidad de las personas, estaremos legitimando la destrucción del hombre como el elemento axial del derecho internacional.

Sean o no útiles, son personas, y el hombre, empezando por el primer derecho de todo el derecho internacional, que es el derecho a la Vida, es un fin en si mismo, no un medio para nada.

Aunque España, como realidad económica, no los necesitara como mano de obra, seguirían siendo personas, seres humanos, como tu y como yo, y me parece totalmente bochornoso que lo único que me separe de los Neonazis, en su filosofía, sea una mera tasa de desempleo.

El dejar entrar a aquellos inmigrantes que la economía española, según mediciones más o menos razonables, pueda soportar (principalmente en cuanto a creación de empleo y sostenibilidad del gasto público)sí me parece defendible, dado que dejarles entrar masivamente a sabiendas de que van a acabar vagando por las calles tampoco es que sea muy solidario que digamos, ahora bien, mientras esto sea así, siempre podemos seguir realizando esos procesos de inmigración regulada, a menos que defendamos que a los propios españoles para los cuales no encontramos empleo, podríamos deportarlos forzosamente, solo por el hecho de que no encuentran empleo, dado que si no dejamos entrar por esa razón, ¿por que dejar que permanezcan las personas por lo mismo?.

Una política del INEM un tanto agresiva, diría yo.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.

Brian dijo...

Me ha sorprendido la afirmación de Joaquim de que "En los años cincuenta, la Guardia Civil impedía bajar de los trenes a los inmigrantes andaluces, gallegos, o aragoneses que llegaban por millares a Barcelona". No digo que no pueda ser, sólo que no recuerdo haber oído ni leído nunca tal cosa. ¿Tiene Joaquim referencias sobre tal hecho?.

Anónimo dijo...

Joaquim dice bien Brian,al llegar a la estación de Francia,aquellos inmigrantes que no tenian familiares residiendo en Barcelona y que fueran a buscarlos para hacerse cargo de ellos ante la guardia civil o que no podían justificar un contrato laboral eran devueltos a sus pueblos,te adjunto un artículo por si te interesa.
http://www.ub.es/geocrit/sn-94-41.htm

Bartolomé C.

Brian dijo...

Pues no he sido capaz de encontrar ese relato en el artículo referenciado.(??).

Me ha dejado intrigado Bartolomé. Incluso he hecho una búsqueda por "tren", "civil", "volver", "Barcelona"... ¿Seguro que se dice eso en este artículo?.

Anónimo dijo...

Brian el enlace te lo he puesto para ampliar los datos,la constatación de lo dicho sobre los inmigrantes la tengo de forma directa,por personas que vinieron en esas fechas a Barcelona,pero creo que es un dato que puedes confirmar con cualquier persona que haya llegado entonces.


Bartolomé C.

Anónimo dijo...

Supongo que esto debió de suceder algun vez, al albur de la opinión gubernamental, porque visto lo visto desde luego no fue una política sistemática.

Pero acaso no es perfectamente razonable que "los inmigrantes que no tenian familiares residiendo en Barcelona y que fueran a buscarlos para hacerse cargo de ellos ante la guardia civil o que no podían justificar un contrato laboral eran devueltos a sus pueblos"

No debería de ser entonces y ahora la norma, y no la excepción? ¿O nos estamos volviendo locos?

Brian dijo...

Contesto a Bartolomé.

Yo estaba aquí entonces (aunque ciertamente era un niño). No pondría la mano en el fuego, pero insisto en que me produce extrañeza el dato, por lo menos de la forma literal en que lo cuenta Joaquim. Sí recuerdo en mi entorno social y laboral (ya más cerca de los sesenta que de los cincuenta) las remesas de emigrantes que iban a Alemania y otros países europeos; y recuerdo que no iban a la aventura, sino con contratos cerrados por intermedio de los consulados; pero los movimientos migratorios peninsulares nunca estuvieron regulados en esa forma. Y si no había esta capacidad para organizar las migraciones en origen, mucho menos me imagino a la Guardia Civil, en la Estación de Francia, re-embarcando trenes repletos de emigrantes hacia Galicia o Extremadura sin otro criterio de decisión que unos supuestos familiares esperando en el andén. Ni, por supuesto, me los imagino llegando con un contrato en el bolsillo de la Compañía de Tranvías o de Can Girona.

No entro en si era o es razonable, como se pregunta el último anónimo, sólo me refiero a los hechos tal como los recuerdo y tengo noticia.

Anónimo dijo...

Las personas con las que he hablado del tema me explican que al gobierno de esa época le interesaba especialmente enviar trabajadores fuera de España,los inmigrantes que llegaban en los trenes a Barcelona eran requeridos por la policia al llegar para conocer si tenian un familiar,un sitio donde alojarse,una carta donde se les ofreciese un trabajo,etc.Tengo entendido que incluso eran registrados en función de su procedencia y sus circunstancias. Los contratos de trabajo para ir al extranjero eran tramitados por el mismo gobierno,en los pueblos se hablaba de donde les "habia tocado ir",determinadas fábricas textiles de Catalunya contrataban a personas del mismo pueblo.Olga Merino ha escrito un buen libro sobre el tema"Espuelas de papel".Creo que existen todavia muchas personas que pueden hablar con conocimiento propio de cuanto estamos hablando,me alegro del interes que teneis sobre esta etapa.


Bartolomé C.

Anónimo dijo...

Saludos.

Normalmente, cuando alguien lanza afirmaciones categóricas, sin acompañarlas de argumentación, como el que diga que "nos estamos volviendo locos" sin decir nada más, indica la intención de generar una corriente de opinión sobre posiciones, o poco fundamentadas, o con fundamentos poco confesables.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.

Anónimo dijo...

Querido Brian, tengo referencias directas y de primera mano: mi propio padre :)

Anónimo dijo...

un enlace sobre el tema:
http://www.memoriademocratica.org/novesrealitats/

"En un principi, sobretot durant els anys cinquanta i el principi dels seixanta, el procés d'arribada era gairebé una aventura individual plena d'incerteses. No era estrany que un cop arribats aquí, a la mateixa Estació de França, els immigrants fossin reclosos en camps d'internament per ser retornats a les seves terres d'origen. Molts, per tal d'evitar-ho, saltaven del tren abans d'arribar a l'estació..."

Es sólo una muestra para revisionistas como el tal Miguel Núñez.

Anónimo dijo...

Saludos.

Evidentemente aquí ha habido una confusión. Como podrá leer en mis mensajes, en ninguno, he puesto en duda tales prácticas durante el régimen franquista. Otra cosa muy distinta es que las apruebe, y ese era el sentido de todos y cada uno de mis mensajes, como podrá usted comprobar.

Creo que se ha confundido de mensaje, y quizás me ha adjudicado a mi algún otro firmado por otra persona. Es posible que los firmados por nuestro compañero forista Brian, que es quien puso en duda dicha versión.

Yo desde luego no, es más, es un tema que no he abordado.

Abordando este tema, por primera vez en este foro, he de decir que el hecho de que el que dichas prácticas se llevaran a cabo durante una Dictadura militar, lo único que hace es reafirmar mis posiciones sobre políticas migratorias regidas por criterios raciales y/ó identitarios.

Saludos cordiales.

Fdo: Miguel Núñez Ríos.

Roberto Iza Valdés dijo...
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