martes, septiembre 13, 2005

Ortega y Azaña revisitados

Todos los problemas políticos, señores diputados, tienen un punto de madurez, antes del cual están ácidos y pasado ese punto, se corrompen, se pudren. Son palabras del discurso que Manuel Azaña pronunció en las Cortes de la República en 1932 mientras se discutía el Estatuto de autonomía catalán.

Es interesante repasar los dos discursos principales de aquel debate en el que Ortega y Gasset introduce su tesis de que Catalunya nunca estará satisfecha y que sólo cabe conllevar el problema catalán, mientras que Azaña defiende que sí que es posible y que el problema catalán sólo puede ser resuelto con la participación, la comprensión, y la compresión entre España y Catalunya.

Los dos discursos los ha editado recientemente el Círculo de Lectores con un interesante prólogo de José María Ridao. Vale la pena releerlos porque los paralelismos entre las posiciones orteguiana y azañista en la política española siguen vigentes setenta años después. Han cambiado los nombres y las formaciones políticas, pero las dos visiones sobre España continúan vigentes.

Como consecuencia de aquel acalorado debate sobre el Estatut se limitó el alcance de las competencias solicitadas, aunque el texto no fue aprobado.Algunos historiadores coinciden en que el golpe de Estado frustrado de agosto de 1932 contra la República, propiciado por el general Sanjurjo, facilitó la ratificación definitiva, que se aprobó el 9 de septiembre de aquel mismo año.

La política tiene sus mecanismos propios, que con frecuencia reciben decisivas influencias que no guardan relación con lo que se está debatiendo. La política suele ir por un lado y los hechos modifican su trayectoria hasta desfigurarlos por otro. Tener razón demasiado pronto o demasiado tarde es lo mismo que equivocarse.

A la madurez o acidez de la que hablaba Manuel Azaña cabría añadir lo que decía el primer ministro británico Harold Macmillan al afirmar que la esencia de la política es el timing, la cronología, el hacer las cosas en su momento, cuando están al punto.

Vivimos días de tensión política mientras se retoca el texto estatutario devuelto por el Consell Consultiu en el que se señalaban varios artículos anticonstitucionales y otros de dudosa constitucionalidad. Los socios del tripartito, con su presidente a la cabeza, insisten en que se aprobará el Estatut y que se enviará al Congreso con la preceptiva mayoría que saldrá de la Cámara catalana, es decir, con los votos de CiU, que son imprescindibles.

La música que llega de la formación liderada por Artur Mas desafina de la sinfonía voluntariosa del tripartito. Un conseller de peso en el Govern me comentaba en los actos de la Diada que la aprobación del Estatut puede ir del canto de un duro después de hablar con un destacado dirigente de CiU, que le insinuó que su formación podía inclinarse finalmente a favor del no. Artur Mas ha presentado su última oferta modificada advirtiendo que sólo votarán afirmativamente si el Estatut lleva incorporado un buen modelo de financiación. Pueden decir no.

Pronto sabremos si el texto estatutario sale de Barcelona debidamente refrendado. Sea cual fuere el resultado, habrá que ir preparando un plan B en el caso de que el Estatut no salga de Catalunya y tener a mano un plan C en el probable supuesto de que el Congreso tumbe la propuesta que le llegue del Parlamento catalán.

Desconozco si el tripartito dispone de estos planes de emergencia. Deduzco que la decisión será agotar la legislatura, ya que no está en la intención de Maragall convocar anticipadamente a las urnas. Lo que no alcanzo a ver es cómo se va a gobernar hasta el final si este fracaso se materializa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr.Foix,por algo decia Azaña que "la mejor forma de guardar un secreto en España era escribir un libro",la lectura de la situación actual como Vd bien plantea es un secreto a voces que nadie se atreve a escribir en ningún libro. Tanto es así que Ortega ya resumió nuestra situación en Catalunya el siglo pasado,"el que no puede lo que quiere,que quiera lo que pueda" y en eso estamos,viendo como en la España Invertebrada de Ortega sólo unos pueden vivir de la "Opa Boba"...

Bartolomé C.

Silveri Garrell dijo...

La verdad es que solo me apasiona la política cuando se mete en el terreno del SEXO, como por ejemplo reciente caso de los matrimonios homosexuales. Verdaderamente, leyendo artículos sobre el Estatut me aburro de sobremanera a menos que esten escritos con sano humorismo, i no tengo remedio.

Anónimo dijo...

A Bartole C.
Sería tan amable de ampliar su comentario.
Con franqueza lei las memorias de Azaña, que luego conrastadas, me hicieron dudar en su pensamiento político.
Empece la lectura de Ortega en la "La Revolución de las Masas" pero no consegui terminarlo y preferi leer a los que estan en contra.
No es broma Sr. Bartolome. Me gustaría que ampliara la información. Para mi, sería muy ilustrativo.
Gracias de antemano.
Sincerament,

Vicente Torres dijo...

Yo creo que todos los españoles nos podemos entender unos con otros. Falta que todos nos fijemos en las motivaciones de los demás, no sólo en las nuestras.
Y lo que viene haciéndose urgente es la creación de Europa. Ganaríamos mucho si lográramos conseguir con prontitud una organización razonable que nos hiciera andar a todos en la misma dirección.