lunes, febrero 21, 2005

Bodas y bautizos blancos

La boda parisina de Ronaldo, que no fue una boda exactamente, reunió los requisitos de glamour, impacto mediático y relevancia futbolera que ha querido impulsar Florentino Pérez en su equipo galáctico. Es pronto para vaticinar una segunda temporada sin títulos blancos. Pero me atrevo a avanzar que el concepto futbolístico introducido por el Madrid, talonario en mano, fichando a figuras por el solo hecho de serlo, no va a dar resultado tampoco este año. Desde que se fue Del Bosque, aquel personaje tan hispánico, más Sancho Panza que Don Quijote, el desfile de entrenadores no ha parado. Le siguió el portugués Queiroz, con aspecto galáctico. Vino Camacho, más garbancero y de la escudería de la casa, que fue sustituido por su ayudante García Remón que tampoco supo domar a los genios. Finalmente apareció Luxemburgo, Luxe para los amigos, que tuvo un arranque espectacular con siete victorias consecutivas, hasta tropezar con los leones bilbaínos que han vuelto a situar al Madrid a siete puntos del líder. No puede haber relación entre la no boda de Ronaldo celebrada con todos los focos de los “paparazzi” en París y la derrota ante el Athletic. Lo que me extraña es que el propio as brasileño haya lamentado haber conocido por los periódicos la multa que el club le ha puesto por dos retrasos consecutivos. Más me ha extrañado todavía que fuera el club el que fijara la fecha de su boda virtual. Se lamenta el internacional brasileño que su enlace con Daniela Cicarelli ocupara más páginas que el partido contra el Bilbao. El Madrid galáctico tiene más interés para la prensa rosa que para la deportiva. Beckham ha sido padre por tercera vez. El estilo que don Florentino ha impuesto está dando frutos.

2 comentarios:

zalakain dijo...

Cuando llegué a Alemania estaba empezando a dejar de ser del Barça.

Cruyff había sido mi ídolo de adolescencia. Caminaba hacia el instituto haciendo imaginarios driblings por las aceras, después de la ducha me estiraba el pelo para intentar hacer desaparecer los bucles de mi melena, soñaba con sus desafíos a la gravedad...

Su ostracismo después de la aborrecible final contra el Milan era para mí una afrenta al más elemental sentido común. La posibilidad de seguir siendo un equipo campeón pasaba por el cerebro de aquel hombre. Si yo hubiese estado al frente del Barça, le habría otorgado plenos poderes, lo cual él -inteligente que es- habría rechazado a cambio de buenos colaboradores.

Aquí empecé a apartarme del mundillo del fútbol, lo cual, lamentablemente, no contribuyó a mejorar mi salud mental, que, si ya nunca había sido para presumir, se ha empeñado en acompañar en el declive a la corporal.

La primera vez me enteré por mi cuñado, un fanático del Eintracht (en todas partes hay sufridores): "Real hat die Champions gewonnen". Debía de ser la séptima (creo que han ganado tres en estos años). Aquí ni creen ni quieren creer que uno no se emocione si el Madrid gana. Me pregunto si en el "no" nacionalista a la constitución europea habrá una intuición de esa renuencia alemana a admitir la divisibilidad de España.

Tengo un amigo marroquí casado con una de mis primeras profesoras de alemán en la Volkshochschule de Frankfurt (de Budapest ella) que (él) graba en vídeo los partidos del Madrí, de quien es un forofo empedernido. Me mostraba y comentaba las hazañas de Zidane con tanta pasión que resultaba imposible evitar el contagio.

Lo confieso: he llegado a desear que el Madrid gane la décima, porque soy un amante de la belleza futbolística. Pero resulta evidente que esa belleza se acabó y los fantasmas del pasado han regresado a mi destartalada mente vestidos de merengue fascioso.

Oje, oje.

P.S. Sé que eso no es bueno, pero sigo sin poder desvincular a Núñez y a Gaspart de expresiones de odio. Pulután, mejor lo dejo.

Anónimo dijo...

Shanti-Andia.

Hoy por hoy los grandes equipos de futbol tienen como prioridad absoluta emular el "pelotazo"del Madrid de Florentino.El viejo sistema de Berlusconi,para acceder al poder,basado en controlar un equipo de futbol,una televisión y un partido político,ha sido copiado hasta la saciedad en todas las comunidades autónomas en nuestro país.Poder fichar a Ronaldo, Figo, Zidane o jugadores similares es solo cuestión del nivel del "pelotazo"que se haya dado. El deporte es una cosa y el negocio deportivo y los intereses creados otra cosa muy distinta.