La crisis política planteada por la negativa de franceses y holandeses a ratificar la Constitución ha sembrado el desconcierto en Europa. El debate ya no es el futuro del texto del Tratado que se encuentra en fase agónica sino cuestiones más profundas como la financiación, los fondos de compensación, la ampliación, las reformas estructurales y, en definitiva, el proyecto de la unión política europea.
Repuesto del susto propiciado por el puntapié dado a la Constitución pienso que hay motivos para positivar la crisis y corregir las disfunciones y errores que han encallado el marco jurídico por el que tienen necesariamente que regirse las relaciones entre los 25 miembros de la Unión.
No ha habido un voto contra Europa en Francia y en Holanda. Han sido un conjunto de insatisfacciones sobre los gobiernos nacionales y sus políticas los que han caído como una losa sobre una Europa que viajaba a velocidad de crucero sin tener en cuenta las dificultades y contradicciones que percibían los ciudadanos.
La ampliación se ha detenido y es muy difícil que la promesa hecha a Turquía para que ingrese en el año 2014 se pueda cumplir. En este sentido la Unión se ha fortalecido porque, por razones imprevistas, va a trazar sus límites territoriales y no va a proyectarse como una enorme área económica que derribe todas las fronteras con Asia y Oriente Medio. Se podría decir que Tony Blair y George Bush ganaron en los referéndum francés y holandés. Creo que no es así. Europa, la que surja de esta crisis, será más Europa.
La crisis política ha abierto la rendija de la crisis financiera. Las peleas que Tony Blair está librando con sus colegas continentales tiene que resolver las reivindicaciones nacionales sobre quién da cuánto y quién recibe qué. Alemania tiene una contribución neta de 7.7 mil millones de euros; Gran Bretaña, 2.8; Holanda, 2 y Francia 1.9. España es el máximo receptor con 8.7 mil millones, Grecia con 3.5 y Portugal con 3.3 mil millones.
Este fondo de solidaridad ha sido provindencial para el equilibrio entre norte y sur, entre ricos y pobres. Pero esta situación no puede prolongarse indefinidamente porque los contribuyentes netos no estarán dispuestos a seguir pagando tanto.
Las ayudas agrícolas hay que revisarlas por mucho que puedan perjudicar a nuestra agricultura. Por un doble motivo: porque van a facilitar la entrada sin excesivas tarifas de productos de países que necesitan exportar para salir de su miseria y porque un sector tan crucial deje de estar subvencionado. Es una crisis que puede hacer más fuerte y más competitiva a Europa.
miércoles, junio 15, 2005
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3 comentarios:
Cuando una economia se acostumbra a vivir de las subvenciones entonces el día que faltan aparece el sindrome de abstinencia. La UE nos considera ya un "país rico"y nos va a empezar a retirar subvenciones y ayudas, pero curiosamente nuestro endeudamiento familiar está en sus cotas más altas, nuestros sueldos son todavia más bajos que los de esos paises ricos de la UE y si somos ricos debido a que nuestros hipotecados pisos son cada día más caros, entonces nuestra ¿riqueza? pende de un hilo. Todos los paises de la UE deberán rebajar sus pretensiones y acomodar sus presupuestos a la realidad,la situación actual era un globo demasiado inflado, mejor desinflarlo poco a poco hasta su justa medida, que dar lugar a que nos estalle en la cara.Yo tambien confio en la salida de la crisis,más que nada es que no veo otra solución que acabar lo empezado,hay que tomar conciencia del problema y reconducirlo, pero con los pies en el suelo, la calculadora en la mano y escuchando a los ciudadanos.
Bartolomé C.
A mi no em sembla gravissim el que ha passat .I possiblement no vagi malament per a tots plegats . Fa molts mesos que crec que tot això de la UE va massa ràpid .
Pensem que no fa tans anys hi havía unes bufetades sensacionals
entre Alemanya i altres països veins . Fem una UE ferma però poc a
poc i amb bona lletra .
Jaume S. Regàs---BCN
Jaumereg@yahoo.es
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