viernes, febrero 18, 2005

Almuerzo con Gerry Adams

Gerry Adams ha promocionado sus memorias en una gira por España. Ha venido a hablar de su azarosa vida, de su apasionante trayectoria vital entre la violencia y la política, del presente y futuro de Irlanda y del éxito de los acuerdos del Viernes Santo de 1998 que abrieron la puerta para la pacificación en Irlanda del Norte.
Pero aquí no se le preguntó mucho sobre Irlanda. Se le insistió en que trazara paralelismos entre la paz en el Ulster la paz en Euskadi, qué piensa sobre el plan Ibarretxe, sobre el independentismo catalán y sobre la autodeterminación de los pueblos. Fue recibido por el lehendakari, por Otegi, por Carod-Rovira y por simpatizantes de distintas procedencias.
Compartimos mesa en un restaurante barcelonés. Al comienzo nos dijo que no tenía soluciones para Euskadi ni para Catalunya. Él, como el Umbral de las grandes ocasiones, venía a hablar de sus memorias resumidas en un extenso libro que dice mucho de la evolución de un miembro del IRA provisional, un terrorista, hasta llegar a ser un astuto negociador que consiguió un acuerdo de paz, todo lo frágil que se quiera, pero que ha acercado las irreconciliables posiciones históricas entre católicos y protestantes, entre irlandeses y británicos y entre irlandeses del norte y del sur.
Adams habla bajo, como si estuviera en la clandestinidad y temiendo que la conversación fuera grabada por los servicios secretos británicos. Ingresó en el IRA a los 21 años en 1969. Era el año en que los católicos del norte decidieron plantar cara a los británicos iniciando una etapa de violencia y terror que se prolongó más de treinta años.
Es imposible seguir la trayectoria de este personaje a través de las siglas, organizaciones y movimientos del nacionalismo católico irlandés. Viene de una cultura y de un país viejos. La historia pesa como una losa enorme sobre la memoria de todos los irlandeses. No han sabido sepultarla y mirar al futuro. Nada es fortuito en Irlanda. Ni siquiera el terrorismo o las iniciativas para neutralizarlo.
Me quedé con una reflexión que hizo de pasada. Allí dónde aprendió más Gerry Adams fue en Africa del Sur. La experiencia que llevó a Nelson Mandela de la cárcel a ser un presidente querido y admirado por todo el mundo influyó mucho en la trayectoria de este nacionalista irlandés. Hay que perdona pero no olvidar, es decir, construir el futuro sabiendo que el pasado puede aparecer de nuevo en cualquier esquina de la historia.
Hablar con un enemigo no es un juego de niños. Hay que hablar, hay que entenderle, hay que proponerle alternativas y salidas a situaciones que son absurdas. Hay que ceder mucho para ganar algo o ceder algo para obtener mucho. Nos decía que el diálogo no consiste en que el otro acepte todas tus propuestas sin entregarle nada. O al revés. Así se ha llegado en Irlanda del Norte a una paz muy débil y vulnerable pero paz al fin y al cabo.
La vaguedad de sus argumentos está envuelta en una línea entre posibilista y de firmeza. Adams ha sido miembro de una organización terrorista y de su rama política. No ha condenado todos los atentados de sus correligionarios. Pero a medida que avanzaba el proceso fue emitiendo críticas severas a los que mataban por causas políticas.
Le pregunté si podía compararse con otro patriota republicano, Michael Collins, que fue el comandante del ejército libre de Irlanda y que condujo a su país a la independencia en los años veinte. No, contestó, porqué murió asesinado. Todavía hoy no se sabe si le mataron en una emboscada en el condado de Cork sus más próximos colaboradores u otros republicanos que no compartían su estrategia.
Gerry Adams no quiere ser un mártir ni un revolucionario fracasado como tantos irlandeses cuyas estatuas se levantan airadas en lo alto de muchos pedestales de toda Irlanda.
Pero Adams que se ha entrevistado con presidentes americanos, con primeros ministros de Londres y con la alta clase política irlandesa, sabe que el final del camino es incierto. El diálogo, también en Irlanda, no está bien visto por todos aunque sea la única vía para alcanzar una cierta convivencia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa comparación con Michael Collins es bastante problemática visto el papel de The Big Fella en la firma del tratado que está en el origen de la división de Irlanda y de la Guerra Civil Irlandesa. Creo que Adams actúo con inteligencia y elegancia evitando responder.

Anónimo dijo...

Pues se parecen en el sentido de que Collins sabía que la única forma de tener un estado irlandés era cediendo algo (en este caso, parte del territorio). Lo mismo que Adams. ¿Aprenderán la lección los nuestros? ¿Aprenderán que negociar no es decir sí a todo lo que proponen?

Supongo que Adams evita responder para no convertirse en objetivo militar más que nada. Es un hombre que camina sobre una cuerda floja.

Anónimo dijo...

Escribe mp:


Pues se parecen en el sentido de que Collins sabía que la única forma de tener un estado irlandés era cediendo algo (en este caso, parte del territorio).Mi impresión es que Collins creía que ese tratado sería un primer paso hacia una Irlanda unida y que permitiría evitar una guerra sangrienta con los Ingleses. Poco se podía él imaginar todo lo que vino después. Para mí, la lección es que cada situación es única y que a las acciones no siempre siguen las reacciones previstas.


En segunda lectura, me doy cuenta de que Adams sí respondió a la pregunta, quizás en el sentido de que sus acciones no han dado lugar, hasta ahora, a una guerra sangrienta entre sus seguidores.

Anónimo dijo...

Simplemente creo que en España nunca se va a llegar a ninguna situación en que la paz se pueda negociar. Negociar es sentarse a HABLAR, ESCUCHAR, y luego puedes ceder y aceptar más, menos o nada. Pero el primer paso es hablar y escuchar. En nuestro bendito pais o estado (como se prefiera), sólo el gobierno de González se sentó a escuchar. Me parece imposible, impensable y ridículo intentar acabar con una banda tan compleja como ETA simplemente por la via policial. Cuántos muertos más necesitan los políticos para darse cuenta? Porqué el señor Zapatero o Rajoy, no han aprovechado la ocasión de entrevistarse con el señor Adams? Me parece indignante que ante semejante ocasión de aprender algo de un conflicto armado (bastante paralelo al nuestro, pero con sus diferencias insalvables), nuestro gobierno y oposición no hayan dicho ni pío.
El tiempo dirá, pero hasta dentro de almenos dos generaciones este problema no se solventa.

Anónimo dijo...

Lo más interesante que aprecio en Adams es que es una persona que ha evolucionado, ha sido capaz de modificar sus posiciones a pesar de todo el dolor que seguro ha experimentado (supongo que como los familiares de los muertos en el bando unionista). Ha tenido que ser muy duro. También me parece muy positivo que anteponga el bienestar de la gente a sus objetivos esencialistas. En España, los de aquí, no transmiten precisamente eso. De todas maneras, no creo que sea tampoco ninguna hermanita de la caridad. Pero esperemos que no le pase como a Collins.

maeloc seivane dijo...

Lo mas parecido a Irlanda que hay en el Est.Espanhol es Galicia, fisica, cultural, HISTORICA y espiritualmente. El papel jugado por Galicia en Est.Espanhol hasta 1916 es infinitamente mas homologable al de Irlanda en su relacion con el Reino Unido que el de Euskadi o Catalunya...GALICIA EXISTE..VAYA SI EXISTE!!